Terapia de Juego

Juego de personificación

El pasado 31 de Enero inició el curso de Alternativas terapéuticas en niños y adolescentes con la Doctora Eva Esparza Meza.

El día 1 de Febrero, el tema central fue la terapia del juego, para lo que es indispensable conocer qué es el juego y todo lo que este implica.

Para que una actividad se considere juego se destacan dos cosas:

1.- El juego siempre debe producir placer, ser placentero.

2.- El niño debe reconocer su entorno y a su madre como un objeto externo que resalta, es decir, que es diferente de los demás objetos con los que tiene contacto. Generalmente esto ocurre en el segundo semestre de vida.

Como preámbulo del juego, se encuentran las actividades prelúdicas con la madre y, como antecedentes de éstas, las actividades autoeróticas, las cuales se verán con mayor detalle adelante.

Se habló de la ya sabida angustia de separación, que se produce cuando hay un vínculo de apego y que, a partir de dicha angustia, se refleja la relación existente entre el objeto amoroso con la madre y la interiorización de ésta. Lo anterior lleva a la representación de la madre; recordemos que una representación es un proceso mental donde se otorgan formas simbólicas de reproducir nuestra realidad en ausencia de ésta. En otras palabras, se produce en la mente del sujeto cuando al objeto no lo tenemos presente.

Volviendo a la representación de la madre, ésta significa la entrada del niño al mundo de lo simbólico; momento en que el juego se puede calificar como tal, es decir, como juego. En ocasiones vemos a bebés jugando con sus manos y observamos cómo se frotan con ellas o las chupan, esto representa la relación con el pecho materno, es decir, la protección que la madre les proporciona y en el juego es la escenificación de esa fantasía.

Es importante recalcar que el juego siempre debe ser lúdico y simbólico; el simbolismo se define como un acuerdo verbal entre los miembros de una comunidad, puede tener varios significados dependiendo de la persona y es la sustitución de una imagen por una etiqueta: A todo le damos un significado por la carga afectiva que le otorgamos.

Se señaló que, por medio del juego, el niño representa su mundo interno y externo, que es identificatorio ya que reconoce su género, sus gustos y sus intereses y a su vez refleja con quién se identifica el niño en su juego de roles de adultos; mientras que los juegos de competencia y logro, como carreras con cochecitos de juguete, son muy comunes en varones y se relacionan con la competitividad.

En algún momento de la sesión, la Dra. Esparza afirmó que entre los 2 y 4 años de edad es cuando se presenta la mayor intensidad del simbolismo en el juego: cuando éste es más simbólico, más florido, más creativo, más significativo, porque aún no entra el niño en la imposición cultural.

La sesión del día 7 de Febrero realizamos una dinámica en clase que consistió en una búsqueda de información bibliográfica sobre el tema de Terapia de juego: la Doctora fue asignando individualmente en dónde debíamos investigarlo, si en libro o revista, y nos dio una hora para capturar y llevar los datos encontrados. En mi caso, me asignó revisar en libros y encontré, más que nada autores que nos muestran la historia de la Terapia de juego Psicoanalítica:

Hug.Hellmuth
  1. Hug-Hellmuth: Durante las sesiones, el niño juega con sus propios juguetes (1921).
  2. Anna Freud: Promover la verbalización del niño, etapa de latencia (1926).
  3. Melanie Klein: El juego del niño es equivalente a las asociaciones libres de los adultos, transforma la ansiedad en placer (1932).
Jakob Fries

4. Jakob Fries: Análisis detallado del juego de un infante de 4 años (1937).

Terminado el tiempo, regresamos al aula y uno por uno comenzamos a explicar qué encontramos. La Dra. Esparza clasificó los temas e indicó que, en momentos determinados del curso, compartiríamos lo que investigamos según el tema que viéramos en clase, por ello no doy más datos de los autores que menciono. Para la siguiente sesión, se nos pidió leer la primera lectura del capítulo 1 del libro ‘’Un programa de intervención desde una perspectiva psicodinámica’’ de Tomas Campoy.

En la siguiente clase, el día 8 del mismo mes, debatimos y comentamos acerca de la lectura mencionada y se resolvieron dudas.

Se señaló que el juego es un tipo de expresión infantil donde el dominio es el papel activo que el niño toma, siendo así simultáneamente él el primero y el protagonista, es dentro del juego donde se presentan las pulsiones de placer y agresividad. Cabe aclarar que a los niños les agrada ‘’dominar’’ el mundo de los adultos desde su reproducción escénica, es decir, desde su montaje, a este tipo de juego se le denomina de personificación.

Se habló de un elemento imaginario y del proceso originario que consiste en cómo la madre presenta el mundo al niño por medio de dos zonas que se complementan entre sí: la boca y el pezón; mediante lo anterior, la mente y perspectiva de la madre forman la mente y perspectiva del infante: es una representación pictográfica registrada en la memoria de su cuerpo. Relacionado a lo anterior, Freud nos habla acerca de que el proceso primario lleva al proceso secundario y del juego en la etapa preedípica donde siempre el elemento placentero está presente.

Ahora, hagamos una distinción entre las actividades prelúdicas y las actividades autoeróticas: las actividades prelúdicas son la sustitución del placer que la madre le proporciona al niño mientras que las actividades autoeróticas están relacionadas al calor corporal que el infante recibe de su madre (cuando lo cambia, cuando lo baña y acaricia), aunque sea un sustituto, el placer se da en las zonas erógenas, en este caso la boca, de hecho, la primera actividad de este tipo es el chupeteo. También permiten dar al infante noción de su propio cuerpo y distinguir que su madre es un ser distinto a él; de hecho, el autoerotismo es el medio privilegiado para separarse, diferenciarse de ella.

¿A qué se refiere lo anterior? Lo que sucede es que antes del parto, la madre sufre un tipo de locura calificada como ‘’sana’’ y tiene el pensamiento de que ella y el bebé son uno mismo, que están, de algún modo, fusionados, por lo que, cuando nace, el niño también lo cree. Para que el bebé tenga un desarrollo sano e independiente, hasta cierto punto, de la madre es necesario el autoerotismo, el cual se relaciona con el narcisismo.

Al final de la sesión, se mencionó que el rostro humano es el prejuguete privilegiado del niño.

Bibliografía

Campoy, T.. (1997). Un programa de intervención desde una perspectiva psicodinámica: La hora de juego Kleniana. España: Universidad de Jaén. Servicio de Publicaciones e intercambio.

--

--