Plata Quemada
¿Qué es robar un concurso literario comparado con fundarlo?
Ayer hablé con una amiga, eran cerca de las cinco de la tarde y pasar el fin de año solo carcomió un poco adentro. Así que ver a otra persona, esa acción tan escasa en estos días, me reconfortó.
Nos vimos cerca a la 72, y por allí nos sentamos en un pequeño parque, el frío y el silencio de la ciudad nos rodeó.
Le conté de mi última fascinación por Benito y ella se sonrío, sabía que caerías seducido, el syhtpop ochentero está muerto, dijo. No es así, dije, mencioné los covers de Rosalía y The Weekend. Los ochenta vuelven, mencioné.
Fue por aquí, cuando ya no teníamos más de qué hablar, que la conversación se convirtió en una extensa reflexión existencialista: ¿valía la pena planear en un mundo que se va más hacía el fondo o por el contrario pensar el futuro en medio de la incertidumbre resolvería la ansiedad? Sin duda es difícil en la vida encontrar motivos, realmente lo más sincero es aceptar que no hay ninguno y vivir.
A ella no pareció gustarle mi filosofía, así la vida se complica menos, dije. Sabes que si no hay un lugar al cuál ir, cualquiera al que vayas será igualmente bueno. igual, dije, nada justifica más la vida que las cosas que posees. Aproveché esta pequeña linea introductoria para enseñarle los nuevos tenis que compré; me los puse en año nuevo, estaba solo mirándome al espejo y bailando, debiste verme: fue patético y hermoso.
Entonces hablamos sobre esto, ¿tener cosas te define? ¿te definen los objetos que posees? Sí, dije, ¿por qué no sería así? Ella comenzó a hablarme del budismo y de acercarse a los planos más espirituales de la vida, quizá el materialismo solo es bueno como filosofía capitalista, dijo, la vida es más que tener cosas. Disentí, no porque creyera que estaba equivocada, simplemente estaba aburrido y no quería darle la razón. Considero que las cosas te definen; es lo mismo a la ausencia de posesiones. Los objetos te definen. Eres lo que compras, lo que vistes, lo que comes; incluso si esto es su reverso, reciclar, andar desnudo omorir de hambre. No hay otra forma en que la vida pueda ser.
Así que ella habló de otro libro que había leído. La interrumpí y le pregunté si no eran los libros objetos de consumo, ¿no es toda el arte un producto de consumo? ella dijo, sí, pero no es tan simple. Comenzó a hablarme de ética y espiritualidad, de la sociedad de consumo y espectáculo que vivimos. Y de nuevo pregunté, ¿no es lo que consideras alta cultura y ética de vida en sí misma un producto de consumo?, dijo que no, obviamente el arte que es real no busca el beneficio económico, dijo. Vaya, dije, ¿entonces que quiere el artista por su obra? Alcanzar lo humano, dijo. Dije, con razón se mueren de hambre, todo el tiempo buscan algo que no existe, la única condición humana es la que cada mañana se pregunta porqué no tiene dinero suficiente y la que al alcanzarlo llena su casa con lujos y objetos.
Todo el arte es un producto de decoración, incluso los libros, dije.
Sin proponerlo me sentí un poco enojado, entiendo que quizá en cierto nivel espiritual o humano está bien no ser una persona materialista, pero es precisamente este materialismo lo que hace que el arte sea posible. No hay arte etérea, su fetichismo como producto más allá de lo humano solo es una ficción, al igual que usar estos tenis originales me hacen sentir mejor, aunque no sean distintos a cualquier otros venidos de cualquier fabrica en la que personas que nunca conoceré son esclavizadas para que yo los calce.
Aquí, y para zanjar, le recordé que ese escritor que ama, Ricardo Piglia, se vio envuelto en una polémica porque amañaron un premio literario a su favor, es una basura, dije, que el escritor que amas resulta ser un tramposo de mierda, copia de Borges y envidioso de Bolaño, lo único de novedoso que tiene aquel libro premiado es la portada de sus reediciones que, a día de hoy, sigue vendiendo con buenos números a pesar de ser un libro editado en los noventa, genera dinero mientras lo editores no paran de decir que la literatura no da ganancias y que por eso los escritores no deben cobrar por su obra.
