¿Habrá apagones en España este invierno?
¿Tendrá España que hacer frente a apagones frecuentes este próximo invierno? Eso, lógicamente, dependerá de una variedad de factores, incluido el clima, la disponibilidad del gas y electricidad de Europa, y si los hogares y las empresas son capaces de hacer frente a los pagos de la energía.
Esto nos recuerda a las noticias de hace unos meses que nos hablaban de que se aproxima un gran apagón a Europa, y que la población parece haber olvidado:
No obstante lo anterior, hay que tener en cuenta que el próximo invierno España podría enfrentarse a tres clases de escenarios.
ESCENARIO 1: LAS IMPORTACIONES ENERGÍA DESDE EUROPA. LOS PRECIOS SUBEN
No sabemos si en España habrá margen suficiente entre la oferta y la demanda de energía eléctrica para que el alumbrado y la luz puedan mantenerse encendidas este invierno, como ha ocurrido en otros años.
Eso, suponiendo que las importaciones de electricidad de Europa estén disponibles en los momentos que más se necesiten para satisfacer la demanda, de modo que España pueda importar energía a través de los diferentes sistemas existentes (cables submarinos, líneas de lata tensión, etc.) desde Francia y otros países europeos. Asumiendo también, claro está, que no existan interrupciones en el suministro de gas.
En este escenario, no se prevé que se tengan que acudir a las medidas de último recurso, como el encendido de velas o la utilización de leña/carbón. Sin embargo, es muy probable que el precio mayorista de la energía se dispare aún más (tanto del gas como de la electricidad) durante todo el invierno.
El problema con este escenario es que es muy probable que España no pueda contar con las importaciones de energía de Europa, ya que el continente también enfrenta una crisis energética importante, y se prevén episodios prolongados de escasez de energía (y de recursos).
ESCENARIO 2: LA ENERGÍA EN EUROPA ES LIMITADA: APAGONES LIMITADOS CUANDO VENGA EL FRÍO
Existe el escenario para este invierno en el que España no recibe ninguna importación de energía de los países Europeos. Esto podría suceder debido a una combinación de factores, como la escasez del gas en Europa, que a su vez puede limitar la generación de energía en Europa. Las perspectivas no son muy optimistas.
En este escenario se tendrían que implementar, muy probablemente, medidas de último recurso: la utilización de leña/carbón, velas, un menor uso de la energía, etc. También se podrían utilizar las centrales térmicas existentes, aunque hay que tener en cuenta que, recientemente, el actual gobierno ha cerrado, desmantelado y destruido varias de ellas (curiosamente).
El problema es que se desconoce qué grado de flexibilidad de la demanda existirá cuando todo eso se produzca. Se desconocen los protocolos de actuación en estos casos, ni siquiera se sabe si existen, por lo que no hay garantía de que los servicios de energía funcionen correctamente.
Lo más probable es que, en esta situación, se fuerce una interrupción del servicio y del suministro de energía a algunos clientes (la totalidad de ellos, en realidad) por periodos limitados, pero indeterminados en el tiempo, por lo que puede producirse una situación de caos en todos los sentidos.
ESCENARIO 3: EL SUMINISTRO DE GAS ES INSUFICIENTE Y LA ENERGÍA EN EUROPA ES LIMITADA: APAGONES CONTÍNUOS EN INVIERNO
Este último escenario es el más peligroso y el más desfavorable, ya que puede ocurrir que, además de que las importaciones de energía son limitadas, puede haber una hipotética escalada de la crisis energética en Europa, de tal manera que haya suficiente suministro de gas disponible en España.
Si hay escasez de gas, las plantas de energía que lo usen serán los primeros que se verán perjudicados. Esta situación podría prolongarse todo el invierno, si no más tiempo.
En este escenario se producirían apagones continuos en España, debido a la dependencia de la generación de la energía sobre la base del gas. Incluso con las pocas centrales térmicas en funcionamiento (cosa que ya debería estar ocurriendo, y no es el caso), y las medidas de reducción de la demanda, no se podrían evitar las interrupciones en el suministro en general, afectando de manera directa a los consumidores.
Ante una situación de emergencia así, se tendrían que establecer planes de emergencia para los cortes de energía, que se programarían de manera objetiva. Esto significaría que muchas personas se quedarían sin energía durante periodos predefinidos (en un principio), aunque indeterminados en la práctica. Se desconoce el alcance real de esta situación, pero el lector puede imaginarse lo que puede llegar a ocurrir en estos casos.
Aunque puede que este escenario sea poco probable, no hay duda que hay que tenerlo en cuenta si la escalada bélica que Europa mantiene con Rusia aumente considerablemente, algo que es perfectamente posible en estos días. Además, un invierno frío (como el que se prevé) puede agravar la situación.
Nos adentramos, inexorablemente, en un escenario hasta ahora desconocido. Pronto, a partir de finales de diciembre, empezaremos a conocer el alcance real de la situación. Cuando el invierno llegue.
