4 PASOS PARA RECONSTRUIR LOS ARGUMENTOS DE UNA DISCUSIÓN JURÍDICA

Luis A. Malavé Naime
Argumentación y Derecho
7 min readSep 25, 2019

Realizado por Luis A. Malavé Naime. Profesor y fundador de la Academia de Argumentación y Derecho.

¿Algunas vez te has preguntado qué quiso decir la otra parte con sus alegatos o cómo interpretar tal argumento para atacarlo o defenderlo de manera efectiva? La reconstrucción de los argumentos, de manera organizada, es clave para responder exitosamente esas preguntas. Con una buena reconstrucción serás capaz de entender los alegatos de quien sea: del juez, de la contraparte o incluso los tuyos propios.

Aunque en la interpretación y reconstrucción de argumentos hay mucho de habilidad y arte, eso -evidentemente- no quiere decir que no se puedan seguir ciertos pasos para organizar el proceso y para obtener argumentos bien reconstruidos (o, al menos, con una buena garantía de estar bien reconstruirdos). En la Teoría de la Argumentación contemporánea, uno de los métodos (si cabe hablar de método) más conocidos para reconstruir argumentos ha sido desarrollada por la teoría Pragmadialéctica de Frans van Eemeren, Rob Grootendorst, entre otros (ver, entre otros, 1996: 292, 293). Acá parafraseamos lo que dice dicha teoría sobre las operaciones de reconstrucción y daremos nuestros propios ejemplos.

Por cierto, este tema es profundizado en nuestro curso: técnicas de análisis y reconstrucción de argumentos jurídicos. Si te interesa inscribirte o saber más al respecto, dale click a la imagen:

Pasos para la reconstrucción de argumentos

Normalmente, quien identifica y reconstruye un argumento lleva a cabo cuatro pasos (o alguno de ellos) de manera intuitiva. Estos pasos u operaciones son: supresión, permutación, sustitución y adición.

Es importante hacer énfasis en que no todo texto argumentativo necesita de cada una de las operaciones que explicaremos a continuación. También es posible que el orden en el que se lleven a cabo las operaciones varíe con respecto al orden que describiremos a continuación. En algunas ocasiones, al realizar una de las operaciones, nos daremos cuenta de que ahora necesitamos volver a una de las operaciones ya realizadas, así que es posible que a veces haya una especie de retroalimentación en el proceso de reconstrucción.

Veamos cada una de las operaciones.

Supresión

Consiste en la eliminación de todos los elementos que no son directamente relevantes para formar el argumento, tales como repeticiones, información redundante, información superflua o meramente explicativa.

Por ejemplo, analicemos el siguiente argumento:

Señor juez, considero que el ciudadano Juan debe ser condenado a 20 años de prisión, porque, como usted ha podido comprobar de las actas del presente expediente, ha quedado demostrado que el imputado dio muerte al ciudadano Pedro; todo esto de conformidad con el artículo x del Código Penal, que señala que quien dé muerte a una persona será condenado a 20 años de prisión.

En este argumento podemos suprimir lo que no resaltamos a continuación (entre paréntesis, luego del subrayado, identificaremos el elemento argumentativo).

Señor juez, considero que el ciudadano Juan debe ser condenado a 20 años de prisión (conclusión), porque, como usted ha podido comprobar de las actas del presente expediente, ha quedado demostrado que el imputado dio muerte al ciudadano Pedro (premisa); todo esto de conformidad con el artículo x del Código Penal, que señala que quien dé muerte a una persona será condenado a 20 años de prisión (premisa)

Permutación

Consiste en el reordenamiento de los elementos del discurso original de una manera que clarifique las razones dadas por el argumentante.

La permutación tiene más sentido cuando estamos ante muchos argumentos que organizar, especialmente si esos argumentos son complejos.

En el ejemplo que dimos para la supresión, pudiéramos permutar los elementos del argumento para presentarlo de una manera estándar.

Antes:

Conclusión: El ciudadano Juan debe ser condenado a 20 años de prisión

Premisa: El imputado dio muerte al ciudadano Pedro

Premisa: quien dé muerte a una persona será condenado a 20 años de prisión

Después:

Premisa (mayor): quien dé muerte a una persona será condenado a 20 años de prisión

Premisa: El imputado dio muerte al ciudadano Pedro

Conclusión: El ciudadano Juan debe ser condenado a 20 años de prisión

Sustitución

Consiste en cambiar las expresiones ambiguas por expresiones más claras. También implica la estandarización de las expresiones. Por ejemplo, si el argumentante usa dos expresiones para referirse a lo mismo, el analista puede sustituir una por la otra o sustituir ambas por una tercera expresión más clara.

En el ejemplo que hemos analizado previamente hay dos sustituciones que se pueden hacer:

(1) En la conclusión se habla del ciudadano Juan, mientras que en la premisa se habla del imputado. Evidentemente, ambas proposiciones se refieren a la misma persona, así que podemos sustituir una de las dos expresiones para hacerlas coincidir. Elijamos hablar del ciudadano Juan.

(2) Otra posible sustitución es la de la premisa mayor: en vez de expresarla en los términos dados (quien dé muerte a una persona será condenado a 20 años de prisión), podemos sustituirla por un condicional que haga claro el vínculo entre premisa y conclusión, y que, además, exprese la naturaleza presuntiva de la norma: “si x da muerte a una persona, entonces (mientras nada diga lo contrario) concluye que x debe ser condenado a 20 años de prisión” (la expresión “mndc” es la cláusula “mientras nada diga lo contrario”).

Antes de sustituir:

P.mayor: quien dé muerte a una persona será condenado a 20 años de prisión

Premisa menor: El imputado dio muerte al ciudadano Pedro

Conclusión: El ciudadano Juan debe ser condenado a 20 años de prisión

Después de sustituir:

Prem. Condicional: Si x da muerte a una persona, entonces (mndc) concluye que x debe ser condenado a 20 años de prisión

Premisa menor: El ciudadano Juan dio muerte al ciudadano Pedro

Conclusión: El ciudadano Juan debe ser condenado a 20 años de prisión

Adición

Este es el paso más complejo y problemático de todos.

Consiste en hacer expresos los elementos del argumento que han sido dejados implícitos por el argumentante.

Es decir, la adición en este caso es una operación que toma un argumento de expresión incompleta (entimemático) y lo convierte en un argumento completo (con todos sus elementos argumentativos explícitos).

La adición de los elementos no explícitos en el argumento es una tarea delicada que requiere comprender el contexto donde se inscribe el argumento (es decir, el problema, los argumentos previos, los contra-argumentos, etc.). Siempre es importante guiarse por el principio de caridad al momento de añadir cosas.

Por ejemplo, en una discusión entre Juan y María, Juan puede decirle a María:

Tú no puedes votar, porque eres menor de edad

¿qué elemento ha quedado implícito? Recuerda que el esquema modus ponens es:

Premisa condicional: Si A entonces B

Premisa (menor): A

Conclusión: B

En este caso están expresadas la premisa menor o fáctica, que sería “María es menor de edad”, y la conclusión: “María no puede votar”. Luego, podemos hacer explícita la premisa condicional:

Premisa condicional o mayor (añadida): Si alguien es menor de edad, entonces no puede votar

Premisa menor: María es menor de edad

Conclusión: María no puede votar

Nota que hay otra posible reconstrucción de la premisa condicional que también es válida pero que aporta menos información. Bien se pudo haber dicho “si María es menor de edad, entonces no puede votar”. El problema es que esa premisa condicional solo expresa el caso particular de María, pero en el Derecho es normal que los argumentantes pretendan fundamentar sus argumentos en normas, principios y reglas más generales. Lo que queda implícito en este caso es la norma que regula el caso de María.

Otra forma de reconstruir ese argumento sería mediante el silogismo jurídico:

Premisa mayor (añadida): los menores de edad no pueden votar

Premisa menor: María es menor de edad

Conclusión: María no puede votar

Ahora, Juan también pudo haber expresado su argumento de otra forma. Por ejemplo:

María, sabes bien que los menores de edad no pueden votar, así que tú no puedes votar.

En este caso, lo que queda implícito es la premisa menor: María es menor de edad.

Y Juan también pudo haber dicho:

María, recuerda que los menores de edad no pueden votar, y tú eres menor de edad.

En ese caso, un poco menos frecuente, lo que queda implícito es la conclusión del argumento: María no puede votar.

En resumen

Las cuatro operaciones de reconstrucción son: supresión, permutación, sustitución y adición.

Suprimir implica quitar o eliminar lo superfluo o redundante. Permutar es cambiar el orden para darle un sentido más claro al argumento. Sustituir es cambiar algunas expresiones para estandarizar los términos usados en el argumento. Añadir implica agregar aquellos elementos argumentativos implícitos (sea alguna premisa o la conclusión).

Es posible que un texto necesite solo alguna de las operaciones.

Debes tener cuidado al reconstruir, especialmente al añadir elementos, pues es posible que la otra parte no haya querido decir lo que tú crees que dejó implícito.

Bibliografía

Eemeren, F. H. van, R. Grootendorst, and Francisca Snoeck Henkemans. Fundamentals of Argumentation Theory: A Handbook of Historical Backgrounds and Contemporary Developments. Mahwah, N.J: L. Erlbaum, 1996.

Realizado por Luis A. Malavé Naime. Profesor y fundador de la Academia de Argumentación y Derecho.

--

--

Luis A. Malavé Naime
Argumentación y Derecho

Profesor e investigador de Teoría de la Argumentación y Argumentación Jurídica. Creador de cursos virtuales y de la Academia de Argumentación y Derecho.