No uses a tus hijos como excusa
“Cuando seas mamá, no vas a poder… [inserta aquí cualquier cosa que te gusta hacer]”.
Leer, hacer ejercicio, viajar, acampar, pintar… lo que sea. Si es algo que disfrutas, tus hijos seguramente van a arrebatártelo.
O eso nos han hecho creer.
La maternidad es vista de manera extraña en nuestra cultura. Por un lado, es el ideal al que toda mujer debe aspirar. Si pasas de cierta edad y no estás casada con hijos, la gente te mira raro. Por otro lado, la maternidad parece ser una especie de sentencia de muerte.
¿Los sueños? A la basura; ahora solo puedes pensar en el pequeño humanito que está en tu vientre. ¿Aspiraciones? No te engañes; no tendrás tiempo ni de bañarte, así que no intentes superarte de ninguna manera. ¿Tiempo libre? Jajaja, olvídate de eso.
Estás condenada. Para siempre.
Tener hijos te cambia la vida. Las cosas jamás volverán a ser iguales; eso nadie lo puede negar. De la noche a la mañana eres responsable de una vida apenas conoces y es completamente dependiente de ti. No hay días libres; incluso cuando alguien más te ayuda y te tomas un descanso, tu mente regresa una y otra vez a ese pequeño torbellino que te hace gritar de frustración y un segundo después te derrite con una sonrisa.
Pero (a pesar de lo que parece en las primeras semanas) ser mamá no significa que tu vida terminó. Ser responsable de otro no significa que dejas de ser responsable de ti misma.
Que otro ser dependa de ti 24 horas al día y 7 días a la semana te enseñará lo efímeros que son los días y lo valiosos que son los minutos de tranquilidad. Lo que haces con esos minutos dependerá de ti.
Me he propuesto no usar a mi hijo como excusa. Puede ser que yo no haya dejado espacio para lo inesperado; quizá no ordené bien mis prioridades; tal vez una enfermedad llegó en el peor momento y cambió los planes. Sí, a veces las cosas no saldrán como esperaba, pero la excusa no será mi bebé.
Asumiré la parte de responsabilidad que me toca y me lamentaré un poco por las cosas que estaban fuera de mi control. Y luego seguiré adelante.
“Cuando seas mamá, ya no vas a poder leer tanto como lees ahora”.
Bueno, querida persona cuya opinión no pregunté, durante la primera semana con mi bebé leí 8 libros. Claro, mi vida consistía en lactancia y cambios de pañales sin salir de la habitación. Pero de que leí, leí.
Y sigo leyendo.
Cuando no lo haga, no será culpa de mi bebé. La excusa jamás será él.
