Catalunya decide — nº 1

Los movimientos de los partidos políticos catalanes de cara a las elecciones del 21-D están siendo rápidos y claros, aunque no exentos de riesgos.

Javier Villate
Apuntes
3 min readNov 7, 2017

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Es interesante el hecho de que se esté produciendo una baja de suscriptores y lectores de los periódicos catalanes LA VANGUARDIA y EL PERIÓDICO, los dos más leídos en Catalunya. Al parecer, están siendo muchos los lectores descontentos con la orientación política de los dos grandes, crítica con el independentismo. Y consecuentemente, están aumentando las ventas de dos periódicos abiertamente independentistas como son ARA y EL PUNT AVUI. Este proceso ha tenido también su traducción en un aumento de la audiencia de TV3. Esta tendencia se está registrando tanto en las ediciones en papel como en las digitales de los cuatro medios mencionados.

En cuanto a la situación legal de Puigdemont y sus cuatro ministros/as podría no quedar resuelta antes de dos o tres meses si los fallos judiciales son recurridos por los detenidos.

El diario ABC, entre otros, ha informado (lo digo con las debidas cautelas) sobre lo que, según unos supuestos documentos incautados por la Guardia Civil en el despacho del secretario de Hacienda catalán, Lluís Salvadó, el pasado 20 de septiembre, cuando se produjo su detención y la de otros trece cargos de la Generalitat encargados de organizar el referéndum del 1 de octubre, se disponía a hacer la Generalitat tras la proclamación de la República Catalana.

Los movimientos de los partidos políticos catalanes de cara a las elecciones del 21-D están siendo rápidos y claros, aunque no exentos de riesgos. Los primeros que han dejado clara su postura han sido los comunes de Ada Colau: no irán coaligados con fuerzas independentistas y aspiran a conformar el bloque de quienes son contrarios a los ataques a las libertades y la democracia protagonizados por el gobierno central del PP, no son independentistas, se oponen a las políticas de austeridad de la derecha nacionalista catalana y son partidarios de un referéndum de autodeterminación. La ambigüedad que muchos comentaristas quieren ver en esta formación solo es producto de su insuficiente preparación política. Falta por ver cuál será la reacción de Podemos. Y también de la CUP, que todavía no ha tomado una decisión, a la espera de realizar sus procesos asamblearios.

En cuanto a los dos principales partidos, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y PDeCAT, parece que están jugando una partida de ajedrez. Con la esperanza de que las encuestas que le dan la victoria se confirmen, parece que ERC prefería concurrir en solitario, pero las últimas maniobras de Puigdemont (su refugio en Bruselas y el manejo que está haciendo del mismo) han supuesto un vuelco de la opinión pública independentista en su apoyo, lo cual puede traducirse en una mayor presión sobre ERC para buscar una reedición de Junts pel Sí. La jugada del partido de Junqueras, así las cosas, ha consistido en pedir una coalición “transversal” que agrupe a todas las fuerzas independentistas (incluida la CUP) y soberanistas (con la mirada puesta en Dante Fachin).

Un último comentario. Algunos analistas creen que las decisiones represivas tomadas por el fiscal Maza y la jueza Lamela han puesto en un brete los planes del PP. Con la imposición del 155 y la convocatoria de elecciones, el PP podría esperar que el independentismo quedara maltrecho y dividido (de hecho, ha habido voces que han abogado por un boicot a las elecciones de Rajoy). Pero el encarcelamiento de los ministros catalanes podría dificultar esos planes. Yo no lo tengo tan claro, pero ahí queda.

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