Libros usados y algo más que traición

Paul Eric
Ácidos Literarios
Published in
3 min readOct 16, 2017

Tengo un problema con el alcohol. No tomo todos los días, pero cuando lo hago, y más concreto, al día siguiente de hacerlo, la caña, la resaca, hace que me envuelva en ganas de escribir. Ya no sólo relatos o una novela nueva, sino, también poesía y cartas, una entrada queriendo compartir algo. Algo como esto, supongo.

Hace dos años y pico creé esta cuenta de Medium, pero nunca la usé. Vi un borrador que no recordaba, pero ahí estaba yo con un texto a medio terminar que justificaba mi salida de otras plataformas para venir acá. Pero, ¿sabes Paul? Muy posiblemente ese día, esa noche, esa madrugada, también tenía alcohol en el cuerpo a un día o dos de haberme reventado.

Lo del título tiene que ver por sentir vergüenza, ser un cobarde que no se atreve a enfrentar la literatura, los libros, como se debiera. Por placer. No, lo mío desde hace un período extenso, ha sido acercamientos más bien de impulso. Y aun así, he escrito de forma considerable. Sobre todo poesía, sin ser un poeta. Mi poesía ha crecido de forma exponencial los últimos tres años en comparación a todos los poemas que escribí antes de los treinta años.

Había pensado esta primera publicación haciendo un vil copy paste de una entrada donde comenté una experiencia hermosa con un librero, hoy, un conocido. En ese entonces, él sólo tenía libros usados y una librería pequeña. Si eras de confianza, o mejor dicho si le inspirabas la suficiente confianza, te mostraba su catálogo de libros piratas bien escondidos en un rincón al fondo de la tienda, pues es sabido que en Chile es bien jodido el tema. Hoy, ese conocido, ese cuasi amigo, tiene la segunda librería más grande de mi ciudad, Rancagua, pero la mejor en cuanto a calidad y precio. Lo mejor es que el hombre es un hombre de libros, sabe lo que te vende y lo que no leyó, es poco. Un freak. Un caso poco probable porque aun cuando no haya leído tal o cual novela, sí leyó una anterior del mismo autor y por ende terminas y sales recomendado por él.

A don Manuel lo traicioné. Por un momento, se me pasó por la cabeza dedicarme a criticar libros en YouTube siempre y cuando él me regalara los libros leídos. De mi parte, él obtendría la propaganda y la recomendación para su librería. Pero, después de un par de días (no demoré mucho en notarlo) decidí que no haría videos comentando ni criticando libros. Es una de las cosas que menos disfruto con la literatura. No es lo mío. ¿Qué otra cosa puedo hacer, si no es escribir? Leo, y mucho, pero lo callo. Escribo, y mucho, pero lo muestro. Incluso así, he dejado proyectos abandonados. Un traidor en potencia, ya no sólo para don Manuel, sino para la literatura. Si la literatura fuese mujer, posiblemente miraría hacia el lado y tendría el mejor orgasmo anal con otro autor. Uno más comprometido.

Mientras tanto, yo me preocuparé de mi problema con el alcohol. A ver si vuelvo a tomar la bicicleta y pedalear. Y terminar lo escrito.

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