El Bushido del Riesgo

Isaac de la Peña
Algonauta
Published in
4 min readJun 24, 2019

(Publicado inicialmente el 10 de Mayo del 2015)

Cuando hablamos de las diversas causas de la debacle de LTCM, comentamos por un lado el error que cometieron al alejarse de su área de conocimiento, el mercado de los bonos, aventurándose en terrenos de muy diferente relieve, como el de merger arbitrage. También dijimos que su diversificación en cartera era de baja calidad, porque realmente no estaban haciendo cosas diferentes sino replicando la misma estrategia.

Pero… ¿No nos estamos contradiciendo aquí? ¿No estamos pidiendo permanecer en la zona de conforte a la vez que solicitamos visitar lugares inexplorados? ¿No estamos diciendo con Bruce Lee “Be water, my friend” mientras afirmamos sobriamente “From this moment on you are a rock. You absorb nothing, you saying nothing, and nothing breaks you” con el honorable Frank J. Underwood?

Clarificar este punto nos va a ayudar a entender mucho mejor cuándo funciona la diversificación, por qué, y cuáles son sus límites. Y no puedo concebir mejor entrada que ceder la palabra a uno de sus grandes detractores, el famoso inversor estadounidense Warren Buffett, quien afirma: “Pienso que la diversificación, de la forma en que se aplica normalmente, tiene muy poco sentido para alguien que sabe lo que está haciendo. La diversificación es una protección contra la ignorancia.” Y añade, con una ironía un tanto irreverente, que “No hay nada de malo en ello, es una opción perfectamente válida para quien no sabe cómo analizar un negocio”.

Este concepto es clave: la diversificación como estrategia contra la ignorancia. Ahora vemos cuál fue el craso error de LTCM: pretender diversificar yendo a dominios de conocimiento tremendamente específico de los que nada sabía. La diversificación sólo funciona cuando reducimos nuestra ignorancia global, no cuando la aumentamos. Ahora reemplace “ignorancia” por “riesgo”. Sólo salimos ganando si bajamos el riesgo global, no si adquirimos nuevos riesgos por muy diferentes que estos sean. El mercado nunca te recompensa por tomar más riesgos de los que son estrictamente necesarios.

Phil Cooper, mi estimado profesor de Private Equity en MIT, no menos irónico e irreverente que Mister Buffett, lo ilustraba de la siguiente manera: ¿Cuánto pagarías a Paddy, un limpiador de ventanas al que le gusta bailar danza irlandesa colgado del andamio en el piso cuarenta? Pues lo mismo que le pagarías a cualquier otro limpiador de ventanas.

La diversificación como estrategia contra la ignorancia. Y no la única posible, escuchando al sabio de Omaha: uno puede poner los huevos en diferentes cestas… o bien puede colocarlos todos en una, estudiarla y cuidarla tal que si fuese el tesoro más preciado del universo. Porque para usted, probablemente lo sea. Ese es el Buffett de Berkshire Hathaway, pero no se trata de una actitud aislada: es el credo que practican cada día los emprendedores en sus compañías, luchando para abrirse un hueco en mercados que parecen saturados ante la mirada inexperta, probando alternativas, aprendiendo de sus errores y pivotando rápidamente cuando nueva información revelan que han seguido pistas erróneas. Incluso cuando hablamos de emprendedores en serie que han fundado muchas empresas éstos suelen permanecer en una industria particular: no en vano su valor diferencial es su conocimiento (sea de tecnología, de geografía, de contactos clave…).

Parece que estemos hablando de caminos irreconciliables, dos escuelas contrapuestas entre las que el Samurai tiene que elegir su código y su destino. La vía del emprendedor es afrontar riesgo con conocimiento. La vía del inversor es afrontar riesgo con diversificación. Nada más lejos de la realidad. El emprendedor frecuentemente concentra su acción guiada por la experiencia porque su conocimiento acumulado significa la mayor diferencia entre la vida y la muerte de la compañía, pero diversifica (canal de ventas, empleados clave, infraestructura) como le es factible. El inversor de un fondo de capital riesgo cuenta con un portafolio de empresas, pero estas tienden a concentrarse geográficamente y sectorialmente (por ejemplo internet, o nanotecnología, o farmacología) basándose en su experiencia personal, conocimiento que también usa para añadir valor en diálogo con los ejecutivos de sus compañías. El gestor de capitales en mercados públicos frecuentemente diversifica porque se enfrenta a escenarios con interdependencias complejas, recursivas, reflexivas que se encuentran más allá de su control, pero en cuanto sigue combatiendo los riesgos con su conocimiento, probando, errando, identificando patrones, y aumentando su conocimiento, se comporta como un auténtico emprendedor.

Hay varias armas para el guerrero: puede blandir su katana en un amplio arco protector, apuñalar de forma certera con su wakizashi, o combinar ambos en la mortífera técnica de Mushashi. Pero sólo hay un Bushido.

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