Fin de análisis: 2 parte

En el análisis con niños, no se trata de condicionar, de ejercitar correctamente una técnica, ser un eficiente compañero de juego, o educar en sintonía con la realidad, sino de reflexionar sobre el deseo del analista y sobre la condición de un niño como sujeto, sobre su deseo, que Freud nomina desde un punto de vista lógico como el “deseo de ser adulto”.

¿Pero para todos los autores se concibe de la misma forma el final de una análisis?

Para empezar hay que puntualizar :No hay fin de análisis,sino diferentes finalizaciones.

En realidad hay ciertas particularidades a las que aspira,de acuerdo al sustento teórico, por ejemplo:

Para Melanie Klein, la dirección de la cura toma otro rumbo. Hay en ella una insistencia en preparar al niño, en recubrirlo, podríamos decir, para protegerlo de la destructiva acción de la pulsión de muerte. El análisis evoluciona, camina en la medida en que se interpretan las ansiedades paranoide y depresiva, en la medida que se domina la pulsión de muerte a través de la introyección del objeto bueno. El trabajo del analista implica una apuesta que éste hace al amor para dominar al odio.

Desde Winnicott, hay que recordar la gran importancia que le otorga al juego, a la creación y al fortalecimiento de esa zona intermedia que lo llevará a pensar el final en término de la capacidad del niño para convertir al mismo analista en otros personajes posibles; en convertirlo en objeto transicional.

Para A.Freud avanza en su conceptualización en un sentido diferente de los anteriores. Para ella un analista de niños debe educar y analizar. El analista ha de decidir qué parte de las tendencias sexuales infantiles han de ser rechazadas y cuántas han de ser admitidas para la satisfacción, inmediata, reservando un porcentaje para la sublimación.

¿El niño cómo concluye su análisis?

Hay que tener en claro que cada caso es distinto, pero parece importante mostrar un estrato de un caso, para mostrar la conclusión desde el niño.

¿A qué aspira el tratamiento de un niño?

En conclusión podría decirse que aspira a que el niño,prosiga su camino con su lógica fantasmática en construcción, su propia ficción, es decir su “deseo de ser adulto”. Entonces, si la cura presupone el hacerse cargo de las propias pasiones, en los niños también implicará la constitución de un espacio en el que la pasión pueda advenir, pueda tener lugar como propia, que no queden exclusivamente inundados por pasiones ajenas(como la de los padres)que desatan en ellos sensaciones incontrolables.

Se busca que el niño pueda ubicarse como sujeto, que soporte embates al narcisismo, que pueda apelar a diferentes modalidades defensivas según las circunstancias y, fundamentalmente, que la compulsión a la repetición ceda dejando lugar a la creación.

Por lo tanto,la tarea del terapeuta es hacer consciente lo inconsciente (un preconsciente que puede ser cinético o visual), pero también, en muchos casos, posibilitar la estructuración del pensamiento secundario, la diferenciación yo-otro, la relibidinización de la imagen corporal o la construcción de la misma, la narcisización y/o la consolidación de la represión primaria.

Entonces, curar no es hacer que el otro responda al modelo propio, tampoco al de los padres, ni al de los padres,ni implica tapar conflictos(Jannin,B.,1999)

Referencias

Barbato, Carlos Enrique (2008). Devenir y fin de análisis con niños en la época actual. XV Jornadas de Investigación y Cuarto Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur. Facultad de Psicología — Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

Blinder, C., Knobel, J., & Siquier, M. L. (2004). Clínica psicoanalítica con niños.España: Sintesis.

Frizzera, O. T. (2016). Final de análisis en el psicoanálisis de niños. Cuestiones de infancia, 18, 52–61.

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