A 500 años de la Reforma, ¿seguimos deformes?

Arnold Sierra
arnoldsierrablog
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9 min readOct 31, 2017

Hoy se cumplen 500 años de aquella vez cuando un tipo que revolucionó el cristianismo de la época se atrevió a decir lo que estaba mal en la iglesia católica y cómo todo lo que en algún tiempo fue el sacrificio más grande de amor, se había convertido en un sistema político corrupto que invitaba al hombre a acercarse a Dios a través de sus propios esfuerzos y el uso del dinero.

En aquel momento Lutero quien le dio sentido escrito a todo lo que se venía fraguando desde los años de Juan Huss, confrontó sin temor a la iglesia acerca de sus pretensiones alejadas totalmente del texto bíblico y de la doctrina de Jesús. Hoy día no es tan diferente, seguimos necesitando Luteros, Huss y reformas que nos hagan acercarnos más al propósito de la iglesia en la tierra.

Las reformas siempre han sido necesarias y creo que lo serán hasta la venida de Cristo. Es normal que ocurran desvíos en el camino, producto de nuestra propia naturaleza pecaminosa y nuestros bajos deseos de poder, autonomía y control. Sin embargo, aunque ha sido “normal” desde los días de Jesús quien fue el primer reformador, hablando a los fariseos y su hipocresía, o Pablo enfrentando a los gnósticos, no podemos normalizarnos en cosas que son obvias y que han sido causa de nuestro desvío como iglesia. Voy a exponer algunas tesis que luego voy a argumentar desde la perspectiva bíblica de las razones por las que hemos perdido la ruta en áreas trascendentales del cristianismo.

1.Perspectiva de Jesús: Colosenses 3 dice que todo aquel que cree haber resucitado con Cristo, no pierda la mirada en él. Esto no es cualquier cosa, significa que también como lo señala hebreos 12, lo único que nos asegura la carrera es mirar a Jesús. Y aunque muchas iglesias suelen defender que su fe está cimentada en Jesús, muchos caminan de espaldas a esto porque el enfoque pareciera tener cosas extras. Jesús no necesita añadiduras, él es suficiente tal como es, no me refiero necesariamente a las formas, sino a la expresión de Cristo mismo que practicamos como líderes dentro de nuestras iglesias. Jesús les decía a los fariseos en Mateo 23:15 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros.”

Un prosélito es un seguidor, algunos con la idea de ser relevantes le añaden cosas a Jesús como si necesitara de algo y esto lleva a mucha gente a perder su perspectiva del Jesús de la Biblia, el verdadero, el real que va más allá de un personaje histórico.

Otros en vez de añadirle con las ansias de conseguir seguidores para su iglesia, le quitan cosas a Jesús. Lo hacen cuando muestran a un Jesús que ama y tiene gracia para con el débil, pero no señalan que Jesús también hace una demanda de su pacto en la cruz. La demanda es la obediencia, una vida de sacrificio y entrega para honrar el pacto que él firmó que nos libra de la muerte. Ya no vendemos indulgencias como otrora, pero estamos vendiendo un Jesús que la Biblia no presenta, un Jesús que resuelve los problemas como si fuese un obrero en vez de un Jesús que toma el control de mi vida incluso para usar el sufrimiento como enseñanza a mi vida.

Incluso creo, (es una opinión personal) que también hemos relegado a Jesús a un segundo plano, colocando en su lugar a líderes “celebridades” se han vuelto la referencia de nuestra mirada hacia el mismo Jesús, he escuchado a varios decir, pero si el pastor tal o cual lo hace, ¿Por qué yo no puedo hacerlo?.

Hay miles en el mundo que pueden contarte quién fue Jesús, pero si no cuestionas tu propia vida sobre la vida y sacrificio de Cristo, muchos líderes te van a convertir en un mal seguidor. Recuerdo una manilla o pulsera, (como lo llamen en tu país) que me regaló mi papá y tenía las siglas W.W.J.D, que significa ¿Qué haría Jesús? Algunos no se están preguntando qué haría Jesús, sino que ven en sus redes sociales como lo haría tal o cual pastor y confían ciegamente que él lo está haciendo como Jesús.

2.La Gracia: me permito continuar con este tema porque parece que la iglesia (no toda, sólo la que le caiga) ha confundido este término, colocando un mar de posibilidades infinitas dentro de ella. La gracia no es un pase o licencia para el pecado, la gracia tiene demandas, tiene exigencias, más que un pase, es una fuente de poder. Pablo le decía a Timoteo que la gracia es lo que le da fuerza para vencer, esa gracia fundamentada en la justicia de Cristo nos lleva al arrepentimiento constante de una vida de pecado, pero también a una vida de prevención. La prevención es trabajar mi corazón para fortalecerlo en contra del pecado. Estas frases son buenas: “Ven tal como eres”, sí, la primera vez, luego que llegas a conocer verdaderamente a Jesús deberías ser libre de toda atadura de pecado y caminar en su gracia para vencer, no para retroceder, ven tal como eres, pero sal totalmente distinto. Venir a la cruz es un acto diario, pero definitivamente la gracia debería potenciarnos para la santidad y crecer día a día, de otra manera, no sabes lo que realmente significa la gracia.

3.Liturgia: Aunque creo que no existe una forma exacta de hacer alabanza y adoración a Dios en el templo como congregación, permítanme insistir en que sí necesitamos acomodar algunos elementos que están alejando a la gente de una experiencia, sí, experiencia de adoración a su Dios de una manera efectiva.

Esto que menciono tiene implicaciones en primer lugar en el lenguaje. Aunque una gran mayoría de iglesias lo ha entendido, hay unas cuantas que siguen insistiendo en complicarle la vida a la gente con leguajes rimbombantes que ni Dios entiende (ironía), la verdadera adoración es una vida de humillación y obediencia a Dios, esto es una muestra de autenticidad, para ser auténticos necesitamos componer alabanzas auténticas que expresen realmente lo que a Dios deberíamos decirle, más que buena música, Dios busca relación y conexión con la realidad de tu corazón, que no le mientas con palabras que ni tú mismo entiendes.

Además del lenguaje está el contexto. La globalización, el internet y las redes sociales a veces nos hacen salirnos de contexto, hay muchas iglesias perdiendo el enfoque en su realidad, porque ven lo que les funciona a otros en contextos distintos y sin importar si la gente se conecta o no con Dios, les obligan a “culturizar” su estilo de alabanza a Dios.

No puedo dejar de hablar de la experiencia, pero la experiencia del liderazgo. Necesitamos reformar la manera en que proyectamos nuestros propios gustos y experiencias a la iglesia, lo que tú vives en la intimidad no puede ser una razón dogmática para obligar a la iglesia a vivir lo mismo, por encima de cualquier cosa está la Biblia y si la Biblia no te hace conseguir el equilibrio pronto estarás fundando una secta.

4. Relaciones: Hay extremos visibles en las relaciones dentro de la iglesia. Tenemos la del pastor distante de sus ovejas que sólo se ve por redes sociales o de vez en cuando porque ya alcanzó demasiada posición como para adorar junto a la congregación, algunos lo justifican con el hecho de la seguridad del ungido, pero lo que la Biblia dice es que el pastor debe ser cercano a sus ovejas, no como el asalariado que pareciera no importarle, no quiero juzgar a nadie en este sentido, sólo usted sabrá cuál es su condición.

También está la relación del demasiado cercano. Algunos líderes no saben establecer límites y terminan negociando su familia por tener a la iglesia contenta, lo que veo en el génesis es que Dios le dio al hombre primero familia y luego ministerio. También la manera en que nos relacionamos entre sí necesita una reforma, algunos dejaron atrás los viejos rudimentos de legalismo que imponían grandes cargas a la gente para poder estar en la iglesia, pero debemos de cuidarnos del otro extremo; lugares donde cualquier cosa es válida. Proverbios 27:5 dice que es mejor la reprensión franca que el amor oculto. En una iglesia donde no exista la reprensión porque todo es en “amor” tendremos graves problemas de inmoralidad y en algún momento se saldrá de control.

Considero que también se ha introducido el hedonismo de una manera aberrante a la iglesia. No tiene que ver con moda o estilo de vestimenta, hace rato que no uso corbata para predicar cuando antes me obligaban, pero algunos se han ido al extremo de mostrarse como referencia física al público a través de sus redes sociales y han levantado comentarios en función a sus características físicas y no a lo que representan. Quiero dejar claro que no estoy en contra de estar a la moda, pero es obvio que todo tiene límites y que a veces nuestro deseo de ser relevantes nos lleva a ser “revelantes” si es que cabe el término. “El selfie sin propósito” Pablo lo llamó “Hombres amadores de sí mismos”. ¿Por qué lo menciono en las relaciones? Porque el hedonismo nos lleva a relaciones superficiales en la iglesia y con nuestros pares.

El dinero: sólo diré esto: Lutero criticó las indulgencias, algunos de nosotros estamos “pactando” por la palabra y llenando los vacíos existenciales de líderes avaros.

La Biblia: Voy a tomar esta porción del libro “EL TEXTO QUE INTERPRETA AL LECTOR” de Theo G. Donner.

“La Biblia sigue siendo un bestseller. Por el internet se puede acceder a estadísticas impresionantes de ventas de Biblias en el mundo. Cada cuando salen nuevas versiones y traducciones que pretenden hacer más asequible este texto antiguo, ya sea en forma impresa o digital, o incluso en audio. Hay entidades que se dedican exclusivamente a regalar ejemplares de la Biblia. No es sorprendente, por tanto, que se trate del libro más difundido en todo el mundo. Lo curioso es que mucha gente tiene la Biblia, pero no la lee. Según algunos estudios, que se publican en internet, de la gente que tienen Biblia en casa sólo la cuarta parte dice también leerla. Es de suponer que esto no se debe a una falta de interés. Parece más bien que muchos se sienten perplejos ante este texto. Desean conocerlo, pero no saben por dónde empezar…”

El responsable es y será la iglesia, no podemos permitir que líderes desestimen la Biblia como un libro anticuado por el cual Dios habló, sin temor a equivocarme quien haga eso no puede ser declarado más que un apóstata. Si algo ha llevado a la ruina a la iglesia por años es su desenfoque en la palabra infalible e inerrante de Dios.

El mal acercamiento a la misma fue lo que llevó a Lutero a levantar su bandera y mostrar lo que realmente Cristo quiso decir y afirmar sus enseñanzas que siguen vigentes. La Biblia no es un libro de autoayuda ni un libro de historia para justificar nuestro pensamiento posmoderno en ocasiones permeado por la cultura.

La Biblia es la expresión misma dejada al hombre para entender de principio a fin el mensaje de Dios llamado Jesucristo. Aunque pasaron 500 años, seguimos teniendo el mismo problema, la gente no conoce la Biblia, peor aún, no quieren conocerla, algunos se conforman con la visión que el predicador tenga de ella sin cuestionarla, ¿Qué tan diferentes somos de aquella iglesia politizada y sumida en corrupción? Cada cuanto salen sectas y grupos diciendo cosas totalmente aisladas de las Escrituras. Necesitamos acercarnos a ella no como un libro extraño, sino como una fuente de amor y esperanza para la humanidad, entenderla desde la creación, el hombre, el pecado, el sacrificio de Jesús, su venida. No hay por qué temer a las escrituras, pues ellas nos muestran a Jesús.

CONCLUSIONES

Como en el pasado, hoy más que nunca necesitamos de gente con la conciencia afilada para filtrar a quienes apostatan de la verdad, no podemos permitirnos una nueva distorsión se filtre en la iglesia, la distorsión de creer que podemos SOLOS.

Con amor, Arnold Sierra

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Arnold Sierra
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Hijo de Dios, esposo de @luciagalipolly padre de Lucas David. Soñador, músico y Psicólogo. Pastor de Min. en @iglesiaparalafamilia