El nacimiento de un Estado de Bienestar para Internet

Federico Ast
Astec

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Una de las grandes noticias de negocios de la semana fue la decisión de Mark Zuckerberg de donar a caridad el 99% de sus acciones de Facebook a lo largo de los próximos años. Es interesante pensar cómo llega alguien a acumular una fortuna de 45 mil millones con sólo 31 años.

Zuckerberg creó Facebook en 2004. Sólo cuatro años después, su fortuna trepó a 1.500 millones. La formación de enormes riquezas como esta son un síntoma del cambio de época de la revolución del software. Hubo otras olas industriales antes durante las que se formaron enormes fortunas, pero ninguna fue tan rápida.

Puede ser interesante vincular esta noticia con un artículo que escribí hace algún tiempo sobre una red social imaginaria llamada Freebook, exactamente igual a Facebook en todos los aspectos, solo que open source y construida sobre una red p2p. Si Facebook es Netflix. Freebook es Popcorn Time. En aquel artículo, decía que Freebook llegaría a desplazar a Facebook.

El post generó bastante repercusión y algunos me pidieron que explique un poco más el asunto. La decisión de Zuckerberg de donar su fortuna me dio el pie perfecto para hacerlo. No sólo pienso que una plataforma open source como Freebook va a desplazar a Facebook, sino también que este cambio va a dar origen a una nueva clase media en Internet.

Facebook, el rey desnudo

En el comienzo, estaba ICQ. Luego, vino MSN Messenger. Después llegaron MySpace y Friendster. Entre 2004 y 2007, Facebook creció como un rayo y se consolidó como líder en una industria donde el ganador se queda con todo.

No hubo un motivo específico por el que Facebook ganó esa carrera. Su tecnología no era significativamente superior a la del resto. Tampoco tenía un know-how que requiriera años de desarrollo. Hoy Facebook no tiene un activo propietario fuerte que sirva como barrera de entrada a su mercado.

Alguien que quisiera competir contra Palantir Technologies, tendría que invertir miles de millones en data science. Competir contra Apple necesita grandes capacidades para desarrollo y diseño de hardware.

La gente usa Facebook, no por su fantástica tecnología, sino porque sus amigos están ahí. Cuando mis amigos migren a otra red social, yo también lo haré. Los efectos de red generan una inercia importante, pero no imposible de romper. Le pasó a ICQ con MSN. Zuckerberg tuvo que comprar de urgencia a Instagram y Whatsapp cuando entraron en dinámicas de crecimiento explosivo.

Facebook vs. Whatsapp
El extraordinario crecimiento de Whatsapp, que puso en riesgo los efectos de red de Facebook.

La consecuencias distributivas de los efectos de red

Fuertes efectos de red tienden a generar estructuras de mercado donde el ganador se queda con todo. Y las industrias donde el ganador se queda con todo suelen generar una formidable concentración de ingresos. Por eso, los accionistas de Facebook multiplicaron infinitas veces su inversión.

El modelo de negocio de Facebook se construye sobre su posición de intermediario entre usuarios. Por cada minuto que permanecemos en sus servidores, Facebook acumula datos sobre nosotros: qué nos gusta, qué temas nos interesan y con quiénes interactuamos. Luego, usan estos datos para vender publicidad a los anunciantes.

Estas empresas son lo que Jaron Lanier llama Servidor Sirena. Su nombre viene de las sirenas de la mitología griega, que atraían a los navegantes con su canto para matarlos. El canto seductor de Facebook es su servicio “gratuito” de conectarnos con nuestros amigos y seguir los temas de nuestro interés. Lo mismo Google, con su servicio “gratuito” de email, su buscador y demás.

Nos atraen con el canto, nos sacan todos los datos posibles y los venden a sus anunciantes. Las fortunas puntocom se construyen sobre este tipo de efectos de red y esta clase de intermediación.

Ulises y las Sirenas
Ulises atado al palo de su barco para no sucumbir a los encantos de las sirenas.

¿Puede Freebook crear un Estado de Bienestar para Internet?

Recapitulemos. Entre 2004 y 2007, un producto llamado Facebook, por una serie de casualidades arbitrarias, conquistó una masa crítica de usuarios y se erigió en líder de una industria donde el ganador se queda con todo. Esto permitió a su dueño amasar una fortuna colosal en tiempo récord.

Pero Facebook no tiene otra ventaja competitiva más que la inercia de los usuarios de coordinarse para usarlo todos los días. Los casos de Instagram y Whatsapp demostraron que la inercia es vulnerable. Si los usuarios se coordinaran para usar Freebook, una plataforma open source y p2p, un mundo de posibilidades se abriría en el horizonte.

Sería posible desarrollar un esquema de monetización basado en criptomonedas, donde los usuarios cobraran cierta cantidad de dinero en función de la popularidad de sus contenidos, medidos en cantidad de likes u otros criterios de determinar. Si esto ocurriera, los ingresos que hoy acumula Zuckerberg empezarían a distribuirse entre todos los usuarios.

La misma lógica sirve para todos los demás Servidores Sirena de los que habla Jaron Lanier: YouTube, Twitter, etc. Si fuesen reemplazados por productos open source, los usuarios empezarían a recibir micropagos por las contribuciones que hacen en ellos, en lugar de que se concentren en los dueños de las plataformas. La experiencia de uso sería la misma. Solo que, en lugar de loguearnos en facebook.com lo hacemos en freebook.com.

Bajo estas nuevas reglas, la distribución de estos recursos terminará formando una nueva clase media. En industrias de fuertes efectos de red, donde el ganador tiende a convertirse en un monopolio natural y a quedarse con todo, estas plataformas p2p pueden ser el equivalente del Estado de Bienestar para la era de Internet.

Todo esto es lo que subyace a aquel artículo de Freebook vs. Facebook. Es perfectamente factible. Sólo hay que desarrollar la plataforma (si Linux lo logró, se puede hacer), pulir el método de monetización (work in progress) y que la gente empiece a usarla.

Facebook puede parecer un gigante. Pero, en el fondo, Zuckerberg es como el Mago de Oz, un viejito entre bambalinas operando palancas y haciéndonos creer que es un monstruo invencible.

Mago de Oz
El momento en que Dorothy, el Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León descubren que el Maravilloso Mago de Oz era una farsa. ¿Pasará lo mismo con Facebook?

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Federico Ast
Astec
Editor for

Ph.D. Blockchain & Legaltech Entrepreneur. Singularity University Alumnus. Founder at Kleros. Building the Future of Law. @federicoast / federicoast.com