Crowdreferee, ¿Puede la Inteligencia Colectiva Reemplazar a los Árbitros de Fútbol?
Final de Italia ’90. Edgardo Codesal cobra falta de Sensini contra Rudi Voeller. Mientras los alemanes festejan, al árbitro le suena una chicharra. En la pantalla de su Google Glass, aparece un mensaje: “El público dice que no fue penal”. El juez retrotrae la jugada. Los alemanes no protestan. Saben que la inteligencia colectiva rara vez se equivoca.
Algunos días atrás, publiqué un post donde imaginaba cómo la sabiduría de las masas podría reemplazar al DT de fútbol. A unos pocos les gustó la idea. La mayoría dijo que estoy loco y que hay innumerables motivos por los que eso nunca podría funcionar.
No es mi estilo achicarme ante los desafíos. Todo lo contrario. Voy a redoblar la apuesta. La inteligencia colectiva no sólo puede reemplazar al DT. También puede sustituir al árbitro.
¿Por qué no hay referís robots?
Lo primero que se nos ocurre al intentar aplicar la tecnología al fútbol es construir un referí robot, que funcione con inteligencia artificial. Un árbitro incorruptible, sin emociones ni cansancio, a quien no se le escapa detalle alguno.
Pronto descubrimos, sin embargo, que nuestra tecnología actual está muy lejos de este objetivo. La inteligencia artificial puede ejecutar tareas claras y repetitivas pero es todavía incapaz de interpretar hechos complejos, como los que tiene que juzgar un árbitro. La Goal Line Technology puede decirnos si una pelota cruzó la línea. Pero no puede decidir si el cruce de Sensini a Voeller fue falta.
Ergo, por el momento, sí o sí necesitamos referís humanos.
Necesitamos referís humanos. Pero, ¿por qué solo uno?
Cuando se inventaron las reglas del fútbol, sólo había un referí. Los jueces de línea llegaron después. En 1991, se creó la figura del cuarto árbitro. Todos ayudan al referí a tener más ojos sobre el campo y tomar mejores decisiones.
¿Por qué detenernos en cuatro? ¿Por qué no pueden ser cinco, como en el Mundial de Alemania 2006? ¿Y por qué no diez, veinte o un millón?
La sabiduría convencional pareciera sugerir que, en un juego dinámico como el fútbol, una toma de decisiones por jurado podría entorpecer el partido. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así.
En un partido, un referí toma cientos de pequeñas decisiones (infracciones menores en mitad de cancha, laterales, corners) y unas pocas decisiones críticas que afectan seriamente el resultado (penales, goles anulados). Para las pequeñas decisiones no polémicas, el criterio del árbitro es suficiente.
Un jurado crowdsourceado podría ser de enorme asistencia para las jugadas críticas.
El crowdreferee
Pensemos en un sistema donde el público vota en tiempo real sobre las jugadas polémicas a través de Twitter o una plataforma especializada. La famosa “mano de Dios” de Maradona podía haberse resuelto con los hashtags #FueMano vs. #NoFueMano, donde la decisión se toma por mayoría simple.
La herramienta tiene la enorme ventaja de la transparencia, ya que es imposible que alguien pueda sobornar a todo el público (estamos asumiendo obviamente que la plataforma es auditada). Pero, ¿podría el crowdreferee carecer de imparcialidad?
Si Boca es la mitad más uno, ¿sus seguidores se coordinarán para votar de un modo que los xeneizes ganen todos los partidos? Es una posibilidad. Otra posibilidad es que los simpatizantes de otros clubes formen alianzas circunstanciales para dejar a Boca en minoría. Con lo cual, tal vez, el crowdreferee perjudicaría sistemáticamente a los clubes grandes.
Es difícil saber cuál sería el resultado sin hacer el experimento.
Tal vez, deberíamos cuestionarnos la visión antropológica que subyace a esta visión: ¿estamos los seres humanos interesados únicamente en nuestro beneficio propio? ¿No tenemos ningún sentido de justicia? ¿La mayoría siempre aplasta a la minoría? ¿El interés siempre vence a la justicia?
En términos concretos, tras ver las repeticiones del gol de Maradona, ¿la mayoría de los argentinos habría votado que #NoFueMano?
No tengo una respuesta, pero me gustaría averiguarlo.
Había empezar a escribir este post sin más intención que proponer una mejora incremental en el juego más lindo del mundo. Y ahora me encuentro con profundos dilemas éticos que no había visto venir.
No veo ningún impedimento técnico por el que el una prueba piloto de crowdreferee no pueda implementarse en la próxima edición de todas las ligas de primera división del planeta.