Reglas simples: ¿Qué no preguntarle al Tarot?
Debido a la charlatanería y también a la desinformación, muchos llegamos al tarot con curiosidad por saber ciertos datos, pero también, preguntando cosas que no deberíamos.
Empecemos por entender que el Tarot es una herramienta de conocimiento propio, es un medio por el cual podemos escuchar lo que nuestro subconsciente tiene para decir, afirmar esas cosas que ya intuímos pero nos negamos a nosotros mismos.
El tarot no es una forma de adivinación del futuro y quién lo usa para estos fines, generalmente, no le va muy bien ya que cada uno es dueño de su destino y puede cambiarlo a voluntad. Si me preguntan, a mi me parece que el tarot es un buen mapa de ruta para entender qué nos frena, qué nos ayuda y qué es vital en nuestra jornada. Nada más y nada menos.
Así que cuando te acerques al tarot, ya sea por primera vez o ya lo hayas hecho antes, piensa en el tipo de pregunta que vas a hacer, con esto en mente:
No preguntes por el futuro
Estás en control de tus acciones únicamente. Hacer preguntas como “¿Conseguiré ese trabajo?” o “¿me casaré este año?” es infructuoso. En cambio, pregunta por cómo lograr eso que tanto quieres que suceda: ¿qué puedo hacer para conseguir el trabajo que tanto quiero?” o “¿cómo puedo mejorar mi relación con XXXX?”
No preguntes por terceros
El tarot trabaja con energías, la tuya y la de quien te lee las cartas. Por ello, preguntar por personas que no están presentes no solo es infructuoso, es poco ético. No te gustaría que preguntaran por ti sin tu permiso, ¿cierto? Lo mismo pasa cuando quieres preguntar por alguien más. Preguntas como “¿Qué piensa Juan de mí?” no valen. En cambio puedes preguntar cómo mejorar, afianzar o manejar las situaciones con otras personas. Recuerda, estás consultando a tu subconsciente, no al de los demás.
No preguntes por cosas que puedes saber por otros medios
Preguntas como “¿Estoy embarazada?” o “¿Estoy sufriendo de tal enfermedad?” o la clásica “¿Cuándo voy a morir?” son preguntas para tu médico, no para tu tarotista. No somos profesionales de la salud y tampoco sabemos cuándo empiezan o terminan las vidas de los demás.
No preguntes por números de la lotería
O cualquier juego de azar. El Tarot no te va a dar mágicamente cifras o respuestas a lo que no ha sucedido. Tampoco preguntes por decisiones importantes de inversión como “¿Debo invertir mi dinero en DMG?” (NO!), es mejor consultar esto con expertos en finanzas.
No preguntes por lo obvio
Si ya sabes la respuesta a la pregunta que vas a hacer es innecesario buscar confirmación. “¿De verdad me quedé sin ese trabajo?”… NOPE.
Si es una situación que quieres mejorar, puedes preguntar qué hacer para fortalecer o colaborar con su solución.
El tarot es de preguntas lógicas, con sentido y sobre todo, con intención. Si no pones de tu parte y no tienes claridad a la hora de llegar a tu consulta, lo mismo se verá reflejado en las respuestas que recibas. Recuerda que el conocimiento propio parte de sí mismo, de un interés por crecer y mejorar.
