El Ego es el Bug en el Sistema.

Las fallas de nuestro sistema político y social, tienen nombre y apellidismo. Caso de estudio: @Lubertino.

Santiago Siri
Argentina Potencia

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Si contemplamos con perspectiva gran parte de lo que ocurre con el sistema político, se evidencia rápidamente el gran desfile de egos que insisten en ofrecerse como opciones únicas a lo que otrora debería ser un debate de ideas. En la Argentina, la cosa funciona sin disimulo: las ‘ideologías’ que la gobiernan son apellidismos como el menemismo o el kirchnerismo, hijos pródigos del gran culto personalista que marcó a fuego la política nacional. El gran común denominador en todas las expresiones declaradas como leales al General, es la fuerza del ego como instrumento político.

Un sistema que genera esta clase de inflación del Yo, es incompatible con la democracia: alentamos la concentración de poder en pocos, cuando el rumbo debería ser el de empoderar cada vez más a la sociedad. Aldous Huxley escribía en Ends & Means (1937)

Mientras el hombre adore a Césares y Napoleones, los Césares y Napoleones se empeñaran en hacerlos miserables.

La evidencia de estar en un sistema político que alienta conductas narcisistas se nota en cada titular, foto y epígrafe mediático. Hasta en las propias redes sociales vemos, como si fuera la reina del film Blancanieves, a una aspirante a jefa de gobierno mirarse al espejito, espejito:

El espejito le contestó rápido a @Lubertinx.

Claro que al sufrir el shock de un narcisismo herido, el personaje en cuestión recurre a buscar acomodar el relato, tal como aprendió del espacio que integra:

Mas allá de lo poco aconsejable que es reconocerle públicamente “millones de seguidorxs” a un rival político, estando en Twitter hace 7 años puedo afirmar que 700 favs es demasiado y ninguna de las cuentas listadas como faveadores aparenta ser falsa en mi escrutinio. Es cierto, a ninguna reina le gusta sufrir el duro dictamen de un espejo que le niega ser la más bella del reino. Pero la terca insistencia de este personaje continua:

El lapsus por afirmar en su silogismo que eligen ignorar a la realidad, termina por condenar a la candidatx. ¿Porqué tenemos representantes que ejercen este grado de patetismo? Así como Clinton decía en su campaña del ‘92 It’s the economy, stupid, creo que acá estamos en condiciones de poder afirmar que Es el sistema, gil.

En los sistemas informáticos, un bug (‘bicho’ en inglés) es aquello que provoca una falla en el programa. El término viene porque cuando las computadoras ocupaban habitaciones enteras, una investigadora descubrió que la falla de un computo provenía de un bicho que había mordido los cables. Las conductas que incentiva el sistema político son aquellas que apuntan a reforzar al ego como instrumento central en la creación de poder. Y nada desnuda este patrón como el armado de la lista de candidatos, hecho sobre el que circulan la mayoría de las anécdotas que se cuentan entre pasillos en el runrún de la política.

La boleta del Partido de la Red fue la única que tuvo a todos los candidatos presentes.

Sería hipócrita negar a mi propio ego en la lupa de este análisis: una de las decisiones más complejas que afronté en 2013 fue la que implicó correrme del centro absoluto del propio espacio político que había gestado. “¿Como no voy a ser yo el primer candidato?” me hablaba el ego al oído. Y fue ese proceso el que me hizo comprender que la vieja política no vive en los otros, sino que puede emerger perfectamente adentro de uno poseyéndolo con la tentación del poder y apelando a la propia vandidad. Fue por el acompañamiento de personas extraordinarias que pude sacar la fuerza necesaria que me ayudo a ver el todo por encima de las partes, y apostar a no ser más de lo mismo.

Habiendo sido esta mi primera experiencia electoral, las lecciones aprendidas no son pocas. Lo cierto es que el gran rasgo en común que tienen los partidos que nos superaron en votos, es lucir a un líder: Zamora, Ocaña, Lozano, Altamira, Macri, Cristina, Carrió. Y hay una razón por ello: no es lo mismo votar transparencia que votar honestidad. Los liderazgos importan y ciertos atributos solo se pueden validar con el ejemplo de las personas. Por eso, el ego no debe confundirse necesariamente con el solo hecho de que haya líderes. Pero el gran desafío en la administración del poder, es saber gobernarse a uno mismo. Y eso, requiere de tiempo y experiencia. El riesgo es terminar rodeado de aplaudidores profesionales, acostumbrándose a la propia voz antes que al consejo ajeno, reforzando recursivamente el vacío que provoca el sobrecalentamiento del Yo. Ya lo decía mi madre: “no hay nada peor que un chupamedias”. Frente a eso, la única salida posible es el aislamiento. Y dejar así, a toda una sociedad a la deriva.

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