La Camarera y las Toallas

Ariel Pfeffer
Ariel Pfeffer
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2 min readSep 2, 2020

A pesar de que normalmente son palabras asociadas a una misma cosa, en la práctica hay una gran diferencia entre ser Empresario o ser Emprendedor. El primero es una profesión mientras que el segundo está mucho más vinculado a una postura, una forma de ver el mundo.

Un emprendedor

En términos generales el Empresario es aquel que tiene un excelente conocimiento en técnicas de administración, planeamiento, control financiero, marketing, ventas y gestión de recursos humanos. Sin embargo, cuantas empresas vemos que están paradas desde hace mucho tiempo y sin ninguna perspectiva de crecimiento? Cuando eso sucede y vemos que no existe la intención de hacer algo nuevo con foco en generar nuevas oportunidades podemos decir que el empresario no está siendo emprendedor.

Por otro lado es bastante común ver a personas que están haciendo la diferencia, inclusive sin ser los dueños o fundadores de las empresas donde trabajan. Un gran ejemplo de esto es la historia de los origami de toallas que hoy se encuentran en muchísimos cruceros de pasajeros en varias partes del mundo.

La historia de la camarera y las toallas

Según cuenta la leyenda, cuando toda la tripulación descansaba en una de las paradas del barco, una camarera decidió aprovechar la oportunidad para hacer un curso de cómo hacer animales de papel, a través de las técnicas de origami. Cuando volvió al barco decidió aplicar esa técnica en las toallas que dejaba a cada día, arriba de la cama de los huéspedes, con figuras como cisnes, monos, perros, etc.

Sorprendidos con el simpático animal en vez de las tradicionales toallas dobladas, los huéspedes terminaban dejando una propina mucho mayor para esa camarera en comparación al promedio. Con el tiempo ella les enseñó la técnica a otras camareras, que a su vez le enseñaron a otras, y hoy en día esa es una práctica común en la mayoría de los cruceros de turismo.

Este es un caso típico de lo que hoy en día llama “intrapreneurship” que es emprender dentro de la propia empresa. Si una simple camarera pudo tener éxito reconocido (mayores propinas) será que un mozo de un restaurant no puede tener una postura similar? Y un empleado de un taller mecánico? Y un administrativo de un estudio de abogacía? Y un médico en un hospital? Y un ejecutivo de una gran agencia de publicidad? La diferencia está únicamente en la actitud y a partir de ahí todo puede cambiar.

El optimista cree que “esto” mejorará. El pesimista cree que “esto” será igual o peor.

Mientras el emprendedor piensa: ¿cómo puedo transformar “esto” en un buen negocio?

¡No pierdas la oportunidad de ser fabuloso!

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Ariel Pfeffer
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For 35 years, I’ve been involved in Direct Marketing around Latin America, mostly in Uruguay. Find more about me on my website at: https://ariel-pfeffer.com