Albert Rivera no es de fiar

Javier Villate
Apuntes
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2 min readNov 13, 2017

No importa de qué presuman los políticos; por sus hechos les conoceréis. Albert Rivera presumió (¿sigue presumiendo?) de hacer una “nueva política”. Nos lo ha repetido hasta la saciedad. Pero los hechos dicen otra cosa. Los hechos dicen que la política de Rivera es tan vieja y decrépita como las de la mayoría de los partidos políticos españoles.

Y es vieja porque dice una cosa y hace otra. Y no una vez, sino de forma sistemática.

Rivera dijo reiteradamente que no iba a pactar con otros partidos políticos. Era antes de las elecciones de 2015.

Después buscó pactos con unos y con otros. Buscó y pactó con el PSOE y buscó pactar con el PP. No hay forma más descarada de contradecirse en un asunto tan trascendental.

Y, por si acaso no estaba lo suficientemente claro, Rivera dijo enfáticamente que Sánchez y Rajoy son “más de lo mismo, quieren que todo siga igual, quieren aferrarse al poder de cualquier manera y, desde luego, nunca lo van a hacer con nuestro apoyo”.

También hubo un tiempo en el que la “nueva” política de Ciudadanos defendía que “en democracia gobierna la mayoría. Jugar con esto de quien ha ganado, esto no es quien queda primero con más votos, esto es quien consigue una mayoría parlamentaria”.

¿No se han dado cuenta de cómo le ha crecido la nariz a Albert Rivera?

“Nosotros vamos a proponer que el candidato sea la lista más votada”. Eso es lo que dice ahora Albert Rivera, tapándose la nariz. ¿Tal vez espera que Ciudadanos sea la lista más votada? El partido que ha insistido una y otra vez que no hay que creerse las encuestas… ¿no se estará creyendo las que le dan un fuerte ascenso para el 21-D? ¿Será que también él quiere “aferrarse al poder”?

Pero Rivera, no contento con hacer la propuesta, quiere dotarla de fuerza intelectual, como si sospechara que alguien podría recordarle su postura anterior. “Me parece un criterio muy objetivo, que respeta las urnas y que todo el mundo entiende […] que eso es lógico”.

Tal vez sea lógico, pero el que está reñido hasta las cejas con el principio lógico de no contradicción es él. Albert Rivera no es de fiar.

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