Dando vueltas como un spinner

En el año 1993 una mujer llamada Catherine Hettinger, inventó un pequeño juguete para poder divertirse con su hija, ya que padecía una enfermedad muscular grave que no le permitía moverse de manera natural. Sin darse cuenta, estaba inventando un pequeño artefacto que varios años después se convertiría en una sensación, estoy hablando del “Spinner”, si no sabes de lo que estoy hablando debes tener más de 45 así que te invito a buscar en google.

En principio, el marketing nos hizo creer que es un aparato que disminuye la ansiedad, digo que nos hicieron creer, porque no existe hasta ahora un estudio que lo demuestre. La realidad es que se ha vuelto viral en el mundo entero y se ha puesto “de moda” andar con un Spinner. En mi torpeza una vez tomé uno para probarlo y casi le saco un ojo a la persona que tenía al lado, no sé cómo mi hijo de 4 años puede darle vueltas sin que se le caiga de la mano y luego mirarme y decirme: Es así papi, fácil, ¿no sabes? A veces creo que he creado un mounstro. Ciertamente estamos en la temporada histórica donde más personas sufren de estrés y ansiedad per cápita en cada país. Sostengo que la mayor causa de estas alteraciones, es la dificultad para lidiar con tantas decisiones a diario, tantas responsabilidades desde temprana edad, como por ejemplo sostener el engagement de tus seguidores en redes sociales con tan solo 12 años. A esa edad yo estaba pensando en qué deporte quería jugar con mis amigos. Todas las decisiones surgen de preguntas trascendentales y otras de preguntas superficiales. Van desde ¿Para qué estoy en la tierra? Hasta ¿Qué camisa me coloco mañana? Todo gira en función a las decisiones, pero a su vez, las decisiones nos hacen girar como un spinner cuando no tenemos algo mayor por lo que vivir.

El Spinner más común tiene tres lados, así que intentaré resumir los tres lados de las decisiones. Estoy seguro que a diario tienes algunas importantes que tomar o estás dando vueltas en una que es trascendental para tu vida, como por ejemplo con quién te vas a casar o qué carrera estudiar, o si dejar de comer para adelgazar, irte del país o qué se yo, creo que todas son importantes porque todas tienen implicación en tu futuro cercano.

EL LADO EMOCIONAL

Técnicamente las neurociencias han determinado que el cerebro funciona de dos maneras; el hemisferio izquierdo permite el razonamiento, el lenguaje hablado, escrito, la habilidad científica y habilidad numérica. El hemisferio derecho permite la intuición, el sentido artístico, imaginación, sentido musical, percepción tridimensional. 95% de las decisiones que tomamos tienen su origen en las emociones controladas por el hemisferio derecho. Nuestro cerebro se organiza al momento de tomar decisiones y a través de lo que percibimos le damos valor decisional a las cosas (por ej. Ropa o alimentos)

Sobre todo las chicas son especialistas en organizarse para estas dos cosas, el tema es que duran demasiado organizándose. La mayoría de las veces nos basamos en experiencias pasadas e ignoramos la perspectiva de la realidad eliminando el análisis profundo de la situación. Este lado es muy negativo para tomar decisiones ya que cuando domina, se convierte en un despiadado verdugo que te hace arrepentirte tarde que temprano de lo que hiciste. sin embargo, en ocasiones encontrarás necesario dejarte llevar por la adrenalina y sin pensarlo mucho, actuar según lo que te dicta el “corazón”.

EL LADO RACIONAL

Es el lado más recomendable para todos, siempre nos dicen que decidamos con la cabeza y no con las emociones, pero cuando estamos llenos de comida y nos traen el postre, no podemos evitar decidir con el corazón. Es muy difícil llevar una decisión de una experiencia pasada o emoción del momento, a un plano racional y absolutamente meditado. Lo que recomiendan los expertos es que en las decisiones trascendentales hagamos una pausa y recabemos información al respecto de experiencias y errores de otros, así como aciertos. Pero, en decisiones rutinarias, el exceso de análisis puede ser un estorbo y reducir la efectividad de las personas, toda decisión tiene un efecto colateral, no puedes evitarlo, así que por favor elige la comida rápido cuando tus compañeros tengan hambre, deja el exceso en tu raciocinio.

Una razón por la cual no se decide racionalmente, es porque se deja de lado las consecuencias futuras, suele suceder sobre todo cuando estamos en la adolescencia. También el sistema se ha encargado de enseñarnos a decidir en función a lo que nos emociona en el momento, pero sin tomar en cuenta el futuro, por eso tenemos tantas tarjetas de crédito con delirios de persecución, relaciones rotas y gente en la cárcel.

EL EQUILIBRIO

Sí, ya sé que falta un lado, pero no podemos abordarlo sin antes hacer notar un detalle, tanto las emociones como lo “racional” del individuo son totalmente vulnerables a variables no controladas por eventos de nuestra vida, infancia, relación familiar, traumas, entre otros. Es decir, hay demasiada relatividad en lo que el hombre representa. La humanidad está plagada de errores por pensar principalmente que el hombre es esencialmente bueno y que sus decisiones serían buenas de no ser porque la sociedad lo corrompe. Lo que yo creo y es lo que dice la Biblia, que todos nacemos con una condición de pecado que nos hace desconfiables, que toda la humanidad está girando como un spinner desenfrenada por el intento de autoasignarse autonomía en sus decisiones, dejando por fuera un elemento vital. La presencia de Dios.

EL LADO DE DIOS

Dios siempre ha sido objeto de cuestionamiento por la humanidad y los grandes pensadores y filósofos de la historia. No debe ser fácil lidiar con el hecho de que alguien más intervenga en tus decisiones. Eso en cierta manera me hace sentir incapaz, inútil de llevar mi propia vida. No se trata de tener un mentor, sino de otorgarle toda autoridad a un ser superior del cual ni siquiera estás totalmente seguro si existe, pero lo crees por fe o por tradición. Creo que estoy removiendo un poco tus bases, avísame si te caes, porque de eso se trata, de evaluar cómo se encuentran tus fundamentos.

La postmodernidad nos está invitando constantemente a negar el absolutismo de la verdad, por el contrario, nos empuja a relativizar cualquier cosa que pudiera considerarse como una verdad absoluta, negar la historia misma si es necesario con tal de no permitir el control de parte de un Dios desinteresado por su creación o inexistente.

Para que Dios entre en juego como amo y Señor de tu universo, necesitas empezar a sentar la base de tus decisiones en función a su existencia y control absoluto de lo que nos rodea. En vez de sacarnos del juego, nos hace descansar en algo superior a nosotros mismos. Ni las emociones ni tu capacidad de razonar son confiables, Dios sí lo es, él puede guiar tus decisiones, aun cuando creas que todo va en sentido contrario.

Tus experiencias pasadas te pueden jugar una mala pasada, pero la Biblia dice en Isaías 43:18–19

18No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.

19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

Tu razón te puede engañar, porque no hay nada seguro cuando las expectativas están en el lugar equivocado, por eso el rey David dijo: Muéstrame tu fiel amor por la mañana, porque en ti he puesto mi confianza. Pongo mi vida en tus manos, muéstrame lo que debo hacer.

Si lo piensas detenidamente, sólo Dios puede hacer que tu vida deje de girar como un spinner y aprendas a descansar en él. Dos preguntas pueden ayudarte a tomar decisiones.

1. ¿Qué piensa Dios de esto que voy a hacer?
2. Para responderla necesitas la Biblia y mucha oración
3. ¿Qué haría Jesús?
4. Piensa por un instante, cuál sería la reacción natural de Jesús el hijo de Dios si estuviese frente a esa decisión importante que debes tomar.

Sólo Dios es infalible, y aun cuando el resultado no sea el esperado después de haber tomado una decisión consciente de la voluntad de Dios, sabes que a los que le aman, todas las cosas ayudan a bien, y que sea cual sea la situación, él sigue estando en control.

¿Acaso no te hace sentir tranquilo el saber que él tiene el control y no tú?

Si estás viviendo un momento trascendental en tu vida, si algo decisivo está por ocurrir, no permitas que la razón y la emoción estén por encima de Dios, porque Dios deshace el consejo de la razón humana y desafía aún lo natural para cumplir su voluntad. Actúa por fe, camina por fe y vive por fe. No es otra cosa que confiarle a él tus decisiones.

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Con amor, Pastor Arnold Sierra.