Evaluar para impactar
Modelos de evaluación guían la estrategia de Aporta
La evaluación de proyectos responde una pregunta específica: ¿Qué y cómo nuestros proyectos pueden estar afectando nuestras metas de impacto sociales y de negocio? En este sentido, desde Aporta decidimos guiar nuestra metodología de evaluación de impacto a partir del marco teórico propuesto por J-PAL, un centro de investigación sin fines de lucro fundado por MIT, que busca reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de los habitantes de América Latina y el Caribe, generando evidencia rigurosa sobre la efectividad de los programas sociales y políticas públicas.
Para J-PAL, evaluación es el proceso que consiste en emitir juicios valorativos sobre las actividades y resultados de una política, estrategia o proyecto. De esta manera, Aporta decide realizar diferentes tipos de evaluación durante el diseño, implementación y cierre de los proyectos, estos consisten específicamente en responder preguntas específicas en cada una de las etapas del proyecto:
Evaluación de necesidad: ¿El programa está basado en una buena conceptualización del problema que busca solucionar?
Evaluación teórica: ¿La teoría detrás del programa es factible?
Evaluación de proceso: ¿El programa se implementa según lo planeado?
Evaluación de impacto: ¿El programa alcanzó los objetivos para los cuales fue diseñado?
Evaluación de eficiencia: ¿Se logra el impacto de una manera eficiente?
Nuestra motivación para evaluar las acciones promovidas y gestionadas desde Aporta giran en torno a cuatro causas específicas:
1. La optimización de proyectos.
2. La identificación de oportunidades de innovación.
3. La priorización de las acciones con mayor impacto.
4. El uso eficiente de recursos.
De esta manera, Aporta se ha comprometido a promover una cultura de monitoreo y evaluación de impacto en las Unidades de Negocio de Breca, promoviendo los estándares de evaluación de impacto más rigurosos del mundo.
