Fuera de este momento no existo

Frobeg Ochaeta
aquí ahora
2 min readAug 10, 2022

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La idea de un mañana y la memoria de un ayer son ambas ilusiones, inexistentes en el único momento en el que realmente podemos vivir: ahora.
Muchas veces el sufrimiento es a causa de nuestra incapacidad de soltar el pasado o aferrarnos a un futuro posible que aún no ocurre.

El Buda habló sobre una flecha que hiere 1,000 veces. La primera cuando la flecha realmente daña nuestra piel y luego 999 veces cuando recordamos el daño haciéndonos incontables preguntas como:
¿Por qué esa flecha me hizo daño a mí?
¿Acaso merecía ser lastimado?
¿Quién disparo la flecha?
¿Qué puedo hacer para vengarme?
¿Qué pasaría si me vuelven a disparar una flecha?
Incontables cuestionamientos, reproches, rencores, miedos, escenarios hipotéticos volviendo una y otra vez al único momento en el que la flecha realmente nos lastimó: esa única y primera vez.
Así, podemos lastimarnos a nosotros mismos incontables veces después de que algo o alguien nos causa dolor. Está en nuestras manos la decisión de sufrir o soltar. Aferrarnos al dolor, aferrarnos al odio, trayendo de vuelta al ahora esos sentimiento solamente crea una sensación permanente de sufrimiento. La incapacidad de soltar solamente lesiona e imposibilita nuestra capacidad de vivir.

Para vivir realmente solo es posible hacerlo en este momento.
Inhalando: sintiendo cómo el pecho se expande, cómo los pulmones se llenan de aire por el efecto de los músculos que ensanchan la cavidad torácica.
Exhalando: sintiendo cómo el pecho se contrae, cómo el aire sale por nuestras fosas nasales a una temperatura más cálida por el efecto que tiene nuestro calor interno en el aire.
Observando lo que hay a nuestro alrededor y observando lo que hay en nuestro interior; apreciando los pequeños milagros de cada día, como la luz del sol que se refleja en las nubes, el canto de las aves, el sonido de las hojas secas sobre el camino o la sonrisa sincera de un rostro amable.

Soltar el pasado y el posible futuro, nos permite regresar al ahora y nos da la libertad de estar verdaderamente presentes. Soltar sin aferrarnos, entendiendo que nada nos pertenece y que todo es impermanente nos da la oportunidad de vivir aquí y ahora.

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