Sobre nuestro camino hacia la interculturalidad

Por Jacinto Aceri, María Luisa Duarte, Gabina Ocampo, Miguel Roque Gil y María Grace Salamanca González

École Urbaine de Lyon
Anthropocene 2050
6 min readApr 13, 2021

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En este texto, los organizadores del seminario Senti-pensar para escuchar: Caminos hacia la Interculturalidad que tuvo lugar durante la semana En la Escuela del Antropoceno 2021, organizada por la Escuela Urbana de Lyon (Francia), hablan de los principios que les guiaron en el diseño de este evento.

©Lou Herrmann pour l’Ecole urbaine de Lyon (2021)

Soñamos con lo que aún no existe. Soñamos con aquello que nos ha sido históricamente negado, que ha sido invisibilizado por discursos que buscan convencernos de que la interculturalidad ya está aquí. Que el mundo que tenemos es el que deseamos. Buscan convencernos para que dejemos de luchar por nuestro derecho a la palabra, a nuestra palabra. Así, nos aseguran que ya somos iguales, que ya nos han incluido en sus leyes, en sus reglas y en sus mundos.

Nuestra interculturalidad es otra: no nos basta la consideración vertical, ni nos bastan retóricas incluyentes y folkloristas. No queremos que nos inviten a sus diálogos pensados unilateralmente, en sus términos, con sus preocupaciones, con sus preguntas, y siempre, en sus lenguas.

Hemos soñado la interculturalidad, y la estamos transitando. Esta historia es la de nuestro intento por construir interculturalidad, tuvo lugar del 25 al 28 de enero de 2021, en el marco del evento “À l’École de l’Anthropocène” realizado por la Escuela Urbana de Lyon. En este contexto, compartimos un seminario intitulado: Senti-pensar para escuchar: Caminos hacia la Interculturalidad. Este texto busca contextualizar el seminario, de manera que nuestra experiencia pueda replicarse. Buscamos abonar a la construcción de un mundo diverso, un mundo para la diversidad.

El centro que nos convocó fue Pïkïtü Jacinto Aceri, quien es coordinador de comunicación en el Consejo Continental de la Nación Guaraní, fue él quien nos conocía y nos extendió la invitación. Jacinto conocía a Miguel Roque Gil (Omta Samay Ñerke Pachay Autoridad Tradicional Consejo de Anciano Pueblo Nación Preexistente Huarpe Pynkanta de San Luis San Juan Mendoza Argentina) y a Gabina Ocampo (miembro de la Organización de Educadores Originarios, originaria del pueblo Qom) de las reuniones de pueblos originarios en Abya-Yala. Él mismo había escuchado de la hermana guaraní, del pueblo Aché, María Luisa Duarte de Oneill y eligió convocarla. Finalmente, había conocido a María Grace Salamanca González en el verano de 2019, en la Primera Escuela Latinoamericana del Antropoceno Urbano, llevada a cabo en Buenos Aires, Argentina.

La primera recomendación está implícita en esta aparente anécdota: las relaciones humanas no son susceptibles de ser obligadas. Ellas pueden incitarse, pueden desarrollarse, pero no se puede construir interculturalidad entre desconocidos que comparten espacios, tiempos o proyectos por pura obligación. La interculturalidad que nosotros soñamos, no tiene que ver sólo con el hecho de que personas diversas se encuentren y tengan que habérselas los unos con los otros, esa es una “inter-culturalidad” de choque, de diferencias jerarquizadas, de relaciones obligadas y prefabricadas. La interculturalidad que nosotros soñamos viene del deseo consentido, voluntario, de compartir y construir con los otros y las otras. Para que esto se de, dado que la interculturalidad es del orden de la relación, las relaciones no pueden ser forzadas.

En otras palabras, la relación fue voluntaria de todas las partes y fue previa al encuentro. Además de esta voluntad-motor inicial, tuvimos varias reuniones para irnos conociendo e irnos compartiendo. Fueron aproximadamente 6 meses antes del evento que comenzamos a reunirnos: primero para conocernos, y después para irle dando forma al evento. Sobre la primera etapa, quisiéramos subrayar cómo conocernos no sólo implicó palabras, sino cantos, cuentos, instrumentos musicales. Nos conocimos como personas, y no como quienes tienen un objetivo ulterior. Conocernos es un fin en sí mismo. Conocernos es valioso en sí mismo. Sólo después, pensamos en el seminario. Dicho de otra manera, primero nos hicimos amigos.

©Lou Herrmann pour l’Ecole urbaine de Lyon (2021)

Desde estas relaciones afectivas, comenzamos a co-crear el seminario: los contenidos, los tiempos, el orden de las intervenciones. También conversamos sobre qué queríamos compartir en cada uno de los momentos y por qué eso era importante para cada cual. Tanto los temas, como las perspectivas, los formatos y los contenidos fueron elegidos por cada uno y cada una.

Disfrutamos mucho de todas las sesiones, disfrutamos de la compañía y de los diálogos y unos días después de terminarlo nos reunimos para compartir nuestros senti-pensamientos, y coincidimos en que lo que más nos gustó fue:

- La posibilidad de la autorepresentación: que nadie cuente nuestra historia, poder usar nuestras voces, nuestras lenguas, los símbolos para codificar nuestros mensajes.

- La libertad de expresión que experimentamos.

- Que pudimos salir de la agenda impuesta verticalmente por los proyectos que buscan “incluir” las visiones originarias para su propio beneficio, sin considerar los intereses o beneficios de las propias comunidades.

- Que pudimos salir de las relaciones pre-diseñadas unilateralmente por el otro, que nos asignan roles sin pedirnos nuestra opinión.

- Que construimos relaciones sociales horizontales, donde nadie es más valioso, ni más importante que nadie.

Construir interculturalidad implica, para nosotros, concentrarse en el tipo de relaciones que replicamos y favorecemos. Habrá que comenzar buscando que las relaciones sean voluntarias, sugerimos la horizontalidad de los vínculos, la posibilidad efectiva de autorepresentación de todas las partes. No está de más enfatizar en que las relaciones requieren tiempo, escucha. La preparación del evento nos requirió tiempo, de dialogo, de diseño, de comprensión.

Finalmente, cabe mencionar nuestro profundo agradecimiento al acompañamiento y la confianza que la Escuela Urbana de Lyon nos dio. La interculturalidad también tiene necesidad de instituciones que permitan la diversidad, que, por definición, no entra necesariamente en lo que una cultura considera “normal”.

Nosotros identificamos dos retos para construir interculturalidad: el primero es la tendencia occidental a asimilar la diferencia, incluso antes de que ésta se pronuncie. Consideramos entonces que la escucha, el construir escucha, es un momento indispensable en nuestra época histórica. Antes de folclorizar los discursos de las diferencias y de interpretarlos según nuestros propios símbolos e intereses, proponemos la construcción de una escucha no-colonial, para desarrollar esta intuición dedicamos una sesión (la primera).

©Lou Herrmann pour l’Ecole urbaine de Lyon (2021)

El segundo reto es la dificultad real de una comprensión de cultura a cultura. Sabíamos que el propósito de la semana a la que nos habían invitado era reflexionar sobre “el antropoceno”, sobre la habitación humana del planeta. Sin embargo, así planteado, las culturas minoritarias corren el riesgo de ser asimiladas por las preguntas e intereses de las culturas dominantes. Tuvimos que dar varios pasos atrás, para preguntarnos no sólo lo que nosotros queríamos aportar a la conversación sobre el antropoceno, sino cómo organizar nuestros discursos y los temas para que nuestras palabras pudiesen ser interpretadas –lo más posible– desde los marcos interpretativos que son los nuestros. Para lograrlo dividimos las tres sesiones así:

- La segunda sesión la dedicamos a la espiritualidad, justo para mostrar cómo las divisiones de la modernidad no son válidas para todos. En ese sentido, no es posible pensar el antropoceno, para nosotros, desde las dicotomías individuo-sociedad, naturaleza- sociedad, espiritualidad- materialidad.

- La tercera sesión la dedicamos a la cuestión de la lengua, ¿cómo explicarle al otro que pensamos con otras palabras? Además, que nuestras palabras no son equivalentes a las suyas, y que cuando traducimos, perdernos más que sólo matices, ¿cómo explicarle que quizá en la traducción se pierde justo el centro, o la especificidad, del mensaje que queremos transmitir?

- Finalmente, en la cuarta sesión nos aproximamos a cuestionar la habitación humana del planeta, desde las cosmovisiones propias a cada uno y a cada una.

Les invitamos a compartir estas cuatro sesiones de seminario con nosotros, a preguntarse con nosotros, a emocionarse con nosotros. La interculturalidad es un proyecto que se inscribe en el mundo que deseamos, buscamos in-surgir mundo desde nuestras diferencias. No necesitamos disimular ni mucho menos desaparecer nuestras diferencias para amar-nos desde nuestras diversidades.

Nuestro mensaje más profundo es de esperanza, de amor y cuidado, hacia todas las humanidades, hacia la madre tierra, hacia todas las especies. Les invitamos a sentipensar y actuar en favor de la vida, de las vidas plurales, de las generaciones futuras, sin importar el color de piel que tendrán, sin importar el lugar geográfico en el que nacerán, sin importar el dinero que tendrán, sin importar la cultura que tendrán. Nosotros amamos la vida, a todos los humanos, a la naturaleza, a las otras especies. Aquí están nuestros corazones y ésta es nuestra invitación.

La lista de vídeos del seminario :

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Anthropocene 2050

L’École Urbaine de Lyon (EUL) est un programme scientifique « Institut Convergences » créé en juin 2017 dans le cadre du Plan d’Investissement d’Avenir.