“Lo haré mañana”. Sí, ¿pero cuándo?

Si quieres hacer algo, ponlo en tu calendario.

Ana Ávila
ana ávila
3 min readJun 16, 2019

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Photo by William Iven on Unsplash

Algunos expertos en productividad dicen que el calendario es exclusivamente para colocar tus citas con fecha y hora definidas. Durante mucho tiempo, yo pensaba lo mismo.

“El calendario es el hogar apropiado para eventos, reuniones y citas. Si necesita recordar algo que sucede en un momento determinado o en un momento y lugar determinados, es un candidato ideal para el calendario. Estas son las únicas cosas que pertenecen a su calendario”.

— Tim Challies

Sin embargo, en los últimos meses he descubierto el beneficio de olvidarte de eso, y poner en el calendario todos tus pendientes del día.

Sí, todos.

No me malinterpretes; no quiero decir que uses tu calendario como si fuera una agenda. No se trata de que llenes tu calendario de pendientes al azar. La idea del time blocking (bloqueo de tiempo) es asignar un espacio de tiempo definido a las tareas que has seleccionado de tu agenda. De esta manera sabrás qué tanto puedes hacer hoy, y cuándo llevarás a cabo cada pendiente.

Haz el siguiente ejercicio:

Apunta en un pedazo de papel todas las cosas que quieres hacer mañana. Junto a cada tarea, coloca el tiempo aproximado que te tomará completarla.

Ahora abre la aplicación de calendario en tu computadora. Empieza por lo grande. Coloca tus horas de sueño y las horas de comida. Tus reuniones sociales o de trabajo ya deberían estar en el calendario (¡pero no olvides el tiempo en el tráfico!). Una vez que tengas lo básico, transfiere tu lista de tareas. Pon las cosas de la oficina dentro de tu horario de trabajo. Y no olvides incluir el revisar tu correo electrónico, responder llamadas, y charlar con tus colegas. Después añade el tiempo en familia, Netflix, lectura, ejercicio… todo lo que quieras hacer debe encajar en 24 horas.

¿Lograste colocar en el calendario toda tu lista de tareas? Lo más probable es que no. Y déjame decirte que seguramente fuiste demasiado optimista a la hora de estimar el tiempo que te tomará cada cosa; decimos que escribiremos ese reporte en una hora y sin darnos cuenta pasan tres y no hemos terminado.

Decimos “lo haré después” como si tuviéramos todo el tiempo del mundo. Pero solo tenemos 24 horas. Y si no las llenamos con propósito, se llenarán de basura y pendientes irrelevantes. Los espacios de tiempo libre para leer o hacer ejercicio no aparecerán por arte de magia en tu calendario, tienes que programarlos.

Después escribiré un poco más acerca de cómo practico el time blocking. Esta herramienta puede ayudarte a ser más efectivo a la hora de trabajar y a empezar a pasar más tiempo en las cosas que realmente valen la pena.

Por ahora, cada vez que pienses “lo haré mañana”, pregúntate “¿cuándo?”.

Y después ponlo en tu calendario.

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Ana Ávila
ana ávila

Editor. Clinical Biochemist. Writes about productivity, minimalism, and books.