La izquierda autoritaria y Siria

Conclusiones de un debate con un marxista-leninista que apoya al régimen criminal de Bashar al Asad en Siria

Javier Villate
Apuntes
12 min readApr 23, 2018

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JAVIER VILLATE

Bashar al Asad y su padre, Hafez al Asad: un mismo régimen dinástico con su inherente culto a la personalidad del Líder Supremo

En los últimos días he mantenido una especie de discusión en Twitter con un tal Wise Wolf (@pablovegan98) sobre Siria y Bashar al Asad. Wise Wolf se ha mostrado como un acérrimo defensor de Asad y un negacionista de sus ataques con armas químicas. Para algunos, esto es teóricamente sorprendente en una persona que, a tenor de lo expresado en otros mensajes, es “marxista-leninista” y que, por tanto, se le supone que está del lado de los oprimidos y no de los opresores. Pero lo cierto es que los marxistas-leninistas han estado muchas veces no solo del lado de los opresores, sino que ellos mismos han sido opresores (Unión Soviética, regímenes “comunistas” del bloque de Europa Oriental, China, Camboya, Corea del Norte).

El debate no ha sido en ningún momento en torno a la naturaleza y características de la guerra en Siria, ni de los yihadistas, ni de la intervención de EEUU, Turquía, Rusia, Irán, otros países occidentales y algunos países del Golfo Pérsico. Mi postura es claramente NO A LA GUERRA y contraria a las intervenciones militares, “humanitarias” o no, en Siria. El debate ha sido únicamente en torno a Bashar al Asad, su régimen y sus ataques con armas químicas.

Wise Wolf ha defendido al régimen criminal de Asad y ha negado la evidencia de sus ataques con armas químicas. Para llevar adelante esa defensa, ha utilizado un recurso muy habitual en los “marxistas-leninistas”: el insulto, la crispación sectaria y el dogmatismo. No solo yo he sido obsequiado con este trato, sino todo aquel que se le ha cruzado en el camino discrepando de sus ideas. Yo, por ejemplo, estoy “haciendo el ridículo”:

A Leila Nachawati, conocida escritora y experta en Oriente Medio, nuestro osado lobo le espeta que

De la publicación Global Voices se ha permitido decir que es “un panfleto de propaganda rebelde” que “se dedica a predicar la bondad de grupos salafistas como quien predica la palabra de Dios”. Huelga decir que esa acusación es radicalmente falsa, como cualquier puede comprobar visitando su sitio y que califica a Wise Wolf como un calumniador sin ninguna credibilidad. Así que parece que el “lobo sabio” tiene problemas para debatir de forma respetuosa y civilizada con quienes no opinan como él.

Bien, no sigamos por ese camino y vayamos a lo más sustancioso. Wise Wolf (WW) ha negado que fuerzas del régimen hayan llevado a cabo ataques con armas químicas y se apoya en el hecho, cierto, de que la OPAQ (Organización para la Prohibición de las Armas Químicas) no ha atribuido a Asad estos crímenes de guerra. Pero lo que no dice es que la OPAQ no tiene ese cometido: esta organización se ha limitado a constatar que se han producido ataques con armas químicas, sin entrar a atribuir a unos u otros los crímenes en cuestión. Pero quien sí ha determinado que han sido fuerzas del régimen las que han llevado a cabo dichos ataques ha sido la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Árabe Siria, concretamente en su informe A/HRC/36/55 presentado a la Asamblea General de la ONU.

El sabio lobo ha tenido la imprudencia y la osadía de decir que no he leído el informe:

Para variar, WW no dice toda la verdad.

En primer lugar, efectivamente el informe se basó en testimonios, pero eso es, precisamente, lo que debe hacer. No alcanzo a ver cómo se puede investigar unos hechos si no se buscan testimonios. Tal vez nuestro sabio lobo prefiera alguna verdad revelada o la propaganda rusa y la del régimen sirio. La OPAQ ya había determinado que en Jan Sheijún había tenido lugar un ataque con armas químicas, y la comisión independiente de la ONU procedió a determinar quién fue el culpable del mismo, concluyendo que fueron fuerzas del régimen.

En segundo lugar, no es cierto que el informe de la comisión se basara únicamente en testimonios. Veamos lo que se supone que WW ha leído y yo no. En el punto 73 del informe se dice:

Para constatar los hechos relativos a estas denuncias, la Comisión envió el 7 de abril una nota verbal al Representante Permanente de la República Árabe Siria ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra y organismos especializados con sede en Suiza en que pedía información del Gobierno. A la fecha de redactar el presente informe no se había recibido respuesta. La Comisión efectuó 43 entrevistas con testigos presenciales, víctimas, personal de primeros auxilios y personal médico. Asimismo, reunió imágenes de satélite (17), fotografías de restos de las bombas, informes de alerta temprana y videos de la zona en que habrían tenido lugar los ataques aéreos.

Así que WW, al decir únicamente que el informe está basado en testimonios, tergiversa lo que dice el informe y lo que hizo la comisión.

Y qué decir de su segunda afirmación, a saber, que la comisión ni siquiera estuvo en Siria. Con ello, es evidente que WW pretende descalificar el informe. Pero, otra vez, nuestro amigo no dice toda la verdad. En realidad, si la comisión no estuvo en Siria fue porque el régimen sirio se lo impidió (habría que preguntarse por qué razón el régimen sirio le impidió a la comisión entrar en el país, cuál era su temor). Es evidente que, al no decir toda la verdad, WW tergiversa en extremo los hechos. He aquí lo que dice el informe en el punto 6 de sus conclusiones:

La denegación de entrada a la República Árabe Siria sigue restringiendo las investigaciones de la Comisión.

La comisión deja claro que su investigación se ha ajustado a las “mejores prácticas” establecidas internacionalmente para este tipo de investigaciones:

2. La metodología empleada por la Comisión se ha basado en las mejores prácticas de las comisiones de investigación y las misiones de constatación de hechos.

3. La información presentada se basa en 339 entrevistas realizadas en la región y desde Ginebra.

4. La Comisión reunió, examinó y analizó imágenes de satélite, fotografías, vídeos e historiales médicos. Se tuvieron en cuenta comunicaciones de organizaciones no gubernamentales y de gobiernos, al igual que informes de las Naciones Unidas.

En base a todo esto, que está más detallado en el informe, la comisión llega a la siguiente conclusión:

77. En vista de lo que antecede, la Comisión llega a la conclusión de que hay motivos razonables para creer que fuerzas sirias dejaron caer en Khan Shaykhun a las 06.45 horas del 4 de abril una bomba que contenía gas sarín, lo cual configura los crímenes de guerra de emplear armas químicas y efectuar ataques indiscriminados contra una zona habitada por civiles. El empleo de gas sarín por las fuerzas sirias infringe también la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción, así como la resolución 2118 (2013) del Consejo de Seguridad.

[…]

84. Las fuerzas del gobierno utilizaron armas químicas ilícitas en cuatro ocasiones por lo menos. En el incidente más grave, la Fuerza Aérea Siria empleó gas sarín en Khan Shaykhun, dando muerte a docenas de civiles, en su mayoría mujeres y niños. Como resultado de una campaña aérea de fuerzas partidarias del gobierno en la zona aledaña a Khan Shaykhun, quedaron destruidas muchas instalaciones médicas, lo que agravó los sufrimientos de las víctimas del atentado con gas sarín.En Idlib, Hamah y el este de Ghouta, las fuerzas sirias también emplearon cloro como arma.

[…]

Fuerzas del Gobierno siguieron utilizando armas químicas contra civiles en zonas en poder de la oposición. En el incidente más grave, la Fuerza Aérea Siria utilizó gas sarín en Khan Shaykhun, Idlib, dando muerte a docenas de personas, en su mayor parte mujeres y niños. En Idlib, Hamah y el este de Ghouta (Damasco), las fuerzas sirias emplearon cloro como arma. Fuerzas sirias o rusas continuaron atacando hospitales y a personal médico.

Frente a esta investigación seria y bien documentada, a pesar de las limitaciones impuestas por el régimen sirio, WW considera que se trata de “propaganda rebelde”, con lo que queda de manifiesto cómo los dogmáticos sectarios descartan las humildes verdades de hecho con descalificaciones, estas sí, absolutamente ridículas.

Hay un aspecto que hay que tener muy en cuenta cuando se investigan y se analizan los ataques con armas químicas. En este mismo sitio hemos publicado un interesante artículo titulado “Hay miles de personas que podrían iniciar una guerra nuclear”. En él se explica cómo las potencias nucleares no tienen solo UN botón para lanzar un arma nuclear, sino MUCHOS. Además, por ejemplo, de Donald Trump, otros muchos jefes militares estadounidenses tienen sus botones para lanzar un ataque nuclear. Lo mismo vale para Rusia, Francia, Israel y demás países con armas nucleares. Esto, que es cierto para las armas nucleares, es mucho más cierto para las armas químicas en un país en guerra. En una Siria sumida en el caos, con múltiples grupos guerreando, con deserciones en uno y otro bando, con fuerzas extranjeras interviniendo, con territorios controlados por los diferentes grupos beligerantes… pueden ser muchos los jefes militares de uno y otro bando que tengan acceso a armas químicas. En el caso de los ataques químicos llevados a cabo por las fuerzas del régimen, estos no tienen por qué haber sido ordenados por el jefe máximo, Bashar al Asad, sino que pueden haber sido decididos por jefes militares de algunas unidades sobre el terreno. Algo perfectamente posible si tienen en su poder armas químicas. Por supuesto, lo mismo cabe pensar de las llamadas fuerzas rebeldes. Por consiguiente, el razonamiento, muy lógico, de que el reciente ataque de Duma, por tomar un ejemplo, no le interesa en absoluto al régimen — lo cual es evidente — no es definitivo, pues podría haber sido decidido por alguien que no tiene esa capacidad de análisis estratégico y que solo piensa en acabar con la resistencia local a la que se está enfrentando. Lo mismo podríamos decir de todos los ataques químicos acaecidos hasta el momento.

En el transcurso del debate, cayó en mis manos un artículo que aporté como una muestra más del carácter represivo del régimen sirio: Yassin al Haj Saleh, comunista sirio: “La izquierda en Occidente vive todavía en la Guerra Fría”, publicado por eldiario.es. Yasin al Hach Saleh estuvo preso 16 años en las cárceles sirias por ser militante del Partido Comunista. Participó en las manifestaciones de 2011 contra el régimen y dice que “los izquierdistas occidentales nos han abandonado y siguen respetando la máxima de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo”.

Puesto que WW es comunista, supuse que esto le haría dudar. Pero no. Me respondió que Yasin fue detenido por el régimen de Hafez al Asad, el padre de Bashar al Asad, no por este. El régimen es el mismo, pero WW ya tiene coartada.

Pero Yasin condena igualmente al régimen de Bashar al Asad. “La izquierda anti-imperialista hoy es una pequeña secta petrificada, que no solo es incapaz de hacerse hegemónica, sino que es una secta retrógrada, arrogante e ignorante. Gramsci merece mejores herederos”. Juicio certero donde los haya.

A pesar de mi acuerdo con esa valoración, no coincido con muchas de las afirmaciones de Yasin. Pero esa es otra historia.

¿Y qué hace WW? Se sale por la tangente y, una vez más, no dice toda la verdad. Es un especialista en esto.

Pues no. Lo cierto es que el partido comunista al que perteneció Yasin ya NO EXISTE. Se dividió en un montón de grupos, uno de los cuales es, al parecer, el que WW quiere hacer pasar por el partido comunista al que perteneció Yasin. Pero eso no es verdad. Como digo, aquel partido comunista se dividió en varios. El nombre del grupo al que se refiere WW es Partido Comunista (Unificado). Y aunque este partido es legal (lo que no es de extrañar si piensa como nuestro lobo sabio), hay otros que son ilegales. Todo esto se puede comprobar en la Wikipedia.

Artículo-entrevista de eldiario.es, 18 de abril de 2018
Artículo-entrevista de eldiario.es, 18 de abril de 2018

Para dar un poco más de apoyo a su postura, WW me argumenta que el gobierno de Asad es “legítimo” porque es electo. Lo diré abierta y claramente: me importa un pimiento si es legítimo y ha ganado unas elecciones (y habría mucho que discutir sobre esas elecciones) si, al mismo tiempo, viola los derechos humanos y comete atrocidades y crímenes de guerra.

Y esto me permite pasar a mi última cuestión. Hay, como señala Yasin al Hach Saleh, una izquierda autoritaria que es una auténtica desgracia para la izquierda y las causas de los oprimidos. Y WW forma parte de ella, como buen marxista-leninista. Esta izquierda autoritaria se caracteriza, entre otras cosas, por analizar las realidades sociales con un esquema absolutamente simplista, heredado de la desafortunada teoría de la lucha de clases de Marx, simplificada en extremo por sus acólitos. Y a esto se le une que los enemigos de mis enemigos son mis amigos, y además son gente excelente, como el criminal Bashar al Asad.

Estos enemigos de mis enemigos son, por ello, tildados de “antimperialistas”, con el objeto de poder explicar la operación de embellecimiento y tergiversación de sus regímenes. Léase Gadafi, Asad, Irán. Pasan por alto que EEUU y los imperialistas pueden entrar en conflicto con regímenes reaccionarios, como es el caso del iraní, el chino o el de Corea del Norte, por citar los más evidentes.

Esta izquierda autoritaria y dogmática no entiende que se puede estar en contra de las guerras, de las intervenciones militares de EEUU y sus aliados occidentales y, al mismo tiempo, no embellecer a los Gadafis, Asads y líderes iraníes islamistas, denunciando las atrocidades que cometen, porque el primer compromiso de la izquierda (término que utilizo por comodidad) es con la verdad, con las humildes verdades de hecho. Reconocer los ataques químicos probados cometidos por Asad no significa apoyar a los yihadistas ni a EEUU, ni a Turquía, ni a Francia, ni a Gran Bretaña, ni a Arabia Saudí ni al sursum corda. Significa lo que significa, sin añadidos ni supuestos ni tergiversaciones. Esta izquierda autoritaria tiene sus propias fuentes de información y lo que ellas dicen es verdad incuestionable. Cuando le pedí a WW que me dijera cuáles eran sus fuentes de información, me encontré con que eran todas partidarias del régimen de Asad. Amén.

Las protestas sirias de 2011 contra el régimen de Asad tenían una naturaleza democrática, como otras que se produjeron en la onda de la Primavera Árabe. En ellas participaron organizaciones y gentes democráticas y de izquierda. Fueron reprimidas brutalmente por las fuerzas del régimen. Y a partir de ese momento, yihadistas financiados y armados por Arabia Saudí, otros gobiernos del Golfo, Israel, EEUU y otras potencias occidentales entraron en acción. Eran grupos armados y la incipiente revolución democrática fue secuestrada y atrapada entre dos fuegos. Pero al menos parte de aquellas organizaciones y gentes siguen allí, y no están totalmente inactivas. Resisten.

Termino con una reflexión. Si la izquierda autoritaria es una aliada infame de regímenes reaccionarios es porque no es democrática, porque no pone la democracia en el centro de su actividad política. Esta izquierda autoritaria es heredera, de alguna forma, del estalinismo, el maoísmo y los jemeres rojos, tres regímenes comunistas genocidas, solo equiparables al nazismo. No podemos confiar en ella. La opresión, la tiranía y la violencia también están en la izquierda.

P. S.: Una vez terminado este artículo, le hice llegar a WW dos artículos que informan sobre los bombardeos efectuados por las fuerzas del régimen sirio sobre el campamento de refugiados palestinos de Yarmuk, causando la muerte de gran cantidad de civiles. La respuesta de WW no me sorprendió y es una muestra de su doble y defectuosa moral: hay “daños colaterales” malos y buenos, y los que inflige Asad son buenos, claro está. Lo dicho, la opresión y la violencia viven en la izquierda autoritaria.

Los dos artículos en cuestión son estos:

Human Appeal: Bodies and body parts in Yarmouk camp are alive under the rubble, Action Group for Palestinians of Syria, 22/04/2018

Refugees in Syria face food and medicine shortages amid regime shelling, The New Arab, 19/04/2018

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