El modelo de Israel puede beneficiar a Italia. Pero solamente si revisado.

Alfredo Adamo
Alan Advantage
Published in
6 min readMay 20, 2019

¿Como hace una nación tan pequeña, con una población de casi 8,5 millones de habitantes, a convertirse en un centro neurálgico en el ámbito de emprendimientos, aun llegando a crear un modelo proprio?

Es simple (cuanto menos a decirlo): se incluye el País y sus inversiones en los emprendimientos jóvenes y más innovadores, se concentra en el sector de I&D para la consolidación del desarrollo tecnológico y se garantizan mayores posibilidades a las empresas apenas nacidas de afirmarse en el mercado. Por lo menos, esto es lo que se lee por todas partes sobre el “open innovación” israelí.

“Do Something Great” neon sign by Clark Tibbs on Unsplash

Es decir que la política de innovación israelí se basa principalmente en el programa de préstamos garantizados por chief scientists y por el País, a partir de su aplicabilidad, técnica y comercial y el potencial de generar competencia, esforzándose para cubrir gastos entre el 66% y el 90% de lo necesario.

O, aún, con Yozma, un plan de incentivos fiscales para empresas extranjeras, que promete duplicar cada inversión con fondos gubernamentales. El crecimiento del sector terciario que se consigue vio aumentar de 60 veces su propia disponibilidad de capital, cerca 52 millones hasta casi 3 billón, entre el 1991 y el 2000.

Todo esto parece extremadamente rentable, especialmente en el momento en lo que también los primos al otro lado de los Alpes vieron en el propio Estado central inundado con cerca 10 billones, con el objetivo de convertir París en el fulcro continental para la innovación en el campo de emprendimientos. Sin duda, un flujo de dinero tan copioso no puede hacer daño, pero el ejemplo israelí y francés deja comprender algo crucial: la fuerte presencia estatal en el desarrollo del sector. Si probáramos a implementar este tipo de modelo en Italia, los resultados podrían ser bien diferentes.

Aunque sea desafortunada, Italia está pasando un periodo histórico-político de verdad muy difícil. Pero no podemos olvidar que el País ha sido extremadamente influyente en la determinación de la cultura, del arte y aun de la política europeas.

Aquella italiana siempre ha sido una población empresarial, con un natural sentido para el gusto y el estilo. En todas partes y a cualquier que se le pregunte, “Italians do it better” es el eslogan de nuestros productos en el extranjero. La calidad que exportamos y el posicionamiento de la palabra “Italia” en el pensamiento extranjero es aquello de estándares estilísticos y técnico elevados.

Photo by Robin Benzrihem on Unsplash

Entonces, ¿cómo es que no se logra llegando a un mínimo estándar también en la organización del sector, en las financiaciones y en la mente empresarial de la población? Probablemente porque se espera que sea el Estado a proveer para aquellas financiaciones necesarias al desarrollo de la innovación italiana. Per el cambio gubernamental que ocurre demasiado rápido, no puede que exacerbar la ya oída absencia estatal.

Mas que una revolución descendente, se tendría por lo tanto apuntar a una revolución de abajo para comprobar la mente empresarial de la población italiana. El ejemplo de Roma como centro de muchos de los emprendimientos italianos está claro. Alan Advantage, empresa consultoría para la gestión de la innovación, está promoviendo y apoyando el crecimiento de empresas innovativas, mas que 30, pertenecientes a su propia red, invertiendo en cuota de aproximadamente la mitad de estas y apoyando su desarrollo y se compromete a buscar nuevas tecnologías adicionales para la formación de negocio perturbador, participando en esta posible revolución bajo el signo de la innovación.

Mario Klingemann, 79530 Self-Portraits (2018). Installation “Gradient Descent” at Nature Morte. Courtesy of Nature Morte, New Delhi.

Proyectos como Re:Humanism, que constituye uno de los esfuerzos más recientes de Alan Advantage, constituyen la prueba de como sea posible crear una red basada en la open innovation a través de la movilización del espíritu empresarial de los individuos, más que ser basado en el pasado utilizo de los incentivos estatales. De hecho, Re:Humanism es una iniciativa que se propone, como primer paso, de profundizar en el utilizo del arte contemporáneo en relación al impacto de las tecnología IA, también proveyendo a la atribución de un premio en dinero y a la posibilidad de exponer su propias obras de arte en la capital.

De hecho, el IA se ha convertido en una tendencia mundial que está afectando la renovación de una gama de ámbitos muy amplia, basados en la innovación.

El arte constituye seguramente una excelencia italiana, capaz de contaminar y mejorar las tecnologías emergentes…

Aunque el modelo israelí haya tenido un éxito objetivo, que se posiciona entre los colosos de la innovación global, también es verdad que su modelo estatista es Italia necesita de ser revisado y adaptado a las condiciones políticas e históricas de nuestro País.

Además, no es oro tolo lo que brilla. Mario Cervantes, economista de alto rango en la OECD, señala también dos de los defectos mayores:

1.la creación de trabajos a largo plazo y el crecimiento de la ganancia no siguen el ritmo con las enormes inversiones en la alta tecnología;

2.muchos emprendimientos israelís se venden en el mercado americano y nunca se expanden en Israel, siempre poniendo más dudas sobre la rendición de cuentas en términos de creación de trabajo en el País.

Además, es ambiguo cuanto sea eficiente un modelo basado en la regulación estatal. La historia enseña que cuando el Estado entra en la economía empresarial de un País, es el nivel de competición que se ve afectado en el sector privado. El Product Market Regulation Database de OECD asigna una puntuación extremadamente negativa a las políticas económicas de Jerusalén. Esto significa que la promoción de la competición entre empresas es muy baja. En efecto, la Economic Survey de 2009, anima a el Estado israelí que reduzca sus propias barreras reguladoras y otros canales de influencia estatal sobre empresas.

Un modelo de open innovation es posible en Italia. Sino que emular el modelo israelí y su fuerte presencia estatal puede resultar tanto peligroso como difícil en nuestro contexto. Una interpretación del modelo, en cambio, puede beneficiar al sector innovador de los emprendimientos, también si se considera el potencial que representa la mente empresarial de la población italiana.

En vez de esperar, se podría contribuir a la creación de un entorno próspero de ideas y mientes jóvenes. Ciudades como Roma y Milán siguen afirmándose como centros financiero europeo y capital de la moda, Roma de las instituciones y de un sector tecnológico que es un hervidero, que tiene su sede principal en LVenture Group, que incluye uno de los programas más eficaces de aceleración de emprendimientos europeos, Pi Campus, que está invertiendo en Emprendimientos de IA Mundiales y en Eccellenza Italiana. Muchas otras grandes iniciativas siguen naciendo en la capital con un vigor y pasión que prometen mucho.

Piensen, como metáfora, en aquel que Italia hizo históricamente con el tomate: un producto del mundo americano, importado en Europa, cultivado con mucho amor y mucha cura en Italia hasta que se convirtió en un símbolo de la tradición culinaria italiana; básicamente, Italia convirtió y mejoró la calidad de lo que fue importado y lo puso al centro de tanta creatividad culinaria.

A través de la demonstración de iniciativas concretas, como aquellas que Alan Advantage siguen avanzando, se pueden atraer los capitales de las naciones más activas en el Capital Riesgo a escala internacional en ámbito de Inteligencia Artificial, por ejemplo, como los Estados Unidos y China.

Los emprendimientos de China atraen aproximadamente el 47% de las inversiones globales en el sector. Solo Alibaba invertió 11 billones de dólares en sus 10 mejores inversiones de 2017 y Tencent invirtió en más de 60 empresas este año, convirtiéndose en puntos de referencia para los emprendimientos que quieren acceder al mercado. Aún el coloso americano sea testigo de una erosión del sector, no viendo más que el 95%de la actividad de emprendimientos quedarse en el territorio americano, las inversiones siguen a florecer, llegando a 90 billones de dólares en 2017. Mientras que la cantidad de las inversiones en Italia en 2016 ascendía a 208 millones de euros, con una inversión media de 2.3 millones orientado a la compra del 20% del paquete de acciones.

Se puede mejorar y hay posibilidades. Depende de nosotros aprovechar. Valientes y determinados seguimos adelante, partiendo de Italia.

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Alfredo Adamo
Alan Advantage

Experienced Executive with a demonstrated history of working in the management consulting industry. Skilled in Business Modeling, Innovation Management, AI