¿Cómo argumentar en defensa de un imputado inocente?

Luis A. Malavé Naime
Argumentación y Derecho
4 min readDec 17, 2020

Más allá de las características específicas de cada caso y circunstancia, las líneas básicas para la defensa de un imputado inocente son generalizables y pueden ser estudiadas desde la perspectiva de la argumentación.

En lo siguiente, daremos estrategias generales de argumentación. Aunque intentan ser lo más generales posibles, pueden existir estrategias y circunstancias que se escapen de esta clasificación (sería muy interesante conocerlas). Por ello, no aspiramos a ser exhaustivos. Veamos.

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1- La argumentación a favor del defendido

Lo primero que puede hacer un abogado para defender a un imputado inocente es identificar los argumentos que apoyan directamente su inocencia. Tres preguntas importantes para construir los argumentos a favor de la inocencia son:

a) ¿hay elementos que puedan convertirse en pruebas de que el imputado es inocente? Por ejemplo, testigos, fotos o pruebas físicas que indican de manera clara que el imputado no cometió el delito del que se le acusa.

b) ¿Tiene el imputado alguna coartada? Por ejemplo, testigos, grabaciones, fotos que lo sitúen en un lugar distinto en el mismo momento en el que se cometió el delito.

c) ¿Existen elementos que demuestren que fue otra persona quien cometió el delito?

Dos puntos importantes

  • Por supuesto, ninguna de estas tres estrategias es excluyente de las otras: un argumento más fuerte será aquel que pueda reunir los tres tipos de argumentos (a, b y c) a favor de la inocencia.
  • Es probable que los argumentos de alguno de esos tres puntos sea más débil y que algún otro sea más fuerte. Puede ser, por ejemplo, que haya solo un indicio de que el imputado no cometió el delito (que no fue él directamente), pero existan elementos fuertes a favor de que fue otra persona la que lo cometió.

2- La argumentación en contra de los argumentos de la acusación

Este tipo de argumentación es llamada ataque argumentativo. Los ataques argumentativos pueden ser de tres tipos: ataques a la aceptabilidad de las premisas, ataques a la relevancia de esas premisas y ataques a la fundamentación de la conclusión (ataques a la suficiencia de las premisas para sostener la conclusión).

2.1- Ataques a la aceptabilidad de las premisas

En estos casos, el abogado defensor tiene que apuntar sus críticas y objeciones a las razones que sostienen la acusación. Es, normalmente, un ataque directo a las pruebas en contra del imputado.

Por ejemplo, contradecir lo que indica un testigo mediante otros testigos u otro tipo de prueba, poner en tela de juicio que la persona que sale en la grabación sea el imputado, confrontar lo que dice un experto o una prueba de laboratorio mediante otro experto u otras pruebas de laboratorio.

2.2- Ataques a la relevancia de las premisas

El abogado defensor tiene que mostrar que, aunque las premisas de las que parte la acusación sean verdaderas, no son relevantes para concluir que el imputado es culpable.

Por ejemplo, puede ser que el defensor no pueda contradecir que una prueba de ADN ha dado positivo, pero sí pueda probar (o al menos traer elementos que indiquen) que la muestra se contaminó o que el laboratorio no cumplió con rigor la cadena de custodia. También se ataca la relevancia cuando se pone en duda la confiabilidad de un testigo o de un experto.

2.3- Ataques a la conclusión

En estos casos, el abogado tiene que mostrar que hay argumentos en contra de la culpabilidad (y, por tanto, a favor de la inocencia) que tienen la suficiente fuerza para crear una duda razonable o que, por sí mismos, los argumentos de la acusación no son lo suficientemente fuertes como para eliminar dudas razonables.

Para lograr alguno de estos objetivos, es de mucha ayuda la creación de una hipótesis razonable (teoría del caso) que se ajuste a las pruebas y que conduzca a la inocencia del imputado. También puede suceder que las pruebas aportadas por la acusación sean muy débiles y que, institucionalmente, no sean aceptadas como pruebas suficientes para declarar la culpabilidad (por ejemplo, en algunos países, la jurisprudencia ha señalado que los informes de los policías que hicieron la detención no son suficientes para demostrar la culpabilidad; se necesita alguna prueba independiente).

2.3- Ataques a la conclusión

Las estrategias de ataque 2.1 y 2.2 ayudan a cumplir el objetivo de 2.3: al atacar la aceptabilidad o la relevancia de las premisas de la acusación se debilitan los argumentos de ésta, lo que puede servir para mostrar que dichos argumentos no pasan las exigencias del estándar de prueba penal: más allá de toda duda razonable.

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Luis A. Malavé Naime
Argumentación y Derecho

Profesor e investigador de Teoría de la Argumentación y Argumentación Jurídica. Creador de cursos virtuales y de la Academia de Argumentación y Derecho.