Diseño continuista

La gama alta de Android repite diseños

Por fin tenemos con nosotros el trío del poder de la gama alta de terminales con sistema operativo móvil Android: el Samsung Galaxy S5, el Sony Xperia Z2 y el recién presentado HTC One (M8).

Tres grandes teléfonos, de elevado precio (a partir de 700€, aproximadamente) y con las últimas innovaciones en procesadores, cámaras, pantallas, batería, gráficos… todos vestidos con la última versión KitKat en según qué variaciones de cada fabricante.

Los 3, iguales en diseño a sus modelos anteriores. Para alguien profano, indistinguibles de sus modelos anteriores. Incluso para alguien no tan profano. Y una vez más, las marcas siguen el camino andado por Apple.

Cuando Apple presentó el iPhone 3GS, las críticas sobre la continuidad del diseño se hicieron oír. Cuando presentó el 4S, las críticas se convirtieron en mofas y el famoso “es que Apple ya no innova” se oía por doquier en opiniones de “los más expertos”. Con el S5 ya casi nadie se atrevió a decir nada, porque Samsung ya había repetido diseño desde su S3 al S4.

Y ahora, resulta que los grandes terminales repiten el mismo diseño anterior y ya nadie critica: dicen que es “un diseño continuista”. Qué grande es el lenguaje.

La realidad es que el resto de marcas se han dado cuenta que presentar un nuevo diseño cada año es una absoluta desventaja desde todos los puntos de vista: mayor coste económico, mayor riesgo de cometer fallos en los modelos, menor recorrido comercial de los mismos y una imagen de cara al cliente demasiado cambiante.

No tiene ningún sentido que queramos innovación continua de cara a la galería. Todos estos terminales, así como el iPhone 5S, tienen su buena dosis de innovación por dentro, aunque el aspecto del paquete que lo envuelve sea el mismo. Aunque la verdadera innovación ahora llega más por los servicios y el software que por el hardware.

Estamos entrando en una época de “valle tecnológico”, donde las futuras evoluciones aun están muy distantes y las plausibles ya han sido incorporadas. Por lo tanto, ahora es época de recoger la siembra, donde las empresas amorticen sus inversiones y exploten sus ecosistemas (iOS, Android, Windows Phone…) ya maduros y preparados para dar el servicio para el que están pensados, más que de sobra.

Las empresas de tecnología son las que mayor riesgo tienen de cara a la inversión, se lo dirá cualquier experto bursátil y financiero. Porque tan pronto están arriba como en pocos meses desaparecen. Y mantenerse en la cresta de la ola es muy complicado: dejemos ya de pedir irrealidades y disfrutemos de las innovaciones, que las hay y muchas, y dejemos de pensar que solo cuenta el aspecto exterior. Ya saben: “la belleza está en el interior”.