Ideas para cobrar cuando no sabes cobrar

Arnold Sierra
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7 min readJul 20, 2017
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No sé a cuántas personas en el mundo nos ocurre la misma lucha interna al momento de cobrar una deuda. Yo personalmente sufro cuando tengo que cobrarle a otra persona, sobre todo si es un amigo. Sin embargo, hay gente que no tiene sentimientos, son fríos y calculadores para cobrar, sacan las emociones de una manera espontánea y de frente lanzan la frase: ¡PÁGAME! Genios, alguno de ustedes debería gobernar el mundo.

Escribí este fragmento de autoayuda para que puedas desarrollar técnicas de cobro sin que te sientas mal por ello. Debes saber que esa otra persona es responsable por esa deuda. Algunos son muy astutos y se hacen las víctimas, pero tú sé sobrio y evalúa el contexto del deudor.

  1. Invítal@ a tomarse un café o un jugo y deja todo tu dinero en casa, excepto un poco que lo vas a guardar en la media por si ocurre un accidente. Luego que hayan ordenado, dile que dejaste el dinero, que si puede pagar y luego tú le pagas. Lo que debería ocurrir es que la persona recuerde que te debe y diga: Recuerda que yo te debo, no te preocupes. Eso es lo que “debería ocurrir”, es arriesgado pero a veces funciona. Algunos descarados, como siempre están en deuda, también andan sin dinero, entonces en esos casos recurres a la media.
  2. Envíale un mensaje por whatsapp. Lo bueno del whatsapp es lo impersonal del mismo. Es decir, por teléfono uno se siente más valiente de decir las cosas por no tener al otro cara a cara. Eso también es contraproducente, pero para cobrar es una ventaja. El mensaje que yo sugiero está en Romanos 13:8 “No debáis nada a nadie… Y si es un caso perdido Mateo 6:12 “perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Lo más probable es que te deje en visto, pero si tiene un poco de decencia al menos te enviará el emoji más usado para la vergüenza, el monito con la cara tapada.
  3. Lanza una punta por facebook o cualquier red social. Es muy común que la gente se diga lo que no se puede decir de frente, lanzando una indirecta (que todos sabemos que es bien directa) por alguna red social. Frases como: “La confianza baja en escalera y sube en ascensor, sobre todo cuando te deben” “Si no tienes cómo pagar pa qué te endeudas”. “Nunca prestes dinero a irresponsables, sí, es contigo desgraciado. Ok, eso es nivel extremo, pero a veces funciona.
  4. Acúsal@ con su mamá. Las madres siempre hacen entrar en razón a los deudores compulsivos, tienen la capacidad de formar es p… problema. La consecuencia es que para no escucharle la lengua a la madre, te pagan.
  5. Haz un cartel y pégalo en toda la ciudad. Esta es buenísima. Gastas más pero es divertido.

Espero que hayas entendido que el fragmento de arriba era sólo una manera de captar tu atención, es divertido pero no siempre es correcto. Lo que realmente quiero hablarte es lo que sigue.

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En algún momento seguramente alguien te ha quedado debiendo. Según tu situación económica, puede que por pena lo hayas dejado pasar e incluso olvidaste que te debían, pero también puede que seas de esos que no dejan pasar una deuda por nada del mundo y cobran hasta lo más mínimo (Si es así, que Dios te perdone XD). Proverbios 22:7b dice: “…Y el que toma prestado es siervo del que presta”. Por eso ninguna de las dos situaciones son buenas.

Ahora te quiero plantear esas dos situaciones:

la primera es de quienes sufren porque se les debe algo pero nunca es suficiente el pago que reciben y la otra situación es de quienes sienten que están en una constante deuda que además parece impagable.

El primer caso habla de personas que siempre están haciendo buenas obras, aparentan tener amor de una manera única y constantemente se elogian a sí mismos por cumplir las normas, sin embargo la intención de su corazón es buscar que Dios mismo se sienta en deuda con ellos. Es el automerecimiento su peor enemigo, porque hacen cosas en favor de los demás para sentir que merecen una buena vida; y si esto no sucede, su frustración es tan abrumadora que se sienten furiosos por no recibir lo que “merecen”. En palabras de Tim Keller en su libro “El Dios Pródigo” sería: “…esta persona es alguien que cree que si vive una vida buena, debería tener una buena vida; (es decir) Dios está obligado a darle un camino de rosas si intentan de corazón vivir según sus normas”.

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Este tipo de personas no viven por amor a las buenas obras sino por establecer una estrategia de control sobre su propio ambiente. Hacer cosas buenas no establece el parámetro de comportamiento de Dios, no puedes manipularle ni hacerle sentir en deuda contigo. Todo lo que hagas o dejes de hacer por los demás es por pura y mera razón de amar a Dios y a tu prójimo como a ti mismo. Si esto se hace difícil, es momento de revisar tus motivaciones y convicciones, puedes estar viviendo en casa pero estar perdido.

Una deuda para pagar

Ahora quiero que te ubiques en la posición del endeudado. Qué feo es tener una deuda y no poder pagarla. Los deudores están conscientes de su deuda y no logran mitigar esa preocupación y vacío que esta genera. Si eres un buena paga, sabes de lo que estoy hablando. Si eres un mala paga, que Dios te perdone también XD.

La deuda de la humanidad en sí, es ese vacío que todos sentimos de crisis existencial o historia no resuelta de vida, la Biblia lo llama naturaleza pecaminosa.

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Los deudores son personas que saben que han desperdiciado buena parte de su vida en malas decisiones y que no merecen nada por la condición en la que están.

El pecado que habita en el hombre es la fuente principal de acusación. Algunos intentan justificar su deuda con cosas superficiales y por tal motivo caen en adicciones, relaciones absurdas y conductas rebeldes hacia cualquier tipo de reglas, intentando sentirse satisfechos. Conocí a un hombre con quien compartí un tiempo, un buen hombre, millonario, preparado en las mejores universidades de Venezuela y Estados Unidos, con empresas fructíferas, una familia hermosa, una vida próspera y exitosa desde una perspectiva humana. A sus 68 años me dijo un día: He logrado todo en esta vida y sigo sintiendo que falta algo por resolver.

Me recordó las palabras del sabio Salomón en Eclesiastés cuando dijo que todo lo que el hombre hace debajo del sol no le es suficiente, que el oído no se cansa de oir y el ojo de ver. Eso que nos hace sentir que falta algo por pagar o cubrir en esta vida, de alguna manera nos induce a pensar que hay algo más que sólo despilfarrar el tiempo en lo terrenal. Sólo el humilde de corazón puede reconocer que también está perdido y necesita encontrarse con el Padre.

Hay alguien que ya pagó esa deuda para hacerte libre de cualquier dependencia, librarte de cualquier esfuerzo por merecimiento y ayudarte a vivir en su gracia. Debes saber que no hay cosa en el mundo que llene el vacío, ni dinero que pueda pagar la deuda de la humanidad.

Su nombre es Jesús, quien se hizo hombre, habitó entre nosotros y murió para saldar la deuda pendiente y darte vida. Cuando realmente lo experimentas y le conoces, nunca más la depresión, la soledad, la pornografía, la avaricia, los deseos desenfrenados van a tocar la puerta de tu corazón para cobrarte. Colosenses 2:14 dice “y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz”. (NVI)

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Si en algún momento te has perdido en uno de estos dos laberintos, hoy tienes la oportunidad de revisar el mapa y encontrar la salida. La vida nunca funciona como esperamos que funcione, si nuestras expectativas no son correctas, terminaremos frustrados pensando que merecemos más de lo que estamos recibiendo y siempre vamos a luchar con el síndrome de comparación viendo a otros estar mejor que nosotros.

También puedes estar sintiendo que estás lejos de casa, que tienes techo pero no tienes hogar, que tienes templo pero no tienes relación. Es posible que tu laberinto sea la ruta de un hijo perdido fuera de casa y la nostalgia del hogar te consuma.

Espiritualmente hay hijos sintiendo nostalgia de un hogar perdido al cual necesitan regresar, pero el pecado les hacen sentir que no merecen nada por haber desperdiciado lo que se les fue entregado. Dios como padre te da la oportunidad de regresar y no sólo eso, sino que te hace saber que eres su hijo y que nada ni nadie le puede cobrar al hijo del Rey. Vuelve a casa, tu deuda ya fue pagada.

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.

Con amor, Pastor Arnold Sierra

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Arnold Sierra
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Hijo de Dios, esposo de @luciagalipolly padre de Lucas David. Soñador, músico y Psicólogo. Pastor de Min. en @iglesiaparalafamilia