Cómo convertirse en programadora después de los 32.

Ari
Adalab
Published in
3 min readApr 14, 2019

“Las opiniones, hechos e interpretaciones expresadas en esta publicación, que no han sido sometida a revisión editorial o de otro tipo, son de exclusiva responsabilidad de sus autoras y pueden no coincidir con las de Adalab.”

Cuando llegamos a los 30 pueden pasar dos cosas: o te entra un subidón de “¡buá, ahora es que viene lo bueno, vamos a darle con todo a la vida!” o te da la famosa crisis de “bah, ya tengo 30 y mi vida es un desastre, tengo un trabajo precario, pero como ya tengo 30, no hay nada qué hacer”. Y viene la edad y tira tu toalla. Te resignas y comienzas a actuar en función de ese desastre sin norte, acostumbrándote a vivir con él y en él.

En vez de pensar que por tener más de 30 ya es muy tarde para cambiar todo; más bien piensa que el tener más de 30 es lo que te va a dar el impulso de cambiarlo todo. La edad no va a dirigir tu vida. Tú coge esa toalla del suelo, límpiate las lágrimas y el sudor, proponte un plan y hazlo.

Lo que has hecho hasta ahora no está perdido. Todo lo que estudiaste, toda las experiencias que has vivido hasta ahora te han formado como persona y te han dado habilidades que vas a traducir y transformar a tu nuevo entorno. Eso te da un valor riquísimo y único para aportar a tu nuevo equipo de trabajo.

¿Por qué me tomo el atrevimiento de escribir sobre esto?

Yo tengo casi 33 años, 2 carreras (enfermería y psicopedagogía) soy madre de un niño de 10 años y lo he criado sola desde que nació. Emigramos a sus 5 años y al llegar a Madrid, tarde 4 años en intentar ejercer lo que había hecho en Venezuela pero no fue posible. Y lo intenté muchísimo porque no sólo me apasionaba sino que creo que era muy buena y tenía mucho que ofrecer a los niños con diversidad funcional y sus familias. Pero visto lo visto, tenía dos opciones: resignarme (que lo hice durante mucho tiempo) o reinventarme y buscar salida.

¿Reinventarme a los 32 años? ¿Ponerme a estudiar yo ahora con esta edad y lo cansada que estoy? ¿Ponerme a tratar de entender un ordenador a esta edad? ¿Una enfermera y psicopedagoga tirando una línea de código? ¿APRENDER A PROGRAMAR A ESTAS ALTURAS DE MI VIDA?

Todas estas preguntas seguro las respondes con un “ni de coña”, pero después de intentar rescatar algo que no me estaba respondiendo de manera justa con todo lo que estaba dando, de tener una calidad de vida bastante mala cuidando niños y descuidando al mío… dije que sí, que eso es lo que iba a hacer. Me lo propuse y aquí estoy a mitad de la formación en Adalab, cansada pero feliz, con ojeras pero encantada; aprendiendo a programar y visualizándome en mi nuevo trabajo como programadora muy pronto.

Que nadie te diga que no puedes. Y suena cliché pero si yo he podido, te aseguro que tú también.

Y este artículo no es solo una motivación para que des un salto hacia la programación, que fue el camino que yo escogí; sino para cual sea el cambio que implique muchas ganas, pasión, mejora de calidad de vida o lo que sea que te mueva. Lo que sea, pero que te mueva. Atrévanse. Todas las trabas, obstáculos y peros que se te crucen, cámbialos a tu favor. Voltéalos. Usa tus ganas y todos las reacciones psicológicas y fisiológicas que te genere el el miedo como un impulso que te empuje hacia adelante.

No importa ser un principiante después de los 32. Ni a los 50. Solo importa que seas un principiante feliz y con muchas ganas de aprender.

Créditos de la foto principal:

<a href=”https://www.freepik.es/fotos-vectores-gratis/mujer">Foto de mujer creado por freepik — www.freepik.es</a>

--

--

Ari
Adalab
Writer for

Programadora. A veces escribo y a veces doy charlas. Colaboro con @qmodees