Capítulo 4. Transferencia en niños

La transferencia en psicoanálisis con niños tiene ciertas particularidades ya que aquí se desplazan sentimientos y emociones hacia el terapeuta que corresponde a otros, en otro tiempo, por ejemplo sus padres, maestros, en determinadas situaciones como quienes les envían a terapia.

La transferencia es el proceso que atañe a los deseos inconscientes que se actualizan y se hacen presentes sobre ciertos objetos, con quienes repiten las matrices infantiles. Estas matrices son elementos fantasmáticos, es como el sujeto estructura su mundo y lo va repitiendo, y en dicha transferencia se manifiesta lo mas intimo del sujeto; sus pulsiones, su infancia , su narcisismo y su Edipo. En el caso particular de los niños la transferencia proyectada por cosas pasadas y presentes, es decir ,el niño repite lo que vivió y lo que está viviendo, además con ellos, la transferencia no está siempre mediatizada por la palabra, se producen acciones que a veces necesitan acciones como respuesta, por ejemplo en las situaciones que se liga la transferencia con el encuadre, cada vez que el niño, por medio de su repetición transferencial,intenta romper el encuadre y el analista lo tiene que reencuadrar de alguna manera.

Esto se puede ver a manera de ejemplo en el caso visto en clase de Alina una niña de 8 años, primeramente se establece el vinculo trasferencia por parte de la terapeuta, al manifestarle que es bienvenida en ese espacio, durante la sesión la “mordida”, se observa agresividad y esto tiene que ver con lo acontecido en la dinámica familiar, es decir, la transferencia de la repetición,( lo muestra en las sesiones) por otra parte dada su repetición con el juego de gasper nos habla de su funcionamiento psíquico. Los repetido son fantasmas inconscientes, los sucesos arcaicos y el repetidor del sujeto. Dicha repetición guarda una relación con el goce y el objeto perdido; se repite lo que no estaba, el objeto perdido que nunca existió, que fue un lugar en el mundo para Alina.También se desplaza a la terapeuta el papel de los padres, ya que le miente al decirle que la mordieron, siendo que fue ella quien mordió.

En cuanto a los adultos entran en transferencia negativa se van, y por lo cual es más difícil detectarla en ellos, mientras que con los niños en terapia no se sabe si es transferencia ya que a veces tiene que ver con el objeto nuevo, ya que este es masivo y rápido, es decir, puede querer u odiar al terapeuta como objeto parental, y como el objeto nuevo que ha entrado a su vida. Esta transferencia se traduce en el juego.

La complicación de la transferencia en niño se da porque es cruzada, es decir, en su gran mayoría el niño viene porque lo mandaron, y la recibimos como pareja parental (padres, profesores, pediatra u alguna autoridad) y la que individualmente conlleva el proceso terapéutico.

Al igual la transferencia puede presentarse en forma de saber, es decir, que tanto los niños incluso los padres, depositan en el analista el que “todo lo pueden y todo lo saben”, ya que es tranquilizador saber que el otro sabe lo que nos pasa. y esto puede dar paso a nuestra propia transferencia, con esto me refiero al punto de contratransferencia, ya que es frecuente que el terapeuta se deslice al lugar del adulto ideal, identificándose con los padres o con lo que el pueda haber deseado encontrar cuando era niño; unos padres ideales que todo lo pueden.

La transferencia se presenta bajo la forma del amor, y el amor de trasferencia es el motor del proceso analítico. En la demanda de ser amado se intenta restaurar la situación constitutiva del sujeto; ha de ser amado, libidinizado y narcisizado por otro para llegar a ser sujeto y es desde el narcisismo primario de los padres, el primario, desde donde se comienza a organizar el niño.

Retomando a Freud en Inhibición, síntoma y angustia, parte de la premisa de que la vivencia de desvalimiento, de desamparo del lactante, separado de su madre, es una situación “traumática”. El trauma se define como el aflujo de excitaciones excesivo en relación con la tolerancia del sujeto y su capacidad de controlar y elaborar psíquicamente dichas excitaciones, esto se puede ejemplificar en el caso de Alina, que ante situaciones traumáticas intensas el Yo queda dañado y su capacidad de ligar se ve comprometida, y esto conlleva a la repetición; como al no dibujarse, olvidarse que se cambió de salón, el maltrato que recibe de su familia, y en sesión cuando juega con el bebé y las muñecas.

También puede darse que la transferencia sea ambivalente; positiva o negativa, esto es usual, pero hay temporadas en que pueda presentarse una u otra. Nosotros como terapeutas debemos dejar que fluya y abstenernos de interpretaciones o prejuicios, por todo esto se puede considerar que es la parte más difícil de trabajar con niños, y tener en cuenta que esto producirá heridas narcisistas, en nosotros.

Por último, un aspecto importante es que solo en el encuadre psicoanalítico se interpreta la transferencia, así que, quien no se encuentre en este espacio , no será posible interpretar las transferencias como puede llegarse a dar con los padres, los profesores, etc.

Referencia

Blinder D.C., Knoble J. & Squier M. L. (2008). Clínica Psicoanalítica con niños. Madrid: Síntesis

CARLOS BLINDER; JOSEPH KNOBLE; M LUISA SIQUIER , 2

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