Reflexiones sobre el desarrollo de carrera de un UXer

Amable Latam
AmableLatam
Published in
5 min readFeb 15, 2018

En la actualidad un buen diseñador de Experiencia de Usuario es un profesional -en buena hora- muy cotizado.

Por eso, el desafío del desarrollo de carrera en esta disciplina debe ser revisado permanentemente. Y con mucho cuidado. Porque me temo que, en general, no lo estamos haciendo muy bien que digamos.

¿Qué le ofrecemos? ¿Por dónde crece? ¿Cómo nos aporta más valor sin aburrirse y consiguiendo cosas que le llenen profesionalmente?

Un(a) UXer es, por definición, un personaje inquieto y apasionado por lo que hace. No se quedará en un equipo necesariamente debido a una oferta económica superior; ni por la imagen de marca del empleador; ni por la estabilidad; ni siquiera por un buen ambiente de trabajo.

He visto que en muchos casos pesa más que todo lo anterior algo que parece tan obvio, tanto, que tragicómicamente se nos pasa: querrá quedarse en un lugar que le permita… diseñar experiencia de usuario…. Y crecer, aprender más y evolucionar en todo lo relacionado con… diseñar experiencia de usuario.

Simple ¿no? ¿A qué iluminado se le pasaría por la mente ofrecerle a un buen diseñador de Experiencia de Usuario un desarrollo de carrera que no sea seguir diseñando más y mejores experiencias de usuario?

A muchos (me incluyo, he sido de estos iluminados).

Cuando un(a) joven diseñador(a) de Experiencia de Usuario muestra condiciones sobresalientes he visto que “nos lucimos” con algunas de las siguientes joyas:

1. “Que sea líder de equipo, forme un ejército de diseñadores como él(ella) y coordine su trabajo”. Es tan bueno(a) investigando, en la calle, haciendo trabajo de campo, conceptualizando interfaces, diseñándolas, testeándoles, defendiéndolas, dándoles seguimiento, interactuando con TI, con procesos, etc… que -idea para postular al Nobel- lo sacamos de todos esos lugares y -sin que nazca de él(ella) el interés por serlo- le convertimos en líder de equipo. Deja de investigar, deja de diseñar (quizás, mantiene su participación en la conceptualización). Y en su reemplazo aparece la gestión de proyectos, la selección y formación de equipo, la capacitación, la táctica para eficientar recursos y negociar tiempos; su trabajo ya no es directamente diseñar buena UX, esa labor ahora recae en otros, probablemente con menos experiencia y brillantez en la materia.

A este extraordinario soldado lo sacamos de la trinchera en la cual era un campeón, le damos medallas distinguidísimas, lo nombramos oficial y lo ubicamos en un bunker distante a definir el trabajo que empezarán a realizar otros soldados.

Ahora ¿un buen diseñador de Experiencia de Usuario será un buen líder de equipo de UX? Uff, difícil de responder… a veces sí, a veces no. Claro, en principio un buen diseñador de Experiencia de Usuario tiene más probabilidades de ser un buen líder de equipo de diseño de Experiencia de Usuario que alguien que no lo es. Sí, sin duda, hay algunos que además de todos los dones anteriores tienen también las habilidades -y el interés- por liderar a terceros y cuidar a su empresa del despilfarro de recursos. Pero hay otros que, siendo excelentes UXers, son pésimos líderes de equipo. De hecho a veces mientras mejores son diseñando, más malos son delegando; o explicando -y frustrándose en el intento- cómo hacer algo que para ellos es tan sencillo y natural, a otros a quienes les resulta tan complejo.

Los puedo entender.

Imagino -ya que está de moda la analogía- al “Chino” Ríos “delegándole” al equipo de Copa Davis cómo jugar mejor; “si es tan fácil”, pensará para sí… O a su “amigo” Diego Maradona, “liderando” cómo el pateador de tiros libres del equipo al cual dirige en los Emiratos Árabes debiera pasar el balón por sobre la barrera y ubicarlo en el ángulo…

…Sí, es verdad, también hay casos como el de Johan Cruyff, un extraordinario jugador y acaso mejor entrenador y líder de equipo. Por eso digo que a veces sí y a veces no.

Dos cositas adicionales al respecto:

-La analogía de los deportistas en el caso de UX es más desoladora aun para quien nunca quiso dirigir a otros. A los jugadores finalmente quien les saca de su rol para hacerlos entrenadores es la edad; o sea, no hay de otra, aunque quisieran, ya no pueden seguir jugando porque el cuerpo no les da. Se parece mucho a un pase a retiro.

En cambio un buen diseñador UX mutado a líder de equipo -sin interés en desempeñar este rol- sabe que en cualquier momento podría volver al ruedo y hacerlo mejor que sus dirigidos. Ningún impedimento físico lo disuade, por lo tanto su frustración puede ser mayor.

-También puede darse -de hecho se da- que un diseñador de Experiencia de Usuario no descollante, llegue a ser un ejemplar líder de equipo UX. Retornando a la analogía futbolística, existen los Pellegrini, los Guardiola, los Ferguson; e incluso los Mourinho y Sampaoli.

2. “Que venda UX. Económicamente es más rentable y no se mete en los líos de los proyectos”. Los dones del diseñador de Experiencia de Usuario son tan sobresalientes que lo hacemos vendedor de proyectos de UX. O sea, ya no entrenador, sino algo así como dirigente (o representante de jugadores). No sólo lo sacamos de la cancha, también de la banca y del camarín; lo alejamos de los entrenamientos y de todos aquellos sitios en donde se sentía como pez en el agua. Claro, se sienta en los mejores palcos y recibe más dinero y desde más fuentes potenciales, pero está más lejos que nunca de lo que le apasionaba y para lo cual era tan bueno que se hizo famoso.

3. “Hagámoslo dueño de su propia empresa”. El Diseñador de Experiencia de Usuario es insuperablemente bueno; es un mesías de tal magnitud que como premio no encontramos nada mejor que proponerle ser un emprendedor UX. Le pasamos dinero, mucho dinero, y le encomendamos hacer un spin off donde él(ella) ponga las reglas.

Es decir, experimenta una especia de suma de los dos casos anteriores (gestión de proyectos + venta), adicionando esta vez la necesidad de saber algo de administración de empresas y de estar dispuesto(a) a asumir una cuota de riesgo importante.

… Y él(ella) que era tan feliz haciendo UX, ahora, al pasar por 1, 2 ó 3, encaramado(a) en otras esferas y unos años más viejo(a), ve lejanos e irrepetibles esos primeros tiempos, porque además siente que es un retroceso social volver a lo que amaba y hacía tan bien, pero por lo cual “ya pasó”, “ya quemó etapas”.

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He exagerado. Mucho. Pero mi exageración no anula el hecho de que lo esencial del despropósito descrito sigue estando allí.

No digo que no puedan existir los tipos de desarrollo de carrera hasta aquí irónicamente descritos; después de todo sí hay gente interesada y con las habilidades para hacer excelente UX, dirigir equipos, vender y emprender; incluso todas las anteriores ejecutadas en paralelo, con éxito y con realización profesional, valor para el negocio, aporte a la sociedad y al conocimiento… ¡Enhorabuena!

Sólo digo que el desarrollo de carrera más obvio -o sea más UX, en cantidad, en profundidad, en complejidad, en alcance, en cobertura, en impacto- es el camino menos pavimentado de todos. A veces inexistente. Y debiéramos buscar la manera de desarrollarlo. Después de todo, hay tan pocos diseñadores de Experiencia de Usuario buenos y con experiencia haciendo UX con su tiempo, que parece un desperdicio.

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Amable Latam
AmableLatam

Consultora especializada en Diseño Centrado en las Personas.