Experiencias móviles para contenidos: cómo, cuándo y por qué
Participamos de un debate en CIMEL sobre cómo construir grandes experiencias de usuario en la nueva era mobile.
Hace unas semanas, nos invitaron al Centro de Investigación de Medios y Entretenimiento para Latinoamérica para participar de un desayuno debate con los principales referentes de la industria digital en Argentina. Si bien en un principio el encuentro se enfocó en los desafíos que presenta la era mobile y la necesidad de generar contenidos para dispositivos móviles, rápidamente el debate se centró en la importancia de construir buenas experiencias para los usuarios de todas las plataformas.
Durante el encuentro, que contó la participación de empresas como Disney, Telefe, Clarín, LG y Taringa!, llegamos a la conclusión de que las industrias de contenido deberán adaptarse a la nueva realidad y abrazar la innovación, porque de lo contrario irán perdiendo cada vez mayor audiencia.
Una de las ideas más fuertes que planteamos en la mesa es que los modelos de negocio tradicionales muy pronto quedarán obsoletos. El mundo se mueve, cada vez más, en torno la colaboración y el libre acceso a los contenidos, por lo que las empresas locales tendrán que empezar a pensar en nuevas maneras de generar valor y monetizar sus productos y servicios si no quieren perder competitividad.
Sin embargo, la innovación no debe ser planteada como un accionar aislado, sino que debe formar parte de una estrategia sistémica. Si las empresas no asumen este desafío como un compromiso de adaptación permanente, la industria estará condenada al fracaso.
¿Por qué?
En el pasado, la relación de los usuarios con los contenidos se reducía casi exclusivamente a su rol de espectadores. Hoy en día, los usuarios se convirtieron en productores de contenidos y, en algunos casos, con audiencias superiores a muchos programas de televisión.
En las redes sociales las personas encuentran una fuente ilimitada de contenidos generados por ellos y para ellos. Al mismo tiempo, funcionan como canales para que los usuarios manifiesten sus opiniones respecto de las producciones de los medios tradicionales. Tal es el impacto de esta nueva modalidad de consumo, que las industrias culturales ya no son quienes deciden qué contenidos perduran y cuáles se desechan, sino que son los propios usuarios los que lo determinan.
Antes de preocuparnos por el contenido, debemos pensar en una nueva propuesta que gire en torno a la experiencia de los usuarios. Sin una buena UX, el contenido no puede subsistir. Uno puede tener una botella llena del contenido perfecto, listo para ser consumido, pero si esa botella no está diseñada para llenar fácilmente un vaso y que el usuario pueda consumirlo, entonces ese contenido no servirá para nada.
Para triunfar es imprescindible que el usuario sea el centro del proceso de creación. Netflix es un ejemplo claro de una empresa que decidió ajustarse a este principio. Netflix comenzó brindando un servicio de alquiler de DVDs por correo y bajo suscripción en Estados Unidos, para luego transformarse en la principal plataforma de video on demand del mundo.
Hoy en día, no sólo distribuye contenido online, sino que también es una productora de cine, series y documentales con una audiencia de millones de personas. Netflix se centró primero en construir una plataforma con una gran experiencia para sus usuarios, y sólo una vez que logró esa meta, decidió dedicarse a producir contenido.
En este sentido, innovar es poder adecuarse rápidamente a un medio en constante cambio. Es reconocer las coyunturas y anticiparse a los acontecimientos. Es una práctica vital e ineludible porque, al igual que en la naturaleza, sólo aquellas empresas que se adaptan al entorno sobreviven.