Plásticos: ¿amigos o enemigos?

Miss Delirios🔪
Algramovers_
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4 min readJul 5, 2022

Pareciera que la guerra contra los plásticos lleva más tiempo con nosotros de lo que nos gustaría aceptar y es por eso que surge la pregunta de si estamos ganando la batalla o solo postergándola.

Llega Julio y con él los tan esperados memes de Julito Iglesias que tanto nos alegran la vida, y también, llega como cada año en este mes, la campaña #JulyPlasticFree, una iniciativa mundial de la Plastic Free Foundation que desde hace más de 10 años busca liberarnos a todos y todas de la basura plástica de un solo uso. Son buenos tiempos, digo yo, y buena gente que le sigue poniendo el pecho a estas iniciativas que por eso no me cansaré de decir lo importantes y necesarias que son, sobretodo para nuestras futuras generaciones, sin embargo, es curioso que después de décadas sigamos hablando de lo mismo y todavía sea muy poco el impacto positivo para que las cosas cambien de verdad, verdad.

Ya ni las catastróficas estadísticas que hablan del océano como una gigantesca e incontrolable sopa de basura, ni los animales que mueren cada año a causa de la invasión de polietileno tóxico en sus ecosistemas, ni la preocupante cifra de plásticos que nos estamos -literalmente- comiendo al año, logran mover significativamente nuestro modelo de consumo ni las industrias que lo promueven.

Hay algo que no podemos negar y es que lo queramos o no, el plástico es desde hace muuuucho tiempo un acompañante de nuestra vida en casi todos los aspectos. Es de bajo peso, resistente, relativamente barato de producir y transformar, es muy flexible etc, pero eso no elimina ni minimiza su alta probabilidad de convertirse en basura, especialmente esos que se crean para ser usados y descartados casi que al instante.

Ya pero, ¿amigos o enemigos?

Cuento corto: ni lo uno, ni lo otro. Como tantos otros dilemas de nuestra existencia se reducen a la respuesta de: “los plásticos en sí mismos no son el problema, el problema es cómo los usamos”. Es innegable que el uso de los mismos nos ha permitido obtener avances en ciencia, medicina y tecnología, pero claro, si tan solo desde el inicio hubiésemos tenido al menos una noción mínima de qué hacer para reducirlos o al menos darles un uso responsable para no tirarlos al mar (como está pasando ahora), la historia sería bien diferente. Imaginen por ejemplo lo que serían nuestras tarjetas del metro hechas de madera, jeringas cobre o recipientes de fibra de caña de azúcar para conservar nuestros alimentos. ¿estaríamos con déficit de madera, sobre demanda y explotación del cobre y caña de azúcar u otros sustitutos del plástico? Mmmm…

A veces no dejo de preguntarme: ¿y qué hubiese pasado si desde el momento que descubrimos los plásticos hubiésemos cachado cómo eliminarlo sin que hiciera tanto daño en su paso por nuestra atmósfera? ¿Qué habría sucedido si no se le hubiese dado el sentido de omnipresencia y utilidad en cada cosa que existe a mi alrededor? ¿estaríamos entonces culpando a otros materiales de nuestra propia extinción? ¿soy acaso yo misma mi real enemigo?

Julio tiene una idea

No quiero que esta entrada de blog se convierta en un nuevo vortex de ecoansiedad para ti, por eso creo que en lugar de pensar en las millones de toneladas de plástico que recibirá la vida marina en los próximos 50 años, piensa en micro, sí, como en esas micropartículas de plástico que te estas comiendo hoy sin saber; piensa en lo mínimo que puedes hacer todos los días para evitar cargar con el peso de los plásticos en tu vida. La iniciativa de #JulyPlasticFree es una y existen miles como la de @algramo por ejemplo, con el tema de la reutilización y la innovación detrás del “plástico del futuro”.

Quizás acostumbrarnos a la idea de que ya están aquí y solo tendremos que “hacernos cargo” es motivante y desesperanzador en la misma medida, pero creo que es muchísimo mejor a no hacer nada.

¿Tú qué opinas?

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