El arte por amor de la tecnología.

Alfredo Adamo
Alan Advantage
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9 min readMay 23, 2019

Re:Humanism y la Inteligencia Artificial como Inteligencia Artística.

Estamos en frente a una era en rápido desarrollo tecnológico, casi una carrera desenfrenada para la innovación, cuyo empuje creativo humano se centra en la funcionalidad y la eficiencia de los dispositivos de las máquinas, y no en el significado original de la tecnología: servir de apoyo a la vida humana.

Pero, insertando al centro del progreso la misma tecnología y no el ser humano se llegó a desatender una característica muy importante de la mente humana, a la que un ordenador no puede suplir: el instinto artístico, el sentido del gusto y la fuerza creativa.

Además, se ha convertido cada vez más en un cliché que las ciencias y las artes humanas sean dos entidades distintas y casi opuestas entre ellas, que no pueden reconectarse así como solían, cuando ingenieros como Leonardo Da Vinci también eran grandes artistas o matemáticos, como Galileo Galilei, y contribuían a la escena filosófica europea.

Sin embargo, en estos años hay una voluntad renovada de explorar técnicas e ideas originales en las bellas artes, especialmente en la nuevísima frontera de la Inteligencia Artificial. Los museos de arte contemporánea de muchos países adoptan cada vez más espacio para instalaciones que puedan reunir el genio creativo humano y la potencia de los ordenadores, creando un movimiento artístico original y totalmente innovativo, que solo puede ir crecendo.

La escena italiana no es diferente. El MAXXI de Roma ha organizado exposiciones que puedan explorar la conjunción entre arte e Inteligencia Artificial, como las dos exposiciones Low Form, Artapes y Imaginaries and Visions in the age of Artificial Intelligence. Así como al Wired Next Fest de Milán, el artista contemporáneo Alex Braga realizó su proyecto de Artificial Musical Intelligence (A-Mint). El año siguiente, en 2018, Alex Braga habría regresado al festival, celebrando en Florencia, con un espectáculo que veía hacer un dúo con Francesco Tristano, músico y compositor de fama mundial. O incluso las instalaciones de Hito Steyerl al museo de arte contemporánea del Castillo de Rivoli, dónde el artista, con The city of Broken Windows, explora como la IA influye en el contexto urbano en lo que vivimos y de como puedan emerger prácticas artísticas alternativas a través del utilizo de estas tecnologías.

Dado el interesante movimiento nacido alrededor de la reunión de las artes con las tecnologías de IA -por cierto parte integrante de nuestra filosofía empresarial Alan Advantage decidió lanzar un concurso cuyo tema principal es “Arte e Inteligencia Artificial para un Humanismo nuevo”, descubriendo de nuevo la relación entre el empujón creativo humano con las artes y ciencias: Re:Humanism.

Con la asignación de un premio en dinero para los primeros 3 clasificados y la posibilidad de exhibir su propia obra para el top diez de los participantes (en el espacio dedicado e independiente de Albumarte), el concurso se propone así, como primera edición de una competición que pueda investigar el advenimiento de la IA en el mundo del arte contemporánea, sobre todo en los ámbitos de aprendizaje de Máquinas, Robótica y Language progressing.

Re:Humanism Awards Ceremony Night — Rome

Fueron 114 los participantes, todos con ideas extremadamente valiosas. Fuimos felices también de notar que el 80% de los participantes es italiano, mostrando que algo se mueve en nuestro País y que hay un empuje creativo por parte de las nuevas generaciones que quieren correr riesgos. Sin embargo, entre los ganadores hay jóvenes de nacionalidades y orígenes diferentes.

De hecho, encontramos un artista vietnamita, al primer lugar, un equipo de dos artistas españoles y uno alemán al segundo y un joven italiano al tercero.

Giang Nguyen, 1 classified with his award, an artisanal ceramic produced by Amehasa

Si bien el tema sea la implementación de la Inteligencia Artificial en el arte contemporáneo, al primer lugar estaba una obra que no implicaba el utilizo de la tecnología en si misma, sino que su reflexión nos convenció. The Fall, de Nguyen Hoang Giang, representa e imita profesionalmente la caída de un robot, de lo que se examina el equilibrio. Imitando la caída de la máquina, sus movimientos se convierten casa vez en más mecánicos, conduciendo el espectador a comprender como en la trasformación en una existencia post humana, casi robótica, haya una caída que representa simbólicamente un error que podemos encontrar en cada revolución. Entonces, la obra nos lleva a reflexionar sobre el tema del fracaso, en lo que la insolvencia del ser humano se hace materia principal en la relación con las máquinas: si el objetivo es enseñar a las máquinas a pensar como un ser humano, ¿deberíamos contar el margen de insolvencia humana en los cálculos? El objeto de aprendizaje además es una caída, ¿cómo juzgar la enseñanza, como un éxito o no?

Marc Marzenit and Albert Barqué-Duran, 2 classified, with Mario Klingemann, in the First edition of Re:Humanism Art Prize

Sin embargo, todos los trabajos recibidos fueron muy interesantes, también trayendo el mismo jurado a una profunda reflexión en el tema y en como ha sido tratado por los diferentes artistas. Esto, a través de instalaciones auditivas, visivas y algoritmos de Machine Learning, como My Artificial Muse (al número dos) de Barqué-Duran Albert, Mario Klingemann y Marc Marzenit, que ve un ordenador que elabora un cuadro mientras que un pintor, parte del equipo, intenta reproducir el trabajo de la máquina en tiempo real, haciéndose inspirar por una musa artificial. O, además, Devenir-fantôme de Enrico Boccioletti (al número tres, reconocido por un premio de residencia), que explora los límites alcanzables del cálculo matemático de emociones humanas, como el aburrimiento, el asombro, el cariño, la desesperación, a través de instrumentos de resumen vocal y composición algorítmica, moviéndose para descubrir un mundo proyectado hacia la Singularidad Tecnológica.

Enrico Boccioletti, devenir-fantôme, 2019, project in progress

Las otras 7 obras, elegidas por la exhibición a Albumarte, también fueron interesantes. Así buscamos Adversiarial Feelings de Lorem, un proyecto audiovisual multidisciplinar. La obra explora la posibilidad de enseñar a una IA emociones e interacciones humanas, reflexionando, casi a un nivel político, en la representación de máquinas tan poderos de ser peligrosas, con un algoritmo que intenta interpretar los cánones estéticos en los que se basa nuestra cultura y de simular las más complejas relaciones humanas.

En cambio, Enrica Beccalli y Roula Gholmieh son las autoras de Complessità, dónde la relación humano-máquina deja de ser simplemente jerárquico, de comando y de ejecución y se convierte en una colaboración al igual. A través de tecnologías de Estimulación Vestibular Galvánica, un bailarín profesional es instruido por la máquina (a través de impulsos eléctricos que su oreja recibe de la misma, que determina su equilibrio) para seguir la complejidad de los movimientos de las partículas mostradas en la pantalla detrás de él, que se mueven como una parvada de pájaros, sin orden aparente. La poesía de esta obra nace de la voluntad de explicar la complejidad a través del algoritmo de una máquina, a la que el ser humano no solo sigue danzando, sino que se deja al flujo de eventos que representan un complejo demasiado grande para ser ordenado.

Guido Segni introduce Demand Full Laziness, today, en la que el universo distópico de máquinas super inteligentes está representado por la pereza del ser humano, remplazado por las mismas en el trabajo y en las artes y en notable contraste con los tiempos eclécticos y frenéticos de la sociedad moderna. La obra se desarrollará en 5 años (2018–2023), durante los que la máquina será empeñada en un proyecto de deep learning en lo que tendrá que remplazar el trabajo artístico del autor y al mismo tiempo retratarlo mientras que él pase su tiempo libre holgazaneando.

Mientras que Grammar # 1, de Antonio “Creo” Daniele, nos cuestiona sobre lo que quiere decir “ser humano”. Explorando las capacidades artísticas en los dibujos de una IA, el autor nos muestra la fundamental necesidad de discernir la labor humana y aquella de un ordenador, siempre más difícil cada vez que la tecnología avance. La instalación parece un diálogo visual entre el hombre y la máquina, en lo que el espectador está envuelto en un juego cuya pregunta es “¿qué es humano?”. El diálogo entre los dos no solo es interesante en el sentido artístico-informativo, sino también para la investigación científica sobre la manera en la que el hombre percibe a sí mismo.

Diferente es el experimento de Michele Tiberio en colaboración con Diletta Tonatto, Me, My Scent, se presenta como una obra única en su género. El autor pone en juego toda su vida digital en un libro de más de 1500 páginas, mostrando su actividad en varias redes sociales, como Facebook, Instagram, LinkedIn o todo lo que había en su iPhone. El catálogo que resultó demuestra como lo que creemos sea una realidad abstracta, o sea el ciberespacio virtual de nuestros perfiles, en cambio es real, casi tangible, en lo que nuestras opiniones se quedan y dejan rastro. No solo esto, una característica original de la obra es que el libro emite un perfume. Un perfume que no fue creado por el autor, sino que se creó de un algoritmo que calculó cual esencia tendría que ser basándose en su vida digital. Lo que podemos sentir es por tanto la esencia de la vida del autor, así como calculada de la IA.

A Brief History of Western Cultural Production de Adam Basanta reflexiona en un asunto extremadamente importante para el mundo del arte, o sea el dominio cultural occidental. Habiendo construido una base de datos de obras se culturas y orígenes diferentes, principalmente de la colección del Metropolitan Museum, un algoritmo extraerá y contextualizará otra vez los artefactos (los que antes fueron fuera contexto), tratando de crear un “artefacto arqueológico universal”. La moral política es obvia es este trabajo, en lo que el dominio cultural occidental es cuestionado, pero lo que la obra quiere resaltar es la tensión que esta moral política tiene con la codificación apolítica de lo datos iniciales (raw data) utilizados en los softwares y por las máquinas.

Urge Oggi, de Daniele Spanò, nos lleva a reflexionar en las posibilidades no solo artísticas, sino también de entretenimiento que una IA puede poseer. La instalación utiliza dos pantallas en las que dos manos (una cada una) juegan a piedra, papel o tijera, un juego aleatorio, al azar. Sin embargo, el interés del autor se dirige a reflexionar en el asunto que también un juego al azar, sin la necesidad de ser o menos buenos en lo mismo, pueda ser competitivo, divertido y capaz de establecer rivalidad. El espectador se da cuenta entonces de repente e inmediato que viendo una máquina explorar las posibilidades del juego no afecta como jugar en primera persona, porque no recorren las mismas dinámicas estratégicas, dado que la victoria casual se deja casual, no influyendo en las expectativas del observador. Así que el elemento lúdico llega a ser un ejemplo de la esencia humana, basada en instancias extralingüísticas, psicológicas y casi irracionales. La replica de una máquina resulta en cambio en un momento vaciado de estos elementos constitutivos y aparece frio, artificial, casi inútil.

Puesto tan potencial creativo, Alan Advantage se enforzará en ampliar el número de posibilidades para los participantes de las ediciones futuras y en los próximos meses. Es importante pronunciarse sobre este fenómeno de conjunción reencontrada entre el mundo del arte y aquello de las nuevas tecnologías de Inteligencia Artificial. Con este concurso y con las próximas iniciativas, Alan Advantage se propone buscar y realizar una dialéctica entre el humanismo y la tecnología, descubriendo otra vez la centralidad de la mente humana en el progreso técnico-científico de los años venideros. De hecho, creemos sea necesario pararse y reflexionar en que es el progreso, que no quiere decir solamente incluir en el mercado los productos de vanguardia o el último y atractivo dispositivo. Progreso significa también ir un paso adelante hacia la recerca de un utilizo más sostenible y democrático de la tecnología.

¿Y cosa puede hacer reflexionar más que el arte?

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Alfredo Adamo
Alan Advantage

Experienced Executive with a demonstrated history of working in the management consulting industry. Skilled in Business Modeling, Innovation Management, AI