“TRABAJO FINAL: CASO MARIANA”

MARIANA. “UNA NIÑA OLVIDADA”

FICHA DE IDENTIFICACIÓN

Nombre: Mariana (M)

Fecha de nacimiento: 29 de mayo de 2002

Edad: 10 años 6 meses

Grado escolar: 5° de primaria Rendimiento: Entre 7 y 8

Madre: Silvia Edad: 38 años

Ocupación: Abogada, trabaja de manera independiente esporádicamente.

Padre: Adrián Edad: 46 años

Ocupación: Policía preventivo y taxista

Hermanos: Emilio Edad: 4 ½ años

Motivo de consulta:

Expone que a la niña le cuesta mucho trabajo mantener la atención, es muy dispersa, se tarda horas haciendo la tarea, a veces tarda hasta la 1 de la mañana, ella se desespera y la deja sola con la consigna de que no se puede ir a dormir hasta que no termine la tarea.

ANÁLISIS DE PROGRESO

  • Progreso Mariana

Mariana durante sus primeras sesiones llega con esta idea de que la llevan ahí por el hecho de que está loca, por lo que posteriormente la terapeuta aclara esto, lo que para Mariana es algo tranquilizante saber que no está “loca”, al igual que llega sabiendo que tiene muchos problemas, lo cual esto es importante el que ella reconozca y acepte que se lleve a cabo un tratamiento.

Ella desde un principio reconoce que durante su desarrollo ha sido como una “niña problema” ya que conoce perfectamente sus dificultades.

La rivalidad fraternal puede ser definida como el conjunto de emociones, sentimientos y comportamientos, de índole dolorosa y/o regresiva, que experimentan algunos niños frente al nacimiento y/o presencia de sus hermanos. La presencia de rivalidad fraternal implica, siempre, una forma particular de sufrimiento mental.

Entre los hijos aparece una competencia por los recursos limitados de los padres. La lucha entre hermanos puede establecerse en aspectos como: el tiempo, la atención, el cariño, y la aprobación que los padres pueden dedicar a cada hijo (tiempo exclusivo “de uno a uno”). Con lo dicho, sería válido intuir que si, teóricamente, el reparto de amor fraterno fuera el mismo para cada uno de los hijos, no debería existir rivalidad fraternal; pero, de hecho, la rivalidad no está en relación con el reparto equitativo. Es a menudo, consecuencia de una impresión que tiene el niño de no recibir suficiente. El hijo mayor siente (objetiva o subjetivamente) que la atención de los padres disminuye y lo asocia con el nuevo hermano, con lo cual este último se convierte en el intruso que el mayor quiere hacer desaparecer. (Rigat, 2008).

Aunque Mariana llega con esta idea de que en ella está el problema, no puede reconocer en si cual es la razón principal por la cual ella ha crecido con estos comportamientos, ya que le es difícil aceptar que ella creció siendo una niña abandonada, y que al nacimiento de su hermano, en ella han generado cierta rivalidad/celos, lo cual generan desagrado y odio hacia él, pero para Mariana esto no está bien y ella por eso demuestra “quererlo” y varias veces menciona que ella no lo molesta, que es a la inversa.

Referente al abandono que Mariana ha venido arrastrando, se puede concluir que esto se debe principalmente a la carencia afectiva por parte de la madre, ya que como ella lo menciona, padeció depresión postparto, por lo que entonces Mariana creció con una “madre muerta”. Así como también (Citado en Esparza,2015). “El embarazo de su hermano, representó para Mariana la terrible amenaza de perder la poca satisfacción otorgada por el objeto amoroso, amenaza que no solamente ocurrió en la realidad interna, sino también en la externa: quedó olvidada. Por esa época, existió una ligazón con la madre muy intensa y ambivalente; el yo (Freud, 1914), necesita ser amado para fortalecer el sentimiento de sí, de ahí que el objeto bueno fuera investido con la idealización, empero, esta misma operación empobrece al yo; Mariana se esforzaba para que su madre la quisiera, pero sus empeños eran en vano, a cambio, recibió el olvido; su objeto ideal se inclinó por la vuelta en lo contrario: se tornó sádico, la escisión comenzó a ser inoperante y apareció la enuresis, ésta se puede considerar tanto una respuesta agresiva al olvido de la madre, como una regresión a una satisfacción autoerótica”.

Hemos visto que los cuidados maternos tienen un papel sobresaliente en la construcción de la estructura psíquica, por ende, las fallas en las funciones maternales afectan dicha estructuración. En general, es posible afirmar que los padres con trastornos graves, ya sea de tipo psicótico o neurótico, incurren en múltiples faltas en la crianza de sus hijos, especialmente cuando el niño queda atrapado en la enfermedad parental (Winnicott, 1959); en este sentido, merecen especial atención los efectos que la depresión materna produce en la estructura psíquica del infante. La depresión es la respuesta a una pérdida en el nivel del narcisismo (Green, 1983), su característica más sobresaliente es el retiro libidinal, lo que perjudica la economía psíquica de la persona; puede ocurrir que el embarazo genere en la mujer una amenaza del retorno de lo reprimido tal, que descompense su sistema defensivo y produzca síntomas depresivos que se harán más patentes durante el parto o posterior a éste, corriendo el riesgo de que el parto sea vivido como una pérdida narcisista que afectará, desde el primer momento, la investidura del bebé. (Citado en Esparza, 2015)

Se muestra un cierto avance/cambio en Mariana desde las primeras sesiones, ya que al inicio ella se mostraba un tanto resistente, pues ella quería dar siempre la impresión de que era una niña buena, quizá por esta idea de perder el “cariño” de la terapeuta y que creyera que es la niña problemas, como su familia lo cree. Esto cambió cuando se comenzó el tratamiento y se le dio la consigna de que dentro del consultorio ella podría hacer y decir lo que ella quisiera, y que nada de lo que se viera ahí, iba a ser comunicado a sus papás, ese fue el momento que Mariana esperaba con ansias para poder expresar lo que realmente le molesta, sin miedo a ser juzgada, pues desde esa consigna establecida, ella se permitió expresar sus agresiones (mediante el juego) hacia su familia.

La depresión materna, no es ambivalente, más bien se caracteriza porque la madre prodiga unos cuidados corporales adecuados, lo predominante es la ausencia afectiva de “una madre indiferente, fría, inalcanzable” (Rousillon, 1995, p. 258); ofrecimiento de un “amor helado” nos dice Green (1983, p. 222), de ahí las reacciones de odio y destructividad del infante.

En cuanto a la relación amor-odio con el objeto, Freud (1915) concibe una correspondencia entre la diferenciación yo (instancia interna) y no-yo (mundo externo) y entre sujeto-objeto que interviene en la regulación de la polaridad placer-displacer, en donde el yo establece una relación de amor con los objetos que le prodigan placer y proyecta hacia el exterior el displacer. Se odia al objeto cuando éste origina sensaciones displacenteras, entonces el yo desea alejarse de él repitiendo el intento original de escapar del mundo exterior fuente de estímulos hostiles; el odio puede acrecentarse tanto que exista el deseo de aniquilar, ya sea al objeto o al yo mismo. (Citado en Esparza, 2015)

Dado que para Mariana es muy importante el crear una buena impresión y no perder a aquellas personas que para ella son muy significantes, se ve como al principio ella plasma siempre los aspectos positivos de sus padres, esto puede verse cómo en algunas de las pruebas que se le aplicaron, ella solo da aspectos positivos a su papá y a su mamá, pero en ningún momento ella se permite expresar la forma de ser, que realmente ella quisiera ponerles a sus padres (quizá como de malos padres que no se hicieron cargo de ella). Poco después ella comienza a aceptar que en parte su madre le pone más atención a su hermano y que por eso la ha hecho a un lado, ella mediante algunos juegos, ya logra representar la forma en que la madre la ha abandonado, pero aun no acepta que su juego es su mera realidad.

El juego es también utilizado en el consultorio clínico, allí donde la palabra falta, el juego adviene como un modo de comunicación y expresión. Desde un punto de vista psicoanalítico, el jugar forma parte de la evolución psíquica del niño y siempre al servicio del despliegue sistemático de todo tipo de fantasías. Cuando una fantasía se desarrolla en el juego, una enorme cuota de placer deviene como consecuencia.

Winnicott: en “Realidad y juego” menciona el jugar es hacer, en vías de lo placentero, en tanto actividad creadora y del orden cultural. Le permite al niño expresarse. C. (Citado en Asturizaga, 2008).

Freud (1912) denomina “transferencia” como una condición inherente en todo tratamiento en la que el paciente tiende a relacionarse con el psicoanalista de la misma manera con la que entabló sus primeros vínculos, es decir sus padres o las figuras que representaron los primeros cuidados; situación que es relevante porque de ahí es que el sujeto aprendió y comprendió no sólo su manera de relacionarse con otros, sino que también su modo de conducirse ante las exigencias que atañen al mundo externo; al respecto, Freud también menciona, que dependiendo de las características innatas y de las experiencias vividas desde la infancia serán las “condiciones de amor que se establecerán y las pulsiones que se buscarán satisfacer” a lo largo de su vida; razón por la que justifica que sí la necesidad de amor del sujeto no queda satisfecha en su realidad interna, éste se verá “precisado a volcar sus representaciones-expectativa libidinosas, hacia cada nueva persona que aparezca”, volviendo al psicoanalista un sujeto susceptible a recibir el desplazamiento de todas aquellas expectativas o necesidades que generen insatisfacción en el paciente. (Citado en Castilla, 2016).

En referencia a la relacion con la terapueta se puede ver como al inicio Mariana no confiaba en ella, dudaba de su confidencialidad, e incluso la agredía. Lo cual fue cambiando, hasta llegar a cierto punto en que Mariana se encariño con ella, e incluso por momentos anhelaría que la terapeuta fuera su madre, ya que en la terapeuta puede reflejar aquellas necesidades afectivas que durante toda su niñez le han venido haciendo falta.

Conforme van avanzando las sesiones se puede ver que Mariana comienza a dar descargas agresivas mediante el juego con la Terapeuta, al principio sus juegos eran un tanto resistentes, pero poco a poco Mariana se ha mostrado más abierta a expresar lo que le molesta, claro que aún no logra aceptar que esa es su realidad, aun solo lo representa mediante el juego. Alrededor de la sesión 10 un momento importante es cuando Mariana acepta que su “mamá ha estado muerta 5 años”, en parte se ve un avance, pues logra darse cuenta que la ausencia de la madre ha venido siendo desde años atrás, pero en ella vuelve a salir esta negación de la realidad, por lo que prefiere proyectarlo al juego, y entonces será la mamá del juego la que ha estado muerta durante 5 años. Esto puede relacionarse con lo que sesiones más adelante, ella menciona que tiene miedo a ser una niña mala y por eso podría irse al infierno, quizá en ella está la lucha entre sus deseos agresivos hacia sus padres, un tanto reprimidos, y sus sentimientos de culpa, ya que puede perder a sus padres, mas de lo que ya están.

El objeto bueno para Mariana, es idealizado: “mi mamá es muy bonita, la mamá más bonita del mundo, es muy inteligente” (test de la familia) y protegido del objeto malo; su yo desea ser amado por el objeto ideal, entonces crea una identificación con éste. De esta forma, el yo se protege de la caída en la desesperación, angustia narcisista producida por la inaccesibilidad del objeto, a través de la identificación con el objeto idealizado, circunstancia que permitió lograr una cierta integración de su estructura (Citado en Esparza, 2015).

Para Winnicott (1962), un ambiente familiar facilitador propicia tanto el control interno de impulsos como el surgimiento del sentimiento de culpa (contenido en el superyó), que se relaciona con el entendimiento de lo bueno y lo malo, que a su vez se vincula con la experiencia de la angustia derivada de los deseos agresivos y la capacidad de reparación; la integración de estos aspectos posibilita que, al llegar a la latencia, el niño cuente con defensas organizadas y permanentes características del proceso secundario.

Al igual, comienza a tener cierto miedo a perder a la terapeuta, a aquella persona que si le pone atención, que si juega con ella, que si la entiende y que si le muestra interés, pues como se ve en algunas sesiones, Mariana muestra mucho interés por saber con qué niño se divierte mas, esto por saber si ella es la preferida, pues no quiere perderla, ni que la abandone como sus padres lo han hecho.

Uno de sus avances durante estas primeras sesiones es el poder lograr que Mariana acepte que puede llegar a sentir cierto odio y celos tanto a sus padres como a su hermano, deseando incluso la muerte en ellos. Es por eso que es un gran avance el que ella no reprima estos sentimientos y que se permita expresarlos, ya sea mediante el juego o mediante las propias palabras. Como en alguna sesion que la terepeuta le menciona: “nunca has fantaseado o dicho en tu interior (aich, quisiera que te murieras), lo que la niña contesta es que sí, pero que luego se arrepiente “a veces si lo pienso, más para Emilio, pero también para mi mamá y mi papá, pero si me arrepiento, por eso no quiero ser mala”. Por lo que entonces puede decirse que su logro es el permitirse darse cuenta que toda su pulsión agresiva está dirigida hacia sus padres, pero todavía el hecho de reconocerlo le provoca culpa.

Al parecer hasta este punto podrían marcarse un gran avance desde su inicio hasta este momento, ya que quizá a mitad del tratamiento puede verse en Mariana que se ha vuelto una niña mucho menos ansiosa ante la necesidad de expresar sus emociones, ya que se permite asignarles un nombre a ciertas emociones, al igual que comienza a reconocer sus deseos y sentimientos propios. Otra parte importante es el hecho de reconocer como dentro de su núcleo familiar, su madre es la que en cierta parte desvaloriza y quita autoridad al padre, a lo que Mariana en alguna ocasión, opina al respecto lo siguiente “bien y mal, porque él puede decidir por él mismo, a lo mejor en cosas que son de la casa ella puede decidir, pero en las cosas que son de el, el es el que debe hacerlo”. Es aquí donde Mariana comienza a darse cuenta que su madre es un tanto “Autoritaria”, no solamente con ella, sino incluso con su propio padre.

Me gustaría rescatar este párrafo, ya que es en gran parte el progreso que Mariana a demostrado en el tratamiento “Es curioso como Mariana en esta sesión expresa esa fantasía que señala Freud en algún lado acerca de que todos los niños en algún momento se crean una historia sobre su origen, en este caso ella es una princesa, que después se vuelve una aventurera, una pirata; me impresiona como comienza a cambiar su posición de niña olvidada en el rincón a princesa- aventurera-pirata”. Pues en este punto se muestra la capacidad en que Mariana a pesar de sentirse abandona, logra percibirse como una niña que lucha por aquel cariño que tanto le ha hecho falta, para en algún momento poder llegar a ser esa princesa que ella tanto anhela ser, una princesa que no es olvidada.

Poco a poco Mariana fue haciendo más consciente de sus sentimientos y de su verdadera dinámica familiar, ya que ahora mediante sus juegos, los cuales son mucho más creativos y constructivos, ella logra ver que lo que está representando mediante su juego, podría ser lo que está viviendo dentro de su familia, desde la violencia y agresiones por parte de la madre, como el olvido y abandono al cual se ha venido enfrentando todos estos años.

Al ser su juego ahora más creativo, Mariana ha dejado de descargar en gran parte toda la agresión que se mostraba en un inicio, al parecer al principio ella se enfoco mucho más en desquitarse y sacar todos sus deseos de odio y celos hacia sus padres y hermano. Lo cual ahora se ve un gran cambio, al saber que en Mariana se está reflejando una mayor empatía hacia su hermano, ya que acepta que por el hecho de estar enfermo quizá sus papás sea por eso que le prestan mucha más atención a él, en especial la madre.

Por lo que también ha dejado de mostrarse ansiosa, ya que ya no le incomoda las interpretaciones que hace la terapeuta acerca de ella. Ya se mantiene más concentrada y tranquila durante las sesiones, en comparación con las primeras, en donde mostraba ser una niña muy inquieta que se la pasaba moviéndose de un lugar a otro.

A pesar que se han visto grandes cambios emocionales en Mariana, aún se ven problemas referentes a la cuestión académica, comenzando con el punto en que Mariana no se logra concebir como una niña inteligente, aunque la terapeuta en varias ocasiones le refleja que es una niña inteligente, ella se empeña en ver todo lo contrario.

Posteriormente se empezó a ver cómo es que Mariana comienza a tolerar a los demás, desde sus padres hasta sus compañeros de clase. Al igual que ahora ya logra darse cuenta de sus sentimientos ambivalentes hacia sus padres y hermano, lo que más resalta este progreso es la cuestión en que en Mariana ya no se produce tanta angustia el hecho de saber que se puede amar y odiar, sin sentir alguna culpa o un miedo a perderlos.

Luego de estos avances, Mariana ha llegado a aceptar su abandono, pero no solo eso, sino que incluso ella logra buscar una posibilidad de cambiar esta situación, en ella ya no se ve una desorganización, si no incluso empieza a buscar soluciones para su propia persona.

Algo que aún repercute en Mariana es el sentirse sola no solamente en su casa, sino en la escuela, ya que como sabemos, ella tiene muy pocos amigos y todos sus compañeros la molestan. Pero dado a que se comienza a trabajar estos aspectos, haciéndole ver que no es bueno que sea burlona con todos, así como también la terapeuta se empieza a centrar en la convivencia dentro de la escuela, lo cual es una intervención muy buena, el hecho de que asista a la escuela para explicar la situación de Mariana y la manera en que ella lo vive, ya que como se reporta, nunca se le cree a Mariana y de todo la culpan. Es aquí donde se comienza a ver que Mariana va logrando tener más amigos, regresa su angustia a quedar sola, ya que justo ahora que está comenzando a tener más amigos, hay una posibilidad de que se muden a otro país. Para mariana si resulta un tanto angustiante el saber que puede haber otra separación en su vida, pero se logra ver que en comparación a la Mariana de un inicio, en este momento ella logra ver otras posibilidades y asimilarlo de una manera mucho más tranquila.

Para dar un cierre a este análisis de progreso, se puede resaltar que en Mariana se lograron grandes cambios no solamente en su diagnóstico principal (TDAH), sino en aquellas cuestiones emocionales que venían internamente causando una desorganización en Mariana.

Al final ella logra reconocer y expresar mejor sus sentimientos, aceptar los defectos y fortalezas de sus padres, dándose cuenta que pueden llegar a ser un tanto “buenos y malos”. Por lo que acepta esta ambivalencia de odio y amor hacia sus personas significativas.

Para este momento Mariana ya se ve más organizada y centrada, pues incluso comienza a tomar cierto interés por lo que le gustaría estudiar cuando sea grande, lo cual en comparación del principio, ella mostró en parte un desagrado hacia la escuela. Quizá esto se debía no solamente a sus dificultades intelectuales, sino a la mala relación que tenía con su compañeros, es por eso que ella se propone ser más empática, ya que comienza a ver que en la secundaria no quiere ser la misma niña sin amigos.

Otro punto para decir que su progreso ha sido demasiado bueno es el hecho de ver cómo del juego pasó a utilizar la palabra para expresarse, pues poco a poco se fue quitando esta necesidad de representar sus miedos, fantasías, deseos, etc, mediante el juego, ya que se llegó al punto en que lo inconsciente se fue haciendo consciente, lo cual para Mariana fue más fácil poder expresarlo mediante la palabra.

Estos cambios han reflejado en que Mariana ahora logra aceptar que fue su infancia la que ha marcado su forma de ser, mediante este análisis ella logró salir en gran parte de este abandono, aunque aún no del todo, pero ahora ella puede percibirse como un renacimiento, en donde poco a poco logrará llegar a ser esa princesa que anteriormente anhelaba ser. Me gustaría concluir con estas palabras de Mariana, ya que aquí refleja el gran progreso que en ella pudo lograrse.

“Mi madre me insulta más y me tolera menos, de todas formas yo quiero mucho a mi mamá, contigo ya entendí que la odio y la quiero”.

  • Papel de los padres

Durante las sesiones de los padres, se puede ver un en parte, un mayor interés por ayudar a su hija, ya que cuando comenzaron el análisis, ellos le prestaban mucha más atención al hijo más pequeño, aunque en la madre se muestra mucho más evidente cierta preferencia que tiene hacia el niño.

Dentro de los avances de los padres, no se logra ver mucho cambio, ya que la madre sigue ofendiendo a la niña, sigue sin tenerle paciencia y sin darle la atención que ella requiere. Es por eso que la terapeuta a lo largo de las sesiones con los padres, logra eta establecer un acuerdo, en donde los padres se comprometan a dedicarle un momento único a mariana, así como también el hecho de que no la comparen con otras niñas, pues esto para Mariana puede seguir afectándola.

  • Intervenciones de la Terapeuta

Durante el proceso de evaluación y tratamiento, la terapeuta realizó algunas intervenciones, dentro de las cuales las que más se destacan son las siguientes:

  • Las risas que Mariana presentaba, eran constantes y más que una risa de alegría o felicidad, podría verse como una risa de ansiedad, ya que estas surgían cuando algo de cierta manera le incomodaba, ya sea mediante el juego o mediante las conversaciones que establecía con la terapeuta. Aunque se veia mas evidente cuando mediante su juego mostraba cierta agresividad o incluso llegaba a destruir algo, ella reaccionaba mediante las risas, pues su ansiedad aumentaba en esos momentos.
  • Otra intervención importante que ayudó a mostrar avances en Mariana, es el hecho de que la terapeuta le hace ver que lo que hace con los juguetes es lo que realmente está pasando en su vida. Lo cual para Mariana resulta algo difícil de aceptar, pero esto le permite ver que puede utilizar el juego para expresarse libremente, sin miedo a que la terapeuta la catalogue de “niña mala” o la vaya a “dejar de querer”, como ella cree que pudiera pasar.
  • Ya que dentro del tratamiento es indispensable manejar las frustraciones de los niños, el hecho de que la terapeuta en cierta parte haga cosas para frustrarla, es para conocer hasta qué punto Mariana es capaz de tolerar, ya que como se vio en alguna sesión, la niña menciona que está a punto de romper las reglas, lo cual es un progreso en ella, ya que quizá en un principio la niña hubiera reaccionado de otra forma, impulsivamente, y ahora ha aprendido a manejar y controlar sus impulsos.
  • El punto central que se le hace ver a la niña, es cuando se le hace ver que mediante su juego comienza a mostrar ese enojo que tiene hacia la madre, pues es importante intervenir con aspectos de este tipo, ya que esto permite que la niña se de cuenta, que así como en su juego puede haber soluciones a dichas situaciones, asimismo puede haber una resolución de su vida real.
  • Ante la situación de abandono en la que Mariana se siente, comienza a verse una buena relación Terapeuta-paciente, incluso podría decirse que por parte de la niña, hay una gran transferencia hacia la terapeuta, ya que para Mariana esta atención y cariño que ella tanto busca, la está encontrando en la propia terapeuta, pues se pueden ver algunos indicios de que Mariana la considera como una madre, a la cual no quiere perder.
  • Se considera que para el trabajo con los niños, los terapeutas debemos ponernos a su nivel y no mostrarnos como simples figuras de autoridad, ya que esto frena a una buena relación terapéutica. Un ejemplo podría ser cuando en una sesión pasa lo siguiente: “juguemos a las trais”, yo le digo a manera de broma ¿Qué te trais?, se ríe, continuo ¿acaso te trais un secreto o algo escondido?, eres divertida, no traigo nada escondido, las trais es un juego.” Aquí se puede ver cómo es que mediante un vocabulario más infantil y en forma de broma, la terapeuta puede hacer sus interpretaciones para confrontar en cierta parte algo que la niña aún no se ha dado cuenta.

BIBLIOGRAFÍA

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