El ex presidente ecuatoriano Guillermo Lasso, en Madrid. Foto: Carlos García Pozo

«DESEO QUE NOBOA LOGRE VENCER A LOS NARCOTERRORISTAS» GUILLERMO LASSO

por Nuria López, publicado en EL MUNDO

ÁGORA BLOG
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11 min readMay 30, 2024

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Derrotó al candidato revolucionario en 2021 (el correísta Andrés Arauz), un logro que se vio ensombrecido por la pandemia del coronavirus y por una convocatoria electoral exprés. Poco más de un año después de activar el mecanismo de muerte cruzada, el ex presidente de Ecuador Guillermo Lasso (68 años) hace balance desde Madrid de su gestión en la primera entrevista concedida desde que acabó su mandato el 23 de noviembre de 2023. Una rendición de cuentas que también ha realizado en su libro 900 días. Democracia y Resultados, distribuido gratuitamente. Es una compilación de todo el trabajo realizado que espera que sus «detractores» lean. «Jubilado de la política electoral», pues asegura que no tiene previsto presentarse en lo comicios del próximo año, se mantiene «generando opinión de temas transcendentales» y promueve la integración de América Latina en el mundo. Sobre su patria, envuelta en una espiral de violencia, desea que «por la salud y la tranquilidad del pueblo ecuatoriano [Noboa] logre vencer a los narcoterroristas»

Se dice que Ecuador ha pasado de ser «una isla de paz» a una encrucijada de violencia, ¿a qué cree que se ha debido?

Esta oleada de violencia no es solamente en Ecuador, es un problema que se está presentando en toda Hispanoamérica, donde inclusive los violentos de México intentan infiltrarse en Estados Unidos. Esa violencia es consecuencia de grupos delincuenciales que trafican con droga, armas y personas. No queda más que enfrentarlos como hice yo en su momento y como lo está haciendo ahora el Gobierno actual. Obviamente, como ecuatoriano, lo que más deseo es el éxito en esta lucha contra los narcoterroristas con vinculaciones políticas para que la familia ecuatoriana pueda vivir en paz y alcance la prosperidad que aspira.

¿Qué diagnóstico hace de la región latinoamericana? En los últimos meses hemos visto cómo incluso la violencia se expandía al Cono Sur, a lugares como Argentina, donde era algo más atípico.

Bueno, la causa es la misma. Pero yendo un poco más allá, si usted me pregunta cuál sería la solución, sería una integración latinoamericana alrededor de los problemas de la violencia, identificándolos con precisión, conectando los servicios de Inteligencia de todos los países, conectando las capacidades de las fuerzas públicas de cada uno, homologando leyes en el campo penal para castigar con la misma dureza a los narcotraficantes, independientemente del país de donde provengan. A propósito, en Ecuador, el pueblo ecuatoriano en la última consulta popular se pronunció por el Sí a la extradición del narcotraficante. Y éste es un elemento importante porque es a lo que ellos temen: a la justicia de Estados Unidos o de Europa.

Volviendo a Ecuador, el asesinato del candidato Fernando Villavicencio produjo un gran impacto. ¿Qué supuso para el país aquello en plena campaña electoral?

Un golpe muy duro, muy fuerte. Para Ecuador, Fernando Villavicencio fue un gran luchador. Lamento como el que más lo sucedido y aquel día permanecerá en mi memoria por el sufrimiento del pueblo y por la necesidad de tomar una decisión importante. Los problemas de la democracia se arreglan con más democracia. Había que continuar con el calendario electoral, no suspender las elecciones, porque no teníamos ni siquiera atribución legal para hacerlo, y también para no rendirnos frente a los grupos delincuenciales organizados que lo que pretendían era desestabilizar la democracia ecuatoriana. El proceso continuó. El resto ya es historia. Entregamos un país a un nuevo presidente legalmente elegido en las elecciones de octubre.

Centrándonos en su libro, en los agradecimientos se lee un mensaje muy claro: «A mis detractores, para quienes ‘el Gobierno de Lasso no hizo nada’» ¿Qué les diría a esos detractores? ¿Cuál ha sido su principal legado en Ecuador?

A mis detractores les envié el libro. Ojalá se decidan a leerlo. Porque fue un gobierno electo para gobernar cuatro años y por las razones políticas que explico en el libro debí disolver la Asamblea a los dos años para gobernar seis meses más por el llamado a elecciones anticipadas. Pero en esos 900 días de Gobierno hicimos mucho. El primer legado: haber vacunado al 53% de la población ecuatoriana con dos dosis en los primeros 100 días de Gobierno. […] Bueno, su pregunta me lleva a una respuesta tan extensa que está en el libro.

Venció a la revolución tras haberla enfrentado como candidato, primero contra Rafael Correa y después contra Lenín Moreno. En el texto dice que quizás uno de sus errores fue no haber informado de manera asidua de la gestión del país y que también hay que dejar claro que tenía una minoría en la Asamblea. ¿Qué considera que pudo fallar en su mandato?

Fui el primero en vencer a la Revolución Ciudadana. Bueno, hay puntos débiles y creo que el principal fue una mala gestión de la comunicación. Y aceptaré que la gestión política transitó por un vía crucis con una oposición que me planteó guerra desde 10 días antes de asumir el mando. Una gestión política que no transigía ni con la impunidad, ni con la corrupción.

¿Qué le llevó a impulsar esa muerte cruzada, que conllevaba disolver la Asamblea y convocar elecciones?

Pongámoslo dentro del contexto. Tenía una oposición irracional que pretendía destituirme por actos realizados tres años antes de que yo fuera presidente. Tan irracional llegó a ser que me quería responsabilizar de decisiones del Gobierno anterior al mío. Muchos me recomendaban que no fuera a defenderme a la Asamblea. Yo tomé la decisión de ir, enfrentarlos y, ese mismo día, debatiendo con mi fuero interno, llegué a la conclusión de que debía disolver esa Asamblea y, por lo tanto, llamar a elecciones anticipadas. Lo hice porque preferí gobernar seis meses en el purgatorio y no dos años más en el infierno. Si bien tenía los votos para salvarme de la censura, aquellos votos estaban condicionados a decisiones administrativas que yo no podía tomar porque esas sí me hubieran llevado a cometer peculado [malversación, que era de lo que se le acusaba] por omisión. Y no quería hacerlo. Además de que esos votos no eran el resultado de un debate conceptual, de un debate de ideas… No, era simplemente el interés de unos asambleístas por obtener beneficios económicos a través de la administración de instituciones del Estado. Y eso no lo podía permitir, yo no había llegado al Gobierno para ser un rehén de ese tipo de personas.

¿Qué perspectivas tiene ahora mismo del Gobierno de Daniel Noboa? ¿Le parecen adecuadas sus medidas? Porque hay un momento del libro en el que dice: «Firmes sí, pero autoritarios jamás».

Lo que más deseo es el éxito del Gobierno, que por la salud y la tranquilidad del pueblo ecuatoriano logre vencer a los narcoterroristas con sus conexiones políticas. Y por supuesto que me ratifico en aquella frase del libro donde digo: «Firmeza sí, autoritarismo, no». Pero es una frase escrita mucho antes de las elecciones de Daniel Noboa, por lo tanto, no me refiero a él. Es un concepto de carácter general, aplicable en cualquier momento de la historia de Ecuador y también de Latinoamérica.

Entonces, ¿ahora qué escribiría usted sobre este Gobierno? Porque se ha llegado a decir que Noboa está aplicando medidas tipo Bukele o siguiendo el modelo Bukele…

No lo veo de esa manera. Como digo, le deseo lo mejor. Seis meses, por la experiencia que tengo de gobernar, es muy poco tiempo para poder evaluar un Gobierno. Hay que dar más espacio y tiempo para que puedan funcionar las políticas que está aplicando.

No teme usted y su Movimiento CREO que al volverse a presentar Noboa en 2025 se prolongue su mandato en el tiempo como han hecho otros…

No tenemos ninguna preocupación, mi movimiento va a presentar candidato tanto a presidente como a asambleístas y queremos recuperar un espacio que obviamente se pierde cuando un movimiento está en el poder.

¿No tiene pensado volver a presentarse?

No, no lo tengo pensado. Me considero un jubilado de la política electoral. Pero me mantendré generando opinión en temas tan transcendentales para la sociedad como la lucha contra la desnutrición crónica, los temas de democracia y libertades.

¿Qué opina del allanamiento de la embajada de México en Quito para detener al correísta Jorge Glas? ¿Usted habría hecho algo así?

No, yo no hubiera hecho algo así. Un demócrata respeta el Estado de derecho en cualquier circunstancia y en este caso son tratados internacionales. Ahora, lo que sí debo decir es que, no estando de acuerdo con esa decisión, jamás le pediré al mundo sanciones para mi país [en referencia al llamamiento de Rafael Correa]. Definitivamente no, eso es inaceptable.

Ha llegado a decir que «lo más sano es normalizar relaciones con Venezuela». Desde su experiencia, ¿cuál sería la solución para esta crisis que afecta a todo el continente?

Soy partidario de una frase: «Los problemas de la democracia se deben arreglar con más democracia». El problema de Venezuela con muchos países de América Latina, entre ellos Ecuador, es un problema que afecta a los pueblos, que de alguna manera se ven ajenos de las disputas entre gobernantes, pero pagan ellos los platos rotos.

¿Qué opina del fenómeno de María Corina Machado?

María Corina Machado es una mujer extraordinaria, una gran política, una guerrera, una peleadora que no se ha movido de Venezuela, que se ha quedado ahí luchando contra un régimen totalitario que se resiste a entregar el poder a la oposición venezolana. Una mujer que merece todo nuestro apoyo y respaldo.

¿Confía en que vaya a haber elecciones el 28 de julio?

Prefiero mantener la esperanza y dar ánimos al candidato que hoy representa a la oposición. Pero el pasado no nos da mucho espacio para esa esperanza.

¿Y qué opina ahora mismo de la figura de Gustavo Petro? En el libro destaca su acercamiento pese a las ideologías para combatir el narco.

Hay un dicho popular que se utiliza en Ecuador: «Cada uno habla de la feria según le vaya en ella». Como presidente de Ecuador mantuve siempre una extraordinaria relación con el presidente Petro, con quien coordinamos esfuerzos por luchar contra el narcotráfico en la frontera común. Al presidente Petro Ecuador, no solo yo, tiene que agradecerle el apoyo que nos brindó en la crisis energética, dándonos energía que nos permitió suspender los apagones.

El presidente argentino, Javier Milei, es un poco más controvertido. ¿Qué le parece?

Yo respeto a Javier Milei. Le deseo no sólo a él, sino al pueblo argentino, mucho éxito en el futuro. Se lo ve un hombre con una personalidad muy definida y muy convencido de sus ideas y ojalá produzcan bienestar para el pueblo argentino.

El alegato de un proyecto democrático

Si hay una frase que repite el ex presidente ecuatoriano Guillermo Lasso es: «Los problemas de la democracia se resuelven con más democracia». Un mantra que queda reflejado en su libro 900 días. Democracia y Resultados, que ha sido presentado hoy junto al director de EL MUNDO, Joaquín Manso, en Casa de América, en Madrid.

El texto plasma las medidas tomadas por Lasso, del Movimiento CREO, durante su corto mandato. Llegó al poder el 24 de mayo de 2021, tras derrotar a la Revolución Ciudadana, y se marchó el 23 de noviembre de 2023, después de acelerarse en Ecuador la convocatoria electoral que daría como vencedor al joven Daniel Noboa. Sin olvidar una campaña electoral que no fue interrumpida a pesar del asesinato del candidato Fernando Villavicencio.

«Para mí ser presidente de Ecuador ha sido el honor más grande y servir a la gente más necesitada trabajando incansablemente», ha asegurado el ex mandatario desde la capital española, donde ha dado a conocer este alegato del que fue su proyecto en defensa de la democracia. «Yo quería servir a mi pueblo y lo hice, pero no fue sencillo por el boicot permanente que tuve», ha destacado, en referencia a la fuerte oposición que tuvo su corta Presidencia. «Defender nuestra democracia era mi deber, tenía que actuar como estadista y detener ese proyecto corrupto y totalitario que avanzaba a gran velocidad», ha agregado.

La Revolución Ciudadana de Rafael Correa se extendió toda una década, dando paso después a Lenín Moreno, que lejos de ser ‘delfín’ de su antecesor, buscó un giro político. Sin embargo, la influencia del ex presidente Correa todavía persiste en el país andino. Preguntado por el director de EL MUNDO por las consecuencias de las políticas de aquel Gobierno de izquierda en el tema que hoy tanto preocupa a Ecuador, la violencia producto del narcotráfico, Lasso ha apuntado a que «cedió espacios en la Asamblea Nacional a los narcotraficantes». Como ejemplo, recuerda que pudo constatar esos nexos cuando viajaba a pequeños municipios en los se gastaban desmesuradas sumas en las campañas, fruto de que ese «dinero era del narcotráfico». En la actualidad, «con el ‘caso Metástasis’ queda judicializada» esa relación, concluye Lasso.

El director de EL MUNDO, Joaquín Manso, y el ex presidente de Ecuador Guillermo Lasso, en Madrid. Foto: Sergio Enriquez-Nistal

«Ecuador ha atravesado crisis políticas muy duras, tanto que se ha desafiado la estabilidad democrática», ha apostillado. Un sistema de Gobierno lleno de «obstáculos», como el que le llevó a activar el artículo 148 de la Constitución —conocido popularmente como ‘muerte cruzada’—, puesto que «sabía que debía poner fin a una crisis política agobiante, que tenía a Ecuador secuestrado, harto de una clase política que hoy está plenamente identificada con el crimen organizado».

Por todo ello, Lasso hace «una rendición de cuentas», como él mismo define, en su libro. En 900 días. Democracia y Resultados explica que tomó las riendas de un país que vivía cinco crisis simultáneas: sanitaria, económica, política, de seguridad y de valores. Apunta que «la inseguridad no se incubó en su Gobierno», que tuvo que lidiar con la desinformación y con el bloqueo en la Asamblea Nacional (donde tenía minoría) a sus proyectos de ley. Sin embargo, hace bandera de su gestión de la pandemia de coronavirus, de los buenos resultados económicos que obtuvo, de las infraestructuras que puso en marcha, de su agenda medioambiental, de los convenios con Estados Unidos en términos de seguridad, del apoyo a la mujeres —se creó el Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos— y, especialmente, de la reducción de la desnutrición crónica infantil.

LIBERTAD DE PRENSA

La libertad de los medios de comunicación fue golpeada durante la década de la Revolución Ciudadana, de ahí que el director de EL MUNDO haya señalado los esfuerzos de la gestión de Lasso por defenderla. Revocó la normativa anterior y otorgó una mayor autonomía a los medios. «Logramos la derogatoria definitiva de todo ese cuerpo legal sustituyéndolo por una ley que recoge los principios fundamentales de las asociaciones y gremios de los periodistas», ha explicado. «Ningún periodista fue enjuiciado en los 900 días».

Respecto al actual Gobierno, el director de EL MUNDO ha mencionado la similitud de algunas iniciativas de Daniel Noboa con las del salvadoreño Nayib Bukele, a lo que Lasso ha respondido: «Esas medidas no nos muestran que se reduzca la violencia, se ha incrementado, me gustaría que tuviera éxito en ese proceso».

El debate en la presentación ha elevado el tono cuando se ha tocado el tema venezolano, sobre el que Lasso ha insistido que «nunca hay que perder la esperanza» y que «Maduro es alguien que no respeta ningún código democrático». «Lo de Venezuela es el resultado de unas élites que abandonaron su país y no se quedaron ahí», destacando la labor de la líder opositora María Corina Machado, que hoy da tanta esperanza al país latinoamericano. «Hay que quedarse, hay que luchar».

El libro, de distribución gratuita y que también se puede descargar desde una web bajo el mismo nombre, ya fue presentado en Ecuador el año pasado. A la presentación en la capital española han asistido el ex presidente español y presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), José María Aznar; su esposa y ex alcaldesa de Madrid, Ana Botella; el ex ministro de Industria, Energía y Turismo español José Manuel Soria; el opositor venezolano Leopoldo López Gil, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, el ex embajador de Ecuador en España Andrés Vallejo y el director general de Casa de América, León de la Torre.

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