Libertad de expresión
Hace muchos años escuche a una gran docente decir la siguiente frase…
“El que no expresa su opinión, tiene el opinadero descompuesto”.
Esta declaración siempre me recuerda que debo tener una apreciación personal sobre todo lo que rodee mi entorno, no significa que siempre tenga la razón, ni que lo deba saber todo, pero me motiva a cuestionar las razones y los argumentos en que se basan muchas personas, sociedades y sistemas para tomar decisiones.
He aprendido a criticar y a valorar los pensamientos, los discursos, las creencias, y actos de otros, aunque casi nunca me pronuncio siempre emito un juicio personal sobre muchos sucesos cercanos a mí. También aprendí a dar mi opinión tan solo cuando es requerida, pues conozco a muchos que expresan todo lo que piensan en el momento inoportuno y con la persona equivocada (yo también he actuado así).
Los latinoamericanos nos caracterizamos por tener las conversaciones mas amenas con desconocidos y brindar consejos a quien lo necesite, son pocos los reservados pues es parte de nuestra cultura, sin embargo, la región experimenta una frecuente censura en algunas naciones (Venezuela y Cuba son ejemplos muy cercanos).
Aunque estamos terminando la segunda década del siglo XXI y los medios tecnológicos de información y comunicación están en auge, gracias al desarrollo industrial y al despertar de las ideologías sociales (no todas correctas por supuesto), aún prevalece la atmósfera opresora para muchas personas que pueden perder la libertad o la vida por un video en Youtube, una publicación en Facebook o un tuit que no le agrada a cierto sector.
Ahora son cientos los silenciados, muchos por conveniencia, otros por seguridad y algunos por miedo, sin recordar que la libertad de expresión es un derecho fundamental del hombre consagrado en la declaración universal de los derechos humanos y que la libertad de prensa es que toda persona pueda publicar sus ideas libremente y sin censura previa.
Es por esto que tomé la decisión de participar de la conversación global a través de plataformas de blog y microbloggin, no importa si no tengo una audiencia a quien llegar, mis palabras estarán en estos muros como graffiti (una modalidad de pintura libre, destacada por su ilegalidad) que puede ser olvidado, pero cualquiera que la lea comprenderá que alguien se expreso por simplemente tener el derecho y disfrutar de este.