Un hombre en Caracas sostiene un cartel con una caricatura que representa la Asamblea Constituyente impulsada por el Gobierno de Nicolás Maduro. (Fotografía: Miguel Gutiérrez / EFE)

Entre la cordura y el delirio

Venezuela se detiene durante el paro de 48 horas convocado por la Oposición, mientras el Gobierno se reafirma en que habrá Asamblea Constituyente el domingo 30

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21 min readJul 26, 2017

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por Alfonso Maldonado

ESTABA BAJANDO por la cuesta hacia los edificios color gris prefabricado, que tan bien conozco. Unas ocho torres. Pero, a diferencia de otras oportunidades, parecía que toda la comunidad estaba en la calle. A corta distancia, justo detrás del último edificio, se incrusta contra la ciudad la autopista, tal como si fuese una inyectadora que está ahí para inocular carros (coches). Esa zona del este de Barquisimeto se conoce con el nombre de “El Cardenalito”.

Desde donde estaba se escuchaban disparos y explosiones con una frecuencia sobrecogedora. Momentos antes se había intentado algún tipo de intervención en el conflicto, de parte de organizaciones de Derechos Humanos, junto con la Vicaría de la Arquidiócesis, aun cuando parecía que las condiciones no estaban dadas. Así que no se pudo bajar la intensidad del conflicto o intentar cualquier otro arreglo. Ya iban unos 60 heridos, un saldo totalmente desproporcionado en relación con los días anteriores. Al final del día llegaría a más de 100, aunque solo unos 3 fueran de cierta gravedad. De ahí que todos los vecinos estuviesen en la calle, y no como simples exploradores.

Eran alrededor de las 4 pm.

18 horas antes

El día anterior, miércoles 19 de Julio casi rayando la medianoche, cuadrillas militares y equipo estuvieron removiendo las barricadas tanto en el sector como en otras partes de la ciudad. Las explosiones reportadas en la anterior entrega tuvieron que ver con eso. En el Club Hípico Las Trinitarias, distante un poco más de un kilómetro del Cardenalito, la impotencia se vistió de dignidad y, mientras los uniformados reprimían “preventivamente”, los vecinos caceroleaban y hacían sonar las vuvuzelas, esas que en otra Venezuela se habían podido comprar, cuando el Mundial de Sudáfrica 2010.

Tomar la calle

Por distintos sectores de la ciudad y del país se mantuvo el mismo operativo. La MUD (Mesa de la Unidad Democrática, coalición de partidos opositores, de diferentes tendencias) había convocado a un paro de 24 horas para el jueves 20 de julio. La llamada Resistencia, es decir, los grupos organizados, algunos con una dosis mayor de virulencia mientras otros de tipo frontal pero controlado, que está en las calles y en barrios y urbanizaciones, lo combinaron con un “Trancazo”: obstruir las vías de comunicación. Los Cuerpos de Seguridad buscaban romper la toma de las calles, especialmente en los puntos neurálgicos. Mientras la Oposición-Resistencia hacía lo posible por mantenerla en su poder. Era una manera de decir: “el país no está normal ni normalizado ni bajo el control del gobierno”.

Si no están los vecinos en la autopista que se debía cerrar, están los muchachos, esos que llaman “libertadores”, “escuderos” o “guerreros”. Son los nombres de aquellos que suelen aparecer en la memoria fotográfica de estos días

La situación en la zona de enfrentamiento era curiosa: quienes accionaban sus armas de perdigones era la Policía Estatal, PoliLara, mientras a un lado estaba un grupo de GNB (Guardia Nacional Bolivariana) sin intervenir. La policía estaba en la autopista, pero entre dos bandos: los que protestaban bien apertrechados de piedras, cohetones y molotov hacia el norte de la autopista, mientras que hacia el sur otro grupo protestaba con piedras y consignas, algunas de ellas más certeras que los dardos. “Yo lucho también por ti, policía, porque también tú tienes hambre”. O más deslenguados, como “policía vendido, estás vendiendo tu patria”. Por supuesto que todo esto se dice en Venezuela, como en cualquier otra parte, con un florilegio de expresiones altisonantes, pero muy acordes con la situación de desespero real y de lucha de este país, en la crisis silente de los hidalgos de antaño: rebosantes de supuesto honor, pero pobres de solemnidad.

Todas estas escenas se seguían paseando por mi cabeza en la medida en que me acercaba más a las construcciones de 12 pisos que flanqueaban la calle. Mientras veía a los vecinos muy determinados a acompañar las protestas y cumplir con la tarea asignada por la MUD. Si no están los vecinos en la autopista que se debía cerrar, están los muchachos, esos que llaman “libertadores”, “escuderos” o “guerreros”. Son los nombres de aquellos que suelen aparecer en la memoria fotográfica de estos días. Pero por detrás hay toda una logística ligada a la alimentación. Si se quería tomar la calle todo el día, había que prepararse. Y no hacía falta consultar a una pitonisa para que Apolo revelase que iba a haber algún tipo de confrontación. Así que la contingencia también preveía la atención a los posibles heridos.

Organizaciones humanitarias en acción

Grupos de voluntarios habían organizado un modesto hospital de campaña en uno de los sectores. Allí llegaban las personas maltrechas por los enfrentamientos. Sin importar quienes fuesen, eran atendidos. Lo mismo hubiera dado que se tratase de un funcionario policial o GNB. Organización y mística (¡mucha mística!): “Yo en el herido atiendo a Jesús sufriente”, decía alguna de los voluntarios. Mientras estaba escuchando el “parte de guerra”, me fijaba como, en un país con un sistema de salud por los suelos, se hacía lo posible solventar cualquier situación. En algunos sectores se ha dado el que entre los vecinos corra la voz de algún insumo médico que haga falta, y de alguna manera aparece.

¿Cómo explicar que en Venezuela el Estado utiliza su Fuerza Armada — de momento GNB- para reprimir al pueblo de manera brutal y desproporcionada, y que busca confinar a las familias a sus casas para que abandonen su afán de protestar, mediante el recurso al terror?

–Alguna gente de otras partes del mundo dice que, los voluntarios que atienden la salud, deben hacerlo pidiendo un “cese al fuego” entre las partes ¡ni se imaginan lo que es esto!

Es cierto. Es el comentario usual de quienes tienen familiares o conocidos en otras partes, o que han estado en contacto con organismos foráneos.

–Yo les repito una y otra vez a unas amigas de España lo que está pasando, y no consiguen entenderlo.

Los organismos internacionales tienen sus protocolos. Por ejemplo, la Cruz Roja y la Media Luna Roja tienen un protocolo de atención en caso de conflicto armado. Es cuando iza y despliega su tienda de campaña con ubicación visible y estratégica, que no debe ser atacada. El otro protocolo que usa esta conocida organización internacional es en caso de desastres naturales ¿Cómo explicar que en Venezuela el Estado utiliza su Fuerza Armada — de momento GNB- para reprimir al pueblo de manera brutal y desproporcionada, y que busca confinar a las familias a sus casas para que abandonen su afán de protestar, mediante el recurso al terror? ¿Que busca someter al pueblo con vileza para imponer una hegemonía en el poder? ¿Que hace lo posible para inculparlos? Para esto no hay un protocolo acorde.

Como no hay protocolo para las palizas salvajes, las torturas, llevar detenidos y amenazar (cf. Laura Weffer Cifuentes, OEA revela patrón en torturas a los detenidos por protestas y manifestaciones); suspender en el aire, con el cuerpo en el vacío, en el último piso de algún edificio para obligarlo a tomar las pruebas que lo incriminen, con una fotografía, como terroristas. Que grupos armados paramilitares estén durante horas acosando a comunidades, sin que las comunidades puedan recibir ayuda de algún Organismo de Seguridad del Estado. Como no hay protocolo para que un reportero pueda cumplir su trabajo, sin ser golpeado y vejado, como el sábado 22 de julio ocurrió en Caracas con cinco de distintos medios (Rafael León, Daniel Blanco, Carlos Torres, Mildred Manrique y Marce Peña), pero especialmente en el Edo. Lara, donde vivo, pues el reportero Luis Díaz, de La Prensa de Lara, terminó con varias costillas rotas.

Un conflicto desigual

En los últimos años, especialmente durante el 2013 y 2014, cuando un muchacho llegaba a la emergencia de una clínica u hospital, por haber recibido alguna herida de gravedad mientras protestaba, ese muchacho era esposado a la camilla o simplemente arrancado de ahí para ser llevado a un centro de reclusión. Para el 2017 ningún herido en manifestaciones puede ir a un centro médico. Debe resolver su situación por otros medios, si no quiere arriesgar su suerte al capricho militar…

Esta ausencia de lógica hace que los parámetros internacionales se vean desfasados. Que en el Medio Oriente ISIS no respete ciertos estándares, eso se entiende. Quizás por prejuicios de supremacía cultural Occidental y los videos de las decapitaciones. Pero que en un conflicto no abierto ni convencional ocurra esto, hace que estallen las neuronas. No es lo que se esperaría de Venezuela, con todas las dificultades conocidas. Un conflicto donde, de un lado, hay militares (alguno de sus componentes) y, del otro lado, civiles desarmados.

Con todo, ha habido situaciones en los que la Cruz Roja ha intervenido para atender a algún herido. Inclusive se acercó con su bandera ondeante al Cardenalito.

¿Cómo se llegó hasta aquí?

Ya son más de 100 días de protestas. El año pasado se negó el referendo para revocar el mandato a Nicolás Maduro, cuestión que está contemplada en la Constitución. La nueva Asamblea Nacional, dominada por la Oposición, comenzó su mandato el martes 5 de enero del 2016. Desde ese momento se le fue despojando de muchas de sus atribuciones. Una serie de vacantes del TSJ (Tribunal Supremo de Justicia) fueron llenados entre gallos y medianoche en prácticamente los últimos 15 días del 2015: el proceso de selección se hizo de forma atropellada, sin respetar los lapsos de los tiempos, con unos personajes sin la formación académica necesaria ni los postgrados que amerita dicho cargo, como reza en la Constitución. No solo sin los años como docentes, sino tampoco con los años de ejercicio requeridos. Alguno con extraños estudios de pre-grado en el exterior (¿si habrá estudiado?), pero otros sindicados de asesinato, con cárcel, como en el caso de Maikel Moreno, el presidente del TSJ. Salió de la cárcel por beneficios procesuales. El único requisito, por lo visto, era ser incondicional con “el proceso” (término como se conoce a los cambios impulsados por Hugo Chávez, y que parecían apuntar hacia una clonación de la revolución cubana, con imaginario bolivariano).

La fiscal general no ha dado su brazo a torcer y, por ejemplo, el Gobierno no ha conseguido imponer a una vicefiscal a su conveniencia

Estos acontecimientos, más la decisión desacertada de Nicolás Maduro y el TSJ de terminar de desnudar a la AN de atribuciones para adosárselas al TSJ, hicieron que el 31 de marzo pasado la Fiscal de la República, Dra. Luisa Ortega Díaz, hablara de una ruptura del orden constitucional. Desde entonces, aunque ya era la consideración para un buen grupo de ONG’s meses atrás, la opinión pública califica a Nicolás Maduro como dictador. El forcejeo por destituir a la Fiscal, que fue otra jugada del régimen, no termina de darse: la Fiscal no ha dado su brazo a torcer y, por ejemplo, el gobierno no ha conseguido imponer a una vicefiscal a su conveniencia (no se la ha recibido en la sede de la Fiscalía). De hecho, aun cuando algún medio internacional yerre por desconocimiento de la legislación venezolana, la destitución de la Fiscal debería hacerla la AN, previo pronunciamiento del TSJ … Tal cosa no ha ocurrido y no parece que vaya a ocurrir. Pero la siguiente mano de baraja la tiene la Asamblea Nacional Constituyente.

La alianza MUD, mayoría de la AN, convocó un plebiscito el 16 de julio, donde más de 7 millones de venezolanos votaron en rechazo a la Constituyente de Maduro, exigieron a la FAN y cuerpos de seguridad de respetar a la Constitución y caminar hacia un gobierno de unidad nacional. Para la calle, especialmente a la llamada Resistencia, le pareció timorata la manera cómo la Oposición administró este triunfo. Y la primera acción contundente fue este paro de 24 horas, elevado a “trancazo” por algunos. Seguía siendo una forma de rechazar el proyecto constitucionantista.

La Constituyente “va”, la Constituyente “no va”

De hecho, la Constituyente ha tenido incógnitas tan evidentes como los huecos que deja en la ropa la polilla. No tiene un rumbo fijo que justifique de manera pública su convocatoria. Lo que no quiere decir que no haya una agenda escondida. Aunque sea la de mandar de manera indefinida de forma supraconstitucional. En la convocatoria (que está en un decreto “presidencial”), queda claro que, entre las motivaciones, está la de excluir la legitima disidencia en temas políticos. El protestar es anti-patriótico, por lo que sería prescrito. Todo tiene que ver con la guerra económica, que es para el gobierno la excusa de su fracaso en economía. Por supuesto, está la referencia a la injerencia extranjera. Y, last but no least, el Estado comunal. Por ahí se filtró algún documento de uso interno, donde aparece ciertas líneas más de corte estatista y comunal (¿la propiedad privada-comunal? Enmascaramiento propio del neolenguaje revolucionario). Y no falta algún abogado que alerte sobre su similitud con la Constitución cubana. O alguno que quiere acallar al pensamiento contrario como “instigación al odio” (¿inspiración de leyes podemistas en relación con el LGTB?). Almagro, el secretario de la OEA, en días pasados comunicaba la conclusión de la Comisión de Venecia, donde se señala que el proyecto de constituyente es violatorio de los cauces que establece la Constitución para su reforma, enmienda o convocatoria de Asamblea Constituyente.

Si la instalación de la ANC (Asamblea Nacional Constituyente) es el puerto de desembarque para el grupo vinculado al gobierno, una alternativa para adornar el mandato perpetuo de Maduro y sus secuaces, la traba ha sido el convencimiento de la población sobre su carácter fraudulento

Si la instalación de la ANC (Asamblea Nacional Constituyente) es el puerto de desembarque para el grupo vinculado al gobierno, una alternativa para adornar el mandato perpetuo de Maduro y sus secuaces, la traba ha sido el convencimiento de la población sobre su carácter fraudulento. Están las llamadas “bases comiciales”, conjunto de condiciones sobre las que el gobierno monta la convocatoria y elección de los diputados para esta. Se da una desproporción entre el peso de las zonas más pobladas y aquellas con más municipios (un representante por municipio, sin importar la densidad poblacional). Pero también hay un voto por gremio, según haya sido calificado el votante (los gremios son los seleccionados y reconocidos por el gobierno). Y hay también voto por los conejos comunales (que el gobierno solo reconoce si le son afines, no si le son opositores). Al final, una persona emitirá unos 3 votos, pero otro 2 y otro alguno, según entiendo de todo este enredo. Pero, además, aunque por Ley en Venezuela se debe votar solo con la cédula de identidad (DNI) o pasaporte, en ésta el elector puede votar con el Carnet de la Patria: es la versión digital de la cartilla de racionamiento cubana, con una identificación y doble numeración. Se dice con bastante credibilidad que el número que no corresponde al del documento de identidad (cédula de identidad), corresponde al documentos de identidad de alguna persona fallecida que mantiene su nombre en el registro electoral. De tal forma que una persona emitiría el equivalente al sufragio de dos. Pero tampoco hay tinta indeleble y la gente puede votar en centros distintos al suyo. A lo que surge la pregunta: ¿votará más de una vez? Nada de esto es desechable, cuando en el simulacro electoral del 16 julio la participación fue mínima. Hoy 25 de julio, sigue habiendo mucha confusión (ni siquiera se tiene la certeza de las direcciones de los centros de votación). Por lo tanto, la exigua participación que necesita ser multiplicada por 2, o 3, para cubrir las apariencias internacionales.

Ese jueves 20 de julio

Así estaban las cosas de candentes ese día. Como en El Cardenalito-Fundalara, lo estaba el resto del país. Pero en zonas no tan lejanas, como las Doñas, en el extremo oeste de la ciudad, o en Cabudare, ciudad dormitorio (urbanismos como La Hacienda, Valle Hondo y Ciudad Roca), donde la represión se llevó a cabo con otros componentes y otras armas (no ha salido el Ejército, pero sí hay varios grupos especializados, como el CONAS, que se especializa en secuestro, y el SEBIN, Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, se dice que salen delincuentes de la cárcel también para hacer el trabajo sucio). Hay reportes confiables de disparos con balas. Si bien en El Cardenalito no hubo detenidos, no así en otras partes. Algunas ONG’s consiguieron acercarse a los llamados “puntos calientes”, pero no fue tan fácil.

Un policía cansado y de mirada triste me dijo: “los muchachos creen que uno está con el Gobierno; ellos protestan por el asunto de la Constituyente; pero si ellos cierran las calles uno tiene que intervenir, porque están afectando el libre tránsito, como está en la Constitución”

En el caso de El Cardenalito, en un momento se dio la retirada de todos los cuerpos de seguridad. No es fácil precisar la razón. Una poblada enardecida se acercó para protestar su descontento ante la comisaría de policía estatal de Fundalara. Esta es una zona de casas de política social de los años 70, aproximadamente. Queda el temor, por mensajes de Óscar Pérez en su cuenta twitter, si era protesta o se quería quemar. Dudo lo segundo por la cercanía del resto de viviendas. Pero el descontento ante la actuación policial era evidente (su actuación permitió presuntamente la libertad de Carlos Roldán, jefe de los colectivos paramilitares agarrado en flagrancia). En algún sitio, como en el barrio La Carucieña, un puesto de la GNB fue quemado por la comunidad, sin que estuviese allí funcionario alguno. Lo cierto es que en cuestión de minutos tres camiones de transportación (que en Venezuela le dicen “perreras”) de la policía llegaron a las inmediaciones, y saltaron la suficiente cantidad de policías como para tomar el control de la situación.

Con el final del día se acababan allí los enfrentamientos. Un policía cansado y de mirada triste me dijo: “los muchachos creen que uno está con el Gobierno; ellos protestan por el asunto de la Constituyente; pero si ellos cierran las calles uno tiene que intervenir, porque están afectando el libre tránsito, como está en la Constitución”. Tal ha sido el comportamiento de la policía a lo largo de las últimas décadas: una calle cerrada es sinónimo de represión policial, pues lo reglamentario consiste en asegurar la libre circulación. Lo cual no exime de los abusos de autoridad de antes o de ahora.

¿Qué se está cocinando en el ambiente?

Amaneció el día viernes. La Asamblea Nacional no pudo sesionar en el Palacio Legislativo. El martes lo impidió el mismo piquete de la GNB que debía resguardar la sede del Poder Legislativo. Sesionó en la plaza Alfredo Sadel, dentro del municipio caraqueño de Baruta, que está en las manos de la Oposición. Si la AN y la Fiscalía consideraban vacantes los cargos del TSJ (de hecho, más bien se trataría de usurpación de cargos de parte de 33 personas), había que nombrar a los Magistrados reales. Fue lo que hicieron. Tal situación, tomada en serio, crea una crisis de poder: ¿quiénes son los legítimos? ¿a quién debe obedecer los Cuerpos de Seguridad?

Ya Maduro amenazó con apresar a todos y cada uno. El primero que cayó, ese sábado 22 de julio, fue el Magistrado Zerpa: preso sin consideraciones. Era una persona cercana a la Fiscal de la República. Ya para hoy, 25 de Julio, hay otros 2 detenidos. Canadá ha levantado su voz, porque considera un procedimiento írrito. Si Maduro ha roto el orden constitucional, no se sometió el año pasado a evaluar su gestión en un referéndum querido por la gran mayoría y si tal nombramiento compete a la AN, único poder con legitimidad de origen indudable (independientemente de lo que diga el TSJ, cuyas decisiones están viciadas inclusive, de conflicto de interés), es lógica la postura canadiense.

De paso, los Magistrados fueron presentados ante un Tribunal Militar acusados de “traición a la Patria”. Y, en el caso del magistrado Zerpa, dicen que está recluido en un baño, pues no hay otro espacio en el Helicoide (la sede del SEBIN). E inició una huelga de hambre.

Ese día viernes, que parecía ser un día destenso (el fin de semana fue relativamente suave para manifestantes y cuerpos de seguridad), se dio una situación por fuera de todo lo razonable y previsible. Un grupo de muchachos de la Resistencia se les ocurrió secuestrar una gandola (camión con remolque) de transporte de gas, en El Cardenalito. La atravesaron en la autopista y amenazaron con incendiarla (supuestamente estaba vacía). Por supuesto que nadie de la comunidad apoyó la acción. No se necesita de mucha imaginación como para considerar el riesgo de calcinar todo a unos 500 mts a la redonda, si no más, si pasaban de la amenaza a los hechos.

Enseguida se generó una alerta dentro de las redes de las Organizaciones. Un grupo de ONG’s acudió al sitio para intentar ver cómo se corregía el entuerto. Parte de la acción le correspondió a un pastor evangélico. Conversó con alguno de los muchachos, luego se acercó a la Brigada XIV, a unos 300–400 mts del lugar, donde estaban concentrados todos los cuerpos de seguridad. Allí fue testigo de cómo se preparaban los efectivos para tomar el control a como diese a lugar. Una notable cantidad de unidades de transportación, tanquetas, motorizados, equipos para remover el transporte salieron de un solo golpe.

Pudiese haber un proceso de radicalización en algunos grupos, que consideran la salida política solo posible como una salida violenta. O los que no sienten el liderazgo necesario de la Oposición o de su capacidad comunicacional para orientar la fuerza de la calle

Pero, por alguna razón, cuando llegaron al sitio se lo consiguieron desierto: solo estaba el vehículo. No hubo ninguna dificultad para removerlo. Había sido una acción demencial, cuya finalidad, según se decía, era la de negociar la liberación de un grupo de casi 30 detenidos de la jornada de protestas del día anterior. Aun cuando en estos más de 100 días de protestas en todo el país se hayan dado acciones lamentables que están sujetas a investigación (uso en algún momento de armas de fuego, el caso del atropellado y quemado en Lecherías o un motorizado quemado en Caracas por parte de algunas personas que no se ha conseguido identificar), tales acciones han sido episodios aislados.

Sin embargo, considero conveniente no perder de vista estos comportamientos. Porque pudiese haber un proceso de radicalización en algunos grupos, que consideran la salida política solo posible como una salida violenta. O los que no sienten el liderazgo necesario de la Oposición o de su capacidad comunicacional para orientar la fuerza de la calle. O pudiesen ser infiltrados los grupos de protesta y Resistencia por personas ligadas a la Inteligencia del gobierno, para que impulsen el camino violento, enseñe algunos trucos y así poder criminalizar las manifestaciones y justificar el uso de la violencia institucional (esto último no es una simple hipótesis, sino que corresponde con casos concretos de otros años). Por fortuna, puedo asegurar que el asunto de la gandola ha sido un acto aislado dentro del panorama nacional.

Se da el caso de ciertos sectores complicados donde la población ha recibido el ataque inclemente de colectivos paramilitares. En estos casos las barricadas se han ido transformando en auténticas estructuras de defensa. Y algunos vecinos se han apertrechado con armas de fuego, pues se sienten vulnerables. Ante el ataque de colectivos, que de noche rondan disparando contra las viviendas con total impunidad, hay comunidades que optan por defenderse de manera proporcional (y lamentable, pues debería ser labor de una policía, que hoy por hoy es cómplice y ausente).

Semana crucial

Entramos en otra semana crucial: el siguiente fin de semana debería realizarse la elección de diputados para la ANC, en contraposición con el proceso previsto por la Constitución y con todas las sospechas razonables de que se trata de un mega-fraude. Entre miércoles y jueves la Oposición está convocando a un paro de 48 horas. A él se han plegado los sindicatos. Y las calles se van preparando para los enfrentamientos. En zonas de Cabudare las barricadas han sido levantadas con sacos de arena. Solo este dato sirve para medir tanto el pánico de las comunidades como de la forma como piensan enfrentar las amenazas reales o posibles. Aunque para algunos es la manera de asegurar el cumplimiento a rajatabla del llamado. Igual depende mucho de la sensatez de los líderes locales, como para lo que puede ser auto-sitiarse, cumpla su objetivo con la debida flexibilidad: ¿no interesa tener asegurado alimentos y medicamentos? ¿poder canalizar emergencias médicas?

En algunos sectores se están situaciones similares, mutatis mutandis, a la que se dio en el sector “23 de Enero” de Caracas: ese sector se encuentra controlado por algunos colectivos (armados) como “La Piedrita”. Ellos, aliados del gobierno, son la “ley” en el sector: siendo una zona popular, todo está controlado, como una ciudadela. Esto ha disminuido la delincuencia, a cambio de que ellos sean “gobierno” de esas parcelas. En esos otros sectores, controlados por la Resistencia (y, por lo tanto, adversaria al gobierno y sus planes de “paraíso comunista”) con barricadas difíciles de sortear, tampoco hay presencia policial alguna. Son grupos aparentemente muy disciplinados los que se encargan del orden social, de quien entra y quien sale, de tutelar la vida de la comunidad (¿de la comuna de París?). En su interior los vecinos se mueven con holgura distinta a lo que ocurre en el resto de la ciudad.

Rusia tiene en garantía una buena cantidad de acciones de la Citgo, empresa de refinamiento y distribución de gasolina de capital venezolano (del Estado) en los Estados Unidos. Si bien ha querido bailar pegado al gobierno (o sea, favoreciendo al gobierno de Maduro), tal garantía puede volatizarse si el gigante del Norte toma acciones contra Venezuela

Pero no en todas partes hay esas formas tan elaboradas de organización. La estructura interna de quienes se resisten vendiendo cara la vida sobre el asfalto puede ser más jerárquica o más horizontal. Esto les permite o les impide mayor racionalidad a la hora de tomar decisiones. En todo esto funciona muy bien la bomba de adrenalina. La edad de los que están resteados está enmarcada entre el final de la adolescencia y el principio de la juventud. Es cuestión de resistencia física.

Mientras Venezuela avanza hacia el abismo o la salvación, buena parte del mundo sigue su trayectoria. Esto puede explicarse por diversos motivos. Por ejemplo, Rusia tiene en garantía una buena cantidad de acciones de la Citgo, empresa de refinamiento y distribución de gasolina de capital venezolano (del Estado) en los Estados Unidos. Si bien ha querido bailar pegado al gobierno (o sea, favoreciendo al gobierno de Maduro), tal garantía puede volatizarse si el gigante del Norte toma acciones contra Venezuela, si avanza la Constituyente (habría una confiscación de bienes del Estado en suelo norteamericano). Por lo visto, Rusia quiere cambiar dicha garantía por el derecho exclusivo de explotación de algunos campos petroleros.

La embajada norteamericana pidió a sus ciudadanos en el país caribeño de recolectar insumos para 72 horas, como ha pedido también la Oposición a la ciudadanía. Mientras se prevé más sanciones hacia altos funcionarios de gobierno. Hay que recordar que, además del tema político, está la conjetura bien fundamentada de ser una narco-dictadura. Avanzar por una situación no prevista por la Constitución, acarrearía el aislamiento mayor del país. Se restringiría las posibilidades de firmar tratados comerciales y se agudizaría la crisis interna, al no poder ni vender su petróleo ni comprar los productos. Las fábricas expropiadas han sido un fracaso.

Por cierto, que Estados Unidos está pensando liberar una buena cantidad del petróleo contenido dentro de su reserva estratégica, con lo cual podría prescindir de la importación del oro negro venezolano. Si pusiera a disposición del mercado internacional dicho excedente, también ello asestaría un duro golpe tanto a Rusia y su deseo de jugar rudo en política internacional, como a Cuba, cuyas entradas dependen en parte de la reventa del petróleo que Venezuela le “obsequia” a través de PetroCaribe.

En días pasados ABC se refería al desembarco de denuncias de 57 altos funcionarios de Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional de La Haya. Noticias Caracol y Tal Cual denunciaron un éxodo masivo de 26 mil venezolanos hacia Colombia, este 24 de julio, ante la incertidumbre de este fin de semana.

Este ambiente es el que se respira en Venezuela. Sin señalar temas como impunidad, criminalidad, desempleo, el problema de la inflación, la devaluación de la moneda y tantos otros, más cercanos a la normalidad de cualquier otro país… o a la Venezuela de hace unos años atrás. Médicos que atienden en la calle, que no tienen insumos de ningún tipo. Falta de medicamentos de alto costo para enfermedades complicadas. Por no mencionar el problema de los enfermos psiquiátricos, algunos que solo pueden ser controlados en casa encerrándolos o atándolos. O la ausencia de vacunas, especialmente para los infantes…

Llega este mensaje, hoy martes 25 de julio, de fuente de absoluta confianza (los textos en cursiva son míos):

Incidentes en un bastión del chavismo

Por favor difúndanlo. Anoche alrededor 1am en La Carucieña (un barrio del oeste de la ciudad) en el CPC (Centro Participación Comunitaria) donde funciona una Radio Comunitaria (Crepuscular 101.1FM) un ataque presuntamente de un sector de la Comuna Ataroa enfrentado a quienes controlan la radio, produjo un incendio de sus equipos de radiodifusión. Ese mismo grupo muy afectado por despliegue y resultados de la Consulta Popular del 16 de Julio (alrededor de 5.000 manifestaciones de voluntad), lanzó una piedra con un mensaje en papel amenazando de muerte al dirigente popular de la zona Alcides Mavare, hermano de otro líder popular del sector asesinado en un sicariato político en abril 2016 por promover con mucha fuerza el Referendo Revocatorio en la zona. Desde ese entonces Alcides y su familia han recibido amenazas que ahora se agudizan ante desplazamiento político del oficialismo y avance de las fuerzas democráticas en La Carucieña. Sector políticamente emblemático del chavismo durante más de 15 años, al punto que en ese CPC vota Luis Reyes Reyes (compadre de Chávez y persona a cargo de la coordinación de las acciones de cuerpos de seguridad y “gobernador paralelo”). Solidaridad con Alcides Mavare. Exigimos protección a su vida y a la de su familia. Mañana se exigirá medidas de protección en la Fiscalía Superior de Lara.

En una jornada cualquiera de estos días, un rescatista se abalanza hacia una cámara:

–Soy rescatista y me golpearon… estaba atendiendo a una persona, y me quitaron el bolso con los insumos…

Quizás estaba atendiendo a alguien llamada Venezuela. Esperemos que no sea tarde.

Alfonso Maldonado es sacerdote desde hace 25 años. Vive en una comunidad de laicos en la arquidiócesis de Barquisimeto, Venezuela. Tiene estudios de teología sistemática. Da clases en el Seminario Divina Pastora. Publica artículos en www.razonesparalaesperanza.blogspot.com, teologiahoy.com y noticias251.com. Aficionado a la radiolocución, lleva un programa dominical llamado “Razones para la Esperanza” en www.unionradio.am

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