Bushcraft, Skyrim y un café

Paul Eric
Ácidos Literarios
Published in
3 min readJul 21, 2019
blog.survivalsupplyzone.com

Ser parte de algo. Esa es la naturaleza del ser humano, el primer llamado en cuanto a la necesidad. Y si necesidad hablamos, pues sumemos agua, alimentos, aire y calor. De esta forma es que la naturaleza se conecta, a su vez, con el ser humano.

Siempre tuve un espacio enorme en el alma para todo lo verde, los árboles, las plantas, los animales… pero hasta anoche no me había dado cuenta si existía un nombre para ello. Gracias a don #Google, descubrí que sí que existe y se llama bushcraft, muy distinto de la supervivencia. No. El bushcraft es de alguna manera anteponerse a lo que viviremos, ir con el plan de disfrutar del entorno natural, del poco espacio vivo que nos va quedando hoy por hoy.

Y pese a que nunca hice trekking ni supervivencia ni bushcraft, tengo un pequeño título de turismo aventura, título que obtuve allá por mis primeros veinte años y recibí en los paisajes de la reserva nacional Río Los Cipreses. Era un chiquillo que no tenía idea dónde iba acabar mi vida (hoy sufro del mismo síntoma), pero rodeado de otras personas de todas las edades con ojos grandes como platos cuando vimos planear un cóndor justo por encima nuestro y de fondo teníamos la cordillera de Los Andes… pues eso, fue un puñal en el corazón, fue un momento que no olvidaré. Lamento no haber llevado cámara ese día, lo lamento de veras.

También, tengo recuerdos vívidos de pasar mis aventuras de infancia a un costado del Río Mapocho, por detrás de Puente Alto en Santiago, cuando las tierras de Juan Estay aún eran vírgenes. Allí estaba con mi hermano y mis dos primas, jugando a explorar, jugando a llevar sándwich, frazadas y jugar a vivir. Vivíamos y mi vida era la mejor de todas.

¿Otra? Pues, un día, estudiando en la primaria, nos llevaron a un paseo a una zona de Rancagua dedicada a la vida campestre y al cultivo y nos entregaron guías de cómo vivir más conectado. Conocí algo parecido a una cámara de sudar, la pesca, la plantación, parte de la supervivencia e infinidad de cosas para procesar en un solo en un niño de no más de once años.

Otra: mi trabajo en Chancón. Acepté allá por el 2014 comenzar un trabajo en Las Abuelas. Zona que pertenece a la empresa Agrosuper. No entraré en detalles del trabajo en sí, pero era estar despierto en la noche, en medio de un bosque frondoso e interminable… era inevitable salir a explorar todos los días antes de que se hiciera de noche y perderme entre los árboles y el ruido de animales que nunca conoceré. De esto sí tengo fotos y videos de mis caminatas. A veces, me topaba con fogatas extinguidas, animales muertos, olores que penetraban mis sentidos…

Las últimas: la bicicleta y Skyrim. La bicicleta es por una obviedad, a medida que avanzas y dejas de entrenar y te mentalizas en ir por un lugar que no conoces, por lo general, terminar en lugares preciosos. Son cosas que debemos aprovechar en estos tiempos en que con un simple celular podemos captar todo lo bello. Y Skyrim… pues, Skyrim ha sido todo un descubrimiento. Es un juego en el que el rol es tan inmersivo que sientes la necesidad de rodearte de inciensos, de comer a la vez a que tu personaje se alimenta; es un juego en donde el bushcraft es latente. Siempre fantasee caminar por Skyrim sin notar que lo he estado haciendo toda mi vida, solo que no hallé el nombre.

Trekking. Supervivencia. Bushcraft. Bicicleta. Vivir en definitiva… lo magia de la vida aún está de nuestro lado. Aprovechemos hoy lo que tenemos y vivamos con ello, no de ello.

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