P.S. 184

Diego Alcalá Laboy
Abolicionista
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2 min readApr 22, 2021
Foto por Tim Mossholder (Unsplash)

El PS 184 prohíbe la práctica de terapias de conversión realizadas por profesionales de la salud a menores de edad. La misma NO prohíbe que esta misma conducta sea realizada por cualquier otra persona, como una pastora, un cura, un imám, o un rabino.

La medida tampoco prohíbe que un profesional de la salud, bajo sus creencias religiosas, someta a sus hijos menores de edad a esta práctica. La medida legislativa tampoco aplica a mayores de edad, por lo que cualquier adulto tiene toda la libertad de someterse a este proceso.

Claro está, las prácticas de terapias de conversión son tortura. No hay problema ahí.

Ahora, el proyecto utiliza el sistema de justicia criminal para asegurar que los padres no someten a sus hijos/hijas/hijes a estos procesos, castigándolos entre 3 a 8 años de cárcel por el delito de maltrato. De más esta decir que la experiencia y las estadísticas confirman que el Estado utiliza su poder carcelario desproporcionadamente en contra de las poblaciones más marginadas. Con sólo ver las estadísticas, las mujeres negras y pobres son las que mayormente sufren las consecuencias civiles y criminales cuando se trata de casos de menores.

Por otro lado, la medida legislativa prohíbe las terapias de conversión sólamente cuando un profesional de la salud está envuelto. La ley no prohíbe la práctica cuando ocurre por medio de una práctica religiosa. Los padres pueden llevar a sus hijos para que sean atendidos por su guía espiritual, o a un servicio comunitario, o en algún comercio sin repercusión alguna. Esto a pesar que la mayoría de los que son sometidos a esta práctica lo son en un contexto y ambiente religioso.

La ley NO protege a la grán mayoría de las víctimas de esta práctica, a pesar de que el Estado tiene la autoridad legal para prohibir la práctica no sólo en el contexto médico, sino en el comercial, religioso y comunitario. La Ley debe ser más abarcadora para incluir todas las manifestaciones de esta práctica.

Y añado, el Estado NO debe utilizar de la criminalización como si fuera la panacea que no es. Prohíban la conducta mediante mecanismos alternos, como el de multas, combinado con una campaña educativa para erradicar esta práctica.

No olvidemos que el sistema de “justicia” criminal es machista, clasista, xenofóbico, opresivo, punitivo, ineficiente y caro.

Como abolicionista, no puedo apoyar un proyecto que continúe perpetuando el uso de la cárcel para todo y menos sin análisis sobre su efectividad.

Mi recomendación es que se prohíban las terápias de conversión, en todas sus modalidades, e.i. médicas, religiosas, comunitarias, y comerciales, y que se utilicen métodos no carcelarios para lograr los cambios que se buscan.

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Diego Alcalá Laboy
Abolicionista

Soy abolicionista y un negro puertorriqueño. Soy abogado y defensor de los derechos humanos. Y soy de Ponce. Estoy bien enfocado en cerrar todas las cárceles.