Torra, el último independentista, xenófobo, racista, demoníaco

JAVIER VILLATE

Javier Villate
Apuntes
5 min readMay 23, 2018

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Torra. Es lo último. Es el último demonio con cuernos y rabos creado por la caverna mediática. Es muy malo, malísimo. Lo peor de lo peor. Que hay mecanismos psicológicos en estas operaciones de estigmatización y creación de malvados enemigos no me cabe la menor duda, pero no tengo capacidad para hablar de ello. En su lugar, lo que hago es informarme. Evidentemente, he leído los tuits y algunos párrafos de los artículos escritos por este intelectual hace años. Son aborrecibles. Es imposible que semejante político caiga bien.

Dicho esto (frase ampliamente utilizada por tertulianos de toda laya), también he escuchado atentamente su discurso de investidura íntegro (45 minutos). Y me ha parecido un discurso impecable, correctamente liberal, en el que se enfatiza que la república catalana ha de ser construida entre todos y para todos, y en la que el pluralismo ha de ser reconocido, aceptado y defendido. Reto a quien quiera a encontrar una sola frase, una sola, que sea xenófoba o racista. (Por cierto, al día de hoy, 21 de mayo, este vídeo del discurso de Torra ha sido visto solo en 6.665 ocasiones, lo que me lleva a pensar que la gran mayoría de los que acusan al discurso de Torra de xenófobo y racista no lo han escuchado ni leído. No me sorprende.)

Con esto no quiero mantenerse en un estúpido guindo. No creo que Torra sea un político nacionalista de derecha excepcional y maravilloso. Pero tampoco creo que sea un personaje satánico. Seguramente, es como muchos miles de otros políticos españoles y catalanes.

Lo que no es de recibo es la última memez que ha dicho el señor Pedro Sánchez, tildando a Torra del “Le Pen español”. No obtendrá el señor Sánchez un máster de análisis político. En los últimos tiempos, el PSOE es todo un espectáculo: o está callado y desaparecido, o se dedica a decir una tontería tras otra y a apoyar en todo lo fundamental al PP. Así, recientemente, el señor Sánchez ha denunciado que “el secesionismo cuestione e impugne” la “solidaridad entre territorios” y entre ciudadanos, que es la “argamasa” de la España constitucional. Esto es una memez, es demagogia, solo busca votos. ¿El formar un estado propio implica insolidaridad entre territorios y entre ciudadanos? ¿Cuándo ha descubierto esta insólita verdad el señor Sánchez? ¿Es la Unión Europea insolidaria con sus estados miembros, ya que está formada por estados independientes? ¿Acaso no hay fondos de cohesión? ¿No hay ayudas a los territorios más desfavorecidos? ¿Qué estpuidez es esta? ¿Es así como piensa ganar votos? ¿Haciendo populismo demagógico? Este es un mantra, una mentira, que los nacionalistas españoles repiten una y otra vez porque saben que enganchan con la mentalidad española, esa que está caracterizada por el complejo de inferioridad y la envidia.

Beatriz Talegón ha afirmado que el PSOE está a la deriva. Tras reconocer que llegó a creer al Pedro Sánchez de la “izquierda”, del “no es no”, la promesa de sacar a Rajoy de La Moncloa en cuanto fuera elegido secretario general y demás esloganes que han demostrado ser anzuelos hechos con mentiras, Talegón nos deja clara su opinión:

Lo cierto es que el PSOE de Sánchez ha superado todos los temores que algunos teníamos del PSOE de Díaz. El PSOE se ha convertido, bajo la batuta de Sánchez, en un partido de centro derecha, en un apoyo al gobierno del PP en todo lo fundamental e incluso se ha atrevido a ir más allá que este: está dispuesto a reformar el código penal para que la disidencia pacífica se convierta en rebelión, a mantener el 155 y a defender la unidad de la patria y el rey por encima de todo, imponiendo, además, un juramento en las tomas de posesión que violente la conciencia de los políticos más allá de la renuncia a toda acción violenta para defender sus ideas.

Dice Enric Juliana, que de esto sabe mucho, que el PSOE se está viendo arrastrado hacia la derecha por el empuje de Ciudadanos (por la cosa de los votos, vaya):

Todo esto nos dibuja un panorama en el que, como dice Javier Pérez Royo, vamos a tener 155 para rato. El profesor considera que la “normalidad” está rota desde el momento en que “se activan procesos judiciales” y “se pierde el control político de la situación”. La excepcionalidad ha quedado casi institucionalizada. En opinión de Pérez Royo, a pesar de que Turull pronunció un discurso “moderado”, en la forma y en el fondo, para su investidura, la “justicia” lo quitó de en medio: “se le impidió que pudiera ser elegido president. Y se hizo además de manera anticonstitucional”.

Estamos viviendo un golpe de estado tras otro, una especie de golpe de estado permanente o un estado de golpe de estado. Puigdemont… NO. Sánchez… NO. Turull… NO. Torra… Según el gran filósofo local de la escuela pedestre M. Rajoy, “no es un presidente válido”. No ha cometido ningún delito de esos tan españoles como rebelión y sedición, ni de malversación… pero “no es válido”. O sea, no le gusta a M. Rajoy. Y el presidente de Catalunya tiene que ser del agrado de M. Rajoy (y de A. Rivera y de P. Sánchez). A esto hemos llegado. A la defunción de la democracia representativa. Ha habido historias que han empezado así y han terminado como el rosario de la aurora, con persecuciones y libertades suprimidas, con gobiernos dictatoriales.

Os dejo con varios artículos. En uno se detalla las agresiones que está sufriendo en Catalunya los españolistas?????, no, no, los independentistas de ERC.

Os dejo con esta perla de un fascista cuyo nombre prefiero olvidar. Esto sí es racismo, xenofobia, odio, fascismo… que está asomando cada vez más la cabeza, a la vista de las posturas de PP, PSOE y Cs.

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