Hasta hace muy poco tiempo utilizaba un montón de cosas para marcar mis libros. Tengo este video como prueba:
Sin embargo, en los últimos meses he buscado simplificar lo más que pueda cada aspecto de mi vida. La verdad es que las cosas se vuelven mucho más sencillas cuando nos limitamos a lo esencial. Así que me deshice de la gran mayoría de mis artículos de papelería, y ahora solo unas cuantas herramientas me acompañan a la hora de leer.
Escribí un poco acerca de los beneficios de marcar nuestros libros, y algunas me han personas se han acercado para preguntarme cómo es que lo hago, antes de siquiera intentar hacerlo por ellos mismos. Yo también le hice esa pregunta a mi pastor cuando veía todos sus libros llenos de colores diferentes. Su respuesta me frustró en ese momento, pero ahora la comprendo: “no intentes copiarme, márcalos como tú quieras”.
Así que aunque aquí quiero compartir con ustedes lo que hago para marcar mis libros, no intenten hacer exactamente lo mismo que yo. Es posible que yo misma cambie mi “estilo” dentro de unos meses. Lo que debes hacer es lo que resulte más natural para ti. Cuando marcas tu libro, lo que quieres hacer realmente es interactuar con el material y hacer de esa copia tu copia. No puedes lograr eso imitando la técnica de alguien más.
Herramientas
Marca textos: Delgado, amarillo, marca Sharpie. No se corre ni traspasa. Generalmente lo utilizo para marcar las ideas principales del texto. Antes usaba varios marca textos pero ahora me limito a uno.
Pluma: Negra, punta “de aguja” (0.5 mm), marca Pentel. Lo uso para subrayar ideas secundarias, y también para dibujar símbolos o hacer notas en los márgenes. Cuando hay párrafos grandes que quiero resaltar, hago corchetes en los márgenes para no subrayar porciones demasiado grandes.
Notas adhesivas: Tengo una nota adhesiva grande pegada en la parte de atrás del libro para escribir notas para mis reseñas. También utilizo una pequeña bandera adhesiva para marcar mi lugar en el texto (me ha funcionado muchísimo mejor que los separadores).
Manos a la obra
A la hora de marcar mis libros no me limito a subrayar las ideas principales. Me gusta dejar impreso lo que el autor me hizo sentir en ese mismo momento. Así que no será raro que encuentres corazones al lado de los pasajes que me encantaron, o signos de exclamación junto a algo que me causó asombró. También suelo escribir “JA!” cuando algo me hizo reír en voz alta, o incluso un amén por aquí y por allá.
En mi Biblia hago anotaciones de manera similar, excepto que me detengo a realmente estudiar las palabras y hacer observaciones explícitas sobre el texto. Pero esto del estudio bíblico es un tema que podría ser abordado en otra ocasión.
Los mejores libros cristianos son los que te hacen que los dejes a un lado y te pongas a orar. Así que entre las páginas de algunos de mis libros encontrarás breves oraciones al Señor. Si es algo en lo que realmente quiero detenerme y meditar, escribiré una oración citando al autor en mi diario.
Por más que disfrutes de un escritor, esto no significa que siempre estarás completamente de acuerdo con él o ella todo el tiempo. Si nunca has cuestionado nada de lo que cierto autor dice, probablemente estás fallando en cumplir con el mandamiento de 1 Tesalonicenses 5:21. Para escribir alguna objeción personal y después tratar con ella utilizo notas adhesivas de tamaño regular.
Ten tu propia conversación con el autor
Como verán, la manera en que hago anotaciones no tiene nada de revolucionario o complicado. La meta de marcar tus libros es ayudarte a que te involucres más profundamente con el material que estás leyendo.Tus fragmentos resaltados te proveerán de un resumen para cuando quieras volver al libro más adelante. Te ayudará a “masticar” mejor las ideas y retener un poco más lo que estás aprendiendo.
Ningún lector es igual a otro; ningún “marcador” es igual a otro. Toma tu pluma y empieza a conversar con el autor. Poco a poco irás desarrollando tu propio estilo.
