El Código es Capital: el Blockchain en la Transformación de los Títulos de Propiedad

Esta tecnología puede ayudar al registro y transferencia de títulos de propiedad, integrando a 5000 millones de personas en la economía global…

Federico Ast
Astec
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8 min readDec 8, 2018

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Este texto es una versión traducida y adaptada de Code is Capital de Kate Sills.

Cuando la policía de Honduras llegó para desalojarla en 2009, Mariana Catalina Izaguirre había vivido en esa casa por tres décadas. A diferencia de muchos de sus vecinos en Tegucigalpa, la capital del país, hasta tenía un título de propiedad sobre su tierra. Pero los registros en el Registro de la Propiedad indicaban que la propietaria era otra persona. Y esa persona convenció a un juez de firmar una orden de desalojo. Para el momento en que se aclaró la confusión, la casa de Izaguirre había sido demolida.

(The Economist, “La Gran Cadena de Estar Seguros Sobre las Cosas”)

Cuando la gente no posee un título de propiedad creíble, muchas transacciones simplemente no ocurren. “Imagine un país donde nadie puede identificar a quién pertenece cada cosa”, dice el economista peruano Hernando de Soto. “Las direcciones de las casas no pueden ser fácilmente verificadas, no se puede lograr que la gente pague sus deudas, los activos no pueden convertirse fácilmente en dinero, la propiedad no puede dividirse en acciones, las descripciones de los activos no están estandarizadas y estos no pueden compararse fácilmente, y las reglas que regulan la propiedad cambian según el barrio o la calle” (De Soto, 2000).

De Soto estima que unos 5000 millones de personas viven con estas limitaciones. Con millones de personas afectadas y alrededor de 9.3 billones de activos en juego, los gobiernos han hecho distintos intentos por extender los derechos de propiedad. Sin embargo, estos programas generalmente fallan porque no reconocen que las personas ya negociaron las obligaciones, normas y derechos dentro de la comunidad donde viven (Miller and Stiegler 2004).

Los derechos legales de propiedad que figuran en los registros gubernamentales, con frecuencia, no coinciden con la experiencia del día a día. Muchas veces, comunidades desconocen los títulos formales, haciendo que los registros sean irrelevantes.

En el caso de Mariana, los contratos sociales extralegales de su comunidad le reconocían la propiedad de su vivienda. Pero ese derecho de propiedad carecía de legitimidad clara fuera de su comunidad. Sin esa legitimidad externa, vender su propiedad o usarla como garantía en un crédito era imposible.

Miller and Stiegler llaman a esto “credibilidad de transferencia de derechos de propiedad a la distancia”, a la que definen como la confianza que tiene un extranjero de que “realmente adquirirá los bienes especificados en el contrato” cuando participe en una “transferencia de activos y formación de capital” (Miller and Stiegler 2004).

Un sistema funcional de propiedad debe cumplir con dos requisitos: debe capturar los contratos sociales definidos como válidos por la comunidad y también ser creíbles ante una audiencia mayor.

La tecnología de blockchain permite aumentar la credibilidad de los derechos de propiedad transferidos a la distancia. Por primera vez, la transferencia de títulos de propiedad puede registrarse de manera segura en un registro público sin la necesidad de una autoridad central. Además, el uso de contratos inteligentes permite convertir a esos activos digitales en propiedad, construyendo derechos de propiedad que pueden comprarse y venderse en el mercado (Miller and Stiegler 2004).

Doble Gasto

“El Bitcoin nos da, por primera vez, una manera de que un usuario de internet transfiera una pieza única de propiedad digital a otro usuario de internet, de tal modo que la transferencia tenga la garantía de ser segura, que todos sepan que ocurrió, y que nadie pueda desafiar la legitimidad de la transferencia. Las consecuencias de esta revolución son difíciles de sobreestimar.”

Marc Andreessen. Why Bitcoin Matters.

Aunque se hicieron famosas por las monedas digitales, las blockchains disrumpen un supuesto de larga duración sobre los activos digitales en general: la necesidad de autoridades centrales.

Los objetos físicos son rivales: si una persona lo está usando, entonces otras personas están naturalmente excluidas (en otras palabras, si como una manzana, nadie más puede comer esa manzana).

Los activos digitales, por otro lado, como un mp3 de una canción, pueden ser copiados, compartidos, y disfrutados simultáneamente sin ninguna pérdida en fidelidad. Para el dinero digital, esto presenta un serio problema conocido como “doble gasto” – una unidad de dinero digital podría ser copiada y usada para pagar a distintas personas (Narayanan et al. 2016).

Gracias al blockchain, el Bitcoin permitió resolver por primera vez el problema del doble gasto sin depender de una autoridad central.

Monedas de Color

Construyendo sobre el hecho de que el Bitcoin permitía evitar el doble gasto, algunos innovadores agregaron una capa al protocolo de Bitcoin para representar títulos de propiedad. Esto se conoce como monedas de color. Una moneda de color es una cantidad específica de Bitcoin que tiene cierto significado más allá de la moneda.

Gracias a la arquitectura de la red, es posible hacer que una cantidad específica de bitcoin pueda ser rastreada a lo largo de toda su historia, incluso hasta la 100 millonésima parte de bitcoin. Los usuarios podrían decidir otorgar un significado especial a esa cantidad específica de bitcoin con un valor menor a un centavo de dólar. Aunque, desde el punto de vista técnico, esa cantidad parece cualquier otro bitcoin, la comunidad podría decidir tratarla como un título que otorga cierto derecho de propiedad.

Las monedas de color son una forma práctica de reutilizar la blockchain de Bitcoin existente para nuevos usos, y la legalidad de usar esos tokens es incontrovertible. Como sostiene el profesor Joshua Fairfield, “desde siempre la ley reconoció la necesidad de transferir propiedad a través de símbolos, títulos o tokens” (Fairfield 2015).

Sin embargo, la blockchain de Bitcoin subyacente no está bien diseñada para este propósito. Hay alternativas más efectivas.

Tokens No Fungibles

En lugar de utilizar la blockchain de Bitcoin a través de las monedas de color, la comunidad de Ethereum desarrolló un estándar abierto para emitir tokens no fungibles (TNF) llamado ERC 721. Introducido en 2017, este estándar se usó para Cryptokitties, unas mascotas virtuales que pueden comprarse y venderse como si fuesen tarjetas coleccionables de béisbol.

Aunque son juguetes, los Cryptokitties sirven como ilustración de casos de uso futuros muy interesantes. En lugar de representar una caricatura de un gato, un token no fungible podría estar asociado con un activo más valioso, como una acción de una empresa, un ticket para un concierto o una propiedad inmobiliaria.

Aunque la transferencia de un activo digital esté descentralizada en un blockchain, la emisión de ese activo y la interpretación de lo que representa todavía podrían estar centralizadas. En el caso de Cryptokitties, las imágenes comerciadas residen en un sitio web centralizado. Si ese sitio se cae o la compañía cierra, los dueños de Cryptokitties se quedarán solo con la capacidad de intercambiar bits sin ningún significado.

Cuando se trata de propiedad real, la emisión e interpretación son aún más críticas. La mayor parte de las implementaciones de títulos basados en blockchain no intentan descentralizar la emisión y la interpretación. La emisión, interpretación y ejecución offline de estos títulos son típicamente controladas por gobiernos.

Las monedas de color y los tokens no fungibles sólo resuelven el problema de la transferencia segura de los títulos de propiedad, no de los otros aspectos.

Cryptokitties

Convirtiendo la Propiedad en Capital

Dejando por ahora de pago la cuestión de la emisión de los títulos, ¿cómo pueden los tokens no fungibles resolver el problema del capital de Hernando De Soto? Miller y Stiegler explican que los contratos inteligentes que se despliegan a lo largo del tiempo (al igual que una hipoteca) pueden crear capital.

Usan el ejemplo de una opción de call:

Alice tiene una opción de call cuando tiene el derecho (pero no la obligación) a comprar cierto activo preacordado (por ejemplo, acciones) a cierto precio predeterminado antes de cierto deadline. Esa opción es una opción de call cubierta cuando la contraparte Bob pone en garantía las acciones que Alice podría decidir comprar. (Miller y Stiegler 2004, 75)

Miller y Stiegler interpretan la posición de Alice como la propietaria de un asiento en una mesa de juego – y ese asiento puede ser vendido. La opción de comprar esas acciones por un precio predeterminado es un derecho que pueden ser comprado y vendido.

Las acciones son un derecho en sentido estricto. Pero este derecho a comprar y vender esas acciones es más abstracto.

“En terminología de Wall Street, este nuevo derecho (la opción) es un derivado de los derechos subyacentes más literales (la acción). En terminología de De Soto, si los instrumentos literales son activos físicos, entonces los derechos abstractos derivados por contrato sobre esos instrumentos son un paso hacia ser capital” (Miller y Stiegler 2004).

Gracias al uso de contratos inteligentes, Alice puede convertir ese derecho abstracto (su posición en la mesa) en algo que puede comprarse y venderse. De esta forma, la representación digital de ese derecho se convierte en una mercancía.

El Problema de la Emisión Centralizada

Las monedas de color y los tokens no fungibles suponen al gobierno como emisor centralizado. Sin embargo, muchos de los problemas con los títulos de propiedad comienzan en la etapa de emisión: disputas que nunca fueron resueltas, títulos formales que no coinciden con los contratos sociales locales, y propiedades que tienen muchos dueños registrados (como el caso de Mariana Catalina Izaguirre).

¿Es posible que la emisión también sea descentralizada?

Miller y Stiegler exploran una solución alternativa a la emisión e interpretación de los títulos por parte del gobierno: las agencias de rating.

Al igual que las agencias de calificación de riesgo de bonos, agencias de títulos de propiedad podrían proveer al mercado una “estimación de la probabilidad de que una transferencia de un título sea realmente cumplida… Sencillamente registrando el historial de cada pueblo en honrar transferencias de títulos en el pasado, y asumiendo que el futuro será como el pasado reciente. Esto ubica a cada pueblo en un juego iterativo con el sistema en su conjunto, ofreciendo un incentivo a tratar los títulos como legítimos, sujetos a las tradiciones locales de ejecución. Podemos pensar en esto como un reporte crediticio, no para un individuo, sino para un pueblo y su sistema de leyes” (2004).

Esta descentralización podría tener la desventaja de que habría distintos tipos de títulos de propiedad, y esto podría aumentar los costos de búsqueda de información.

Como sostiene Fairfield: “Un mayor rango de elección aumenta los costos de información. Pero este mayor rango también aumenta la satisfacción. La pregunta es: ¿cómo equilibrar mejor el rango de elección que aumente la satisfacción individual con los costos de información que aumentan por ese rango? Este es un ejercicio de optimización.” (Fairfield 2015, 846).

Esta es una pregunta válida. Pero la realidad indica que, en la mayor parte del mundo, el emisor centralizado no funciona. Así que, al final del día, para muchas comunidades la disyuntiva sería tener títulos de propiedad descentralizados o no tener títulos de propiedad en absoluto.

Bibliografía

Andreessen, Marc. “Why Bitcoin Matters.” The New York Times. Enero 21, 2014.

Breitman, Arthur. “Making Sense of Colored Coins – Tezos – Medium.” Medium. August 17, 2015.

de Soto, Hernando. The Mystery of Capital: Why Capitalism Triumphs in the West and Fails Everywhere Else. New York: Basic Books, 2000.

Duffy, James Martin. “How to Code Your Own CryptoKitties-Style Game on Ethereum.” Medium. December 04, 2017.

Fairfield, Joshua A. T. “Bitproperty.” 88 S. Cal. L. Rev. 805, 2015.

Miller, Mark S., and Marc Stiegler. “The Digital Path: Smart Contracts and the Third World.” In Markets, Information and Communication, 63–88. New York: Routledge, 2004.

Narayanan, Bonneau, Felten, Miller and Goldfeder. Bitcoin and Cryptocurrency Technologies. Princeton, NJ: Princeton University Press, 2016.

Saunders, Philip, The Zone Protocol (With Implementations) (April 12, 2018).

The Great Chain of Being Sure about Things.” The Economist. Octubre 31, 2015.

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Un blog sobre tecnología, innovación y transformación digital. Fintech, legaltech, blockchain e inteligencia artificial. Cómo los emprendedores utilizan las nuevas tecnologías para transformar las viejas industrias.

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Ph.D. Blockchain & Legaltech Entrepreneur. Singularity University Alumnus. Founder at Kleros. Building the Future of Law. @federicoast / federicoast.com