Una excusa no pedida

O. Onetti
Revista Tlajtoli
Published in
2 min readApr 24, 2017

Para algunos, el escritor como creador surge más que nada por una acumulación de ideas autodestructivas, nace para matar el tedio antes de que el tedio acabe con la salud mental propia, o para sublimar las mortificaciones personales en el proceso de transcripción de los sentimientos.

Hace poco leí que para ese cierto autor, lo que se dice mediante la escritura no es más que la necesidad expresarse. De escribir porque sí, de una llamada del autor más por la creación que por la inspiración o una idea. Para algunos, el escritor como creador surge más que nada por una acumulación de ideas autodestructivas, nace para matar el tedio antes de que el tedio acabe con la salud mental propia, o para sublimar las mortificaciones personales en el proceso de transcripción de los sentimientos. Pareciera ser que se pensara la escritura como una evidencia del agobio ante la realidad, y que de alguna manera compulsiva o quizá obsesiva castiga al escritor con el recuerdo y la magnificación de los errores propios para las miradas ajenas.

Los hechos vuelven a algunos seres taciturnos, solitarios, ajenos al entorno, de la familia, y en ocasiones, esos sentimientos de vacío y aislamiento empiezan a tomar forma con la palabra, cobran figura como columnas de humo a través de la poesía, el ensayo, la narrativa, el teatro.

Creo que eso fue lo que descubrí un día, cuando de pronto tuve la necesidad de darle un espacio a mi voz, o a las voces de otros tantos que vendrán de vez en cuando para contarles unas cosillas, que espero, no sean tan ajenas a quien las lea.

--

--