Reseña del libro: Sin filtro. La historia secreta de Instagram

Álvaro Felipe
Alvaro Felipe Emprendedor
4 min readJul 18, 2021
Sin Filtro. Sarah Frier

El 9 de abril de 2012 Facebook compró Instagram por mil millones de dólares, una cifra jamás pagada en Silicon Valley por una startup. Más aun considerando que tenía solo 17 empleados, no generaba ingresos ni tenía modelo de negocio. ¿Por qué Zuckerberg pagó tanto dinero? Y más sorprendente aún: ¿por qué Twitter perdió la oportunidad de su vida de comprar Instagram? Ese 9 de abril es uno de los momentos más importantes para el mundo de la tecnología. El mundo actual sería muy diferente si esa compra no se hubiera realizado.

Acabo de terminar el libro de Sarah Frier, "Sin filtro. La historia secreta de Instagram" y no se me ocurre mejor nombre para una app que sin proponérselo (empezó con sentido artístico) creó una cultura de la falsedad, de fingir ser lo que no somos, tanto así que que para aclarar que una publicación es real había que etiquetarla como #nofilter. Este libro cuenta la historia de Instagram desde su fundación hasta la salida de sus fundadores Kevin Systrom y Mike Krieger cuando la app alcanzó los mil millones de usuarios y Zuckerberg los apretaba cada vez más porque su éxito era una amenaza para Facebook. Pero, ¿cómo podría ser una amenaza si la había comprado? Buena pregunta, cosas que solo pasan dentro de la cabeza de Zuckerberg.

Instagram creó la necesidad de fotografiar cada momento para aparentar una vida ideal

Instagram fue creada en 2010 como una app minimalista con funciones solo de subir fotos, agregarle filtros, dar like y seguir personas. Ni siquiera tenía una función para recuperar contraseña. En una época en que las cámaras de los iPhone eran bastante malas, los filtros le daban un toque vintage y cool a las fotos, disfrazando de arte las deficiencias técnicas. Además, ayudaba a compartir fotos en Twitter, Facebook, Forsquare y Tumblr así que se apalancó de las redes existentes para crecer. Pero lo que más influyó en su éxito inicial (en solo mes y medio llegó a los dos millones de usuarios) fue alguien impensable: Jack Dorsey, actual CEO de Twitter y uno de sus fundadores. Dorsey era muy amigo de Systrom y lo ayudó a promocionar Instagram cada vez que podía. Incluso declaró que era su aplicación favorita en el iPhone. Le gustaba tanto que quiso comprarla por 80 millones de dólares, pero las disputas internas con los socios (Evan Williams era CEO en ese momento) impidieron que se tome la decisión. Y cuando se hizo una oferta formal a Instagram fue por 500 millones de dólares (Instagram no paraba de crecer). Sin embargo, Zuckerberg le ofreció mil millones, los recursos de Facebook para crecer, más independencia. Seguiría siendo CEO de su empresa sin preocupaciones de dinero. ¿Cómo rechazar esa oferta? Dorsey se sintió traicionado y cerró su cuenta de Instagram.

Dentro de Facebook se cumplió la promesa de la independencia, pero solo al comienzo, lo suficiente para que dos años después, en 2014, Systrom ayudara a convencer a Jan Koum (creador de WhatsApp) de vender a Facebook usándose a él mismo como ejemplo de la independencia y gran cantidad de recursos que tendría a su disposición si vendiera. Una gran ironía si hoy miramos hacia atrás (Jan Kuom dejó Facebook en 2018 y fue activista de la campaña #deletefacebook). Y cuando Facebook compró WhatsApp por 19 mil millones, Systrom se quedó pensando si había vendido demasiado pronto (o si quizás nunca debió vender).

Considerando que si Instagram hubiera crecido por sí sola hoy sería una de las redes sociales más importantes del mundo (y rival directo de Facebook) y que esa compra desembocó luego en la de WhatsApp, es inevitable preguntarse si el poder que tiene Facebook hoy sería el mismo sin esa compra. Instagram ayudó a Facebook a competir contra la amenaza de Snapchat que hacía ver a Facebook aburrida y anticuada copiando sus stories. Y hoy vuelve a ser Instagram, con Reels, quien le ayuda a competir contra la nueva amenaza: TikTok. Como dije al inicio, ese 9 de abril cambió todo para el mundo de la tecnología. En su momento las autoridades antimonopolio no creyeron que comprar una empresa pequeña y sin ingresos sería un riesgo. Pero Zuckerberg tenía una app espía (que las autoridades no) llamada Onavo para saber que Instagram debía comprarse por la cantidad de dinero que sea antes de que sea más grande.

Sin filtro es un libro muy interesante para todo emprendedor porque todo emprendedor debe leer biografías de empresas para quitarse mitos y entender que hasta los más grandes comienzan desde abajo (como los fundadores de Instagram que crearon la app en un café porque no tenían oficinas). En 2018, los fundadores abandonaron Instagram dejando la dirección en manos de Adam Mosseri, quien hace un par de semanas dijo que Instagram dejará de ser una app de fotos para enfocarse en el video y competir contra TikTok. Pero esa es otra historia para otro post.

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Álvaro Felipe
Alvaro Felipe Emprendedor

Padre, profesor y emprendedor. Fundador y CEO de EDteam. Te enseño a crecimiento personal y emprendimiento.