Los caballeros y el zodiaco

Estefania CA
Atrabancadas
6 min readAug 25, 2021

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Cortesía de Estefanía CA

El zodiaco empieza con las madres. Todavía recuerdo la ignorancia y el no entender a qué se refería cuando, aun así, mi mamá me comunicó: “Eres leo y yo soy acuario. Tu papá también es leo”. Cuando llegó mi hermana, tardé en enterarme que es libra. Por años desconocí hasta lo más básico acerca de qué significaba todo eso. Era información a medias que se complementaba con mi contemplación del arte que a partir del 2000 empezó a adornar los horóscopos de la Vanidades. Eso fue mi primer acercamiento, observar las imágenes y encontrar “LEO: este mes…” Nunca creí en las predicciones ni en lo que me pedían que hiciera (era una niña). Lo olvidé por un tiempo.

En momentos diferentes e insignificantes, recuerdo más conocimiento: acuario no es signo de agua, es de aire; tu signo es de fuego; Tauro, Virgo y Capricornio son de tierra; Piscis, Cáncer y Escorpión, agua y estos de aire… los signos “X” son los peores… Después, me metí en todo esto, así, de lleno, por los memes (cosa importante en mi vida, los memes me dieron mi título, alivio diario, grandes revelaciones y me han llevado a aprender de cine, música o anime). Aprendí el zodiaco y quise sacar toda mi carta gracias a ellos que, conforme más información sabía, más precisos eran los chistes y el humor.

Inicié yo misma sacándola en una página que nuestra amiga experta en astrología nos recomendaba. Después, esa misma amiga me explicó todo lo que debía saber de esa carta. Por último, me atreví a bajar una app donde puedo husmearla y ver consejos o consuelos astrológicos y, si mis amigxs la tienen, puedo ver cómo y en qué combinamos. Como cuando era niña, a pesar de todo lo que sé, encuentro en las personas voluntades fuertes que no dependen de las estrellas (si ni siquiera creo que Dios nos puede controlar, imagínate los astros). Aún no me convence el dictado de acciones que hay que llevar a cabo en tiempo y forma para navegar con el cielo, pero qué divertido es.

Poco a poco, descubría constantes: que casi todos mis mejores amigxs son de signo aire, y, si no, capricornio o sagitario; que los hombres Virgo me resultan irresistibles y a la vez no puedo soportarlos; que los escorpio realmente no son malos; que si alguien es libra es casi seguro que nos llevaremos bien y que quizás encuentro más verdades en esto de las que la gente está cómoda aceptando u observando. Esa es gente que se enoja porque quiere. Y la mayoría de esa gente son, sí, hombres hetero cis. Otro meme, de otra amiga, fue el culpable de esta revelación. Decía algo así:

“Los hombres odian la astrología porque no te la pueden explicar”.

Y me explotó la mente. Tal vez era por eso. Las personas que odian el zodiaco son esos que no tienen ni idea de qué se trata, y que ni quieren saber. O esos que creen que nos amparamos bajo estas creencias por débiles mentales, pseudocientíficos charlatanes. Les repateaba que les dijeran “U r so x signo”. Indirectamente se quejaban o hacían menos a quien se atrevía a seguir alguna de estas cosas astrales. El pendejeo ya lo superé por católica, porque igual cómo les gusta decir que los creyentes somos tontos, mientras se le arrodillan a un director de cine, músico o filósofo. Y al parecer es la misma gente que se queja de ambas cosas.

Además de no poderlo explicar o, más bien, por no poderlo explicar, no se divierten con él. Pero tampoco aceptan la invitación a las risas o la curiosidad, ¿qué será? ¿Todo lo pseudo les resulta demasiado femenino, superficial? Que a veces creo que en su cabeza tienen esas categorías mezcladas: las mujeres, preocupadas por la belleza, los chismes y el glitter resultan, también, estar ocupadas en la astrología. Como si no fuera igual en ambos casos, digo, por los famosos fifas, foncas, fanáticos de saberse cada marca de auto. No entiendo (la mayoría de) sus diversiones: que no entiendan las mías. Que es otra de las razones por las que me encanta. Soy muy feliz al compartir los memes, las representaciones gráficas de mis placements, los chismes y el morbo de las compatibilidades: todo es increíblemente divertido. ¿Ellos no le entran? Vale, pero que no chinguen. Que, si lo pensamos bien, les encanta arruinar lo que nos gusta y hacernos sentir incómodas por lo que sea, namás que por esto ya cachamos: nos les salimos del huacal y por eso andan tan berrinchudos de pronto.

Con mi propio padre me ha pasado cuando mi hermana y yo decimos al unísono “Qué leo eres” él dice “yo soy lo que yo quiero” y, claro, qué leo es eso de su parte. Pero su conducta la atribuyo más al rechazo de esta actividad por pecaminosa, por su amor a los datos duros y odio por todo lo que le haga percibir un breve aroma a farsa.

Vuelvo al tema de la ciencia: hay, también, señores o jóvenes convencidos de que sólo las mujeres creen en esto porque somos proclives a creer en cosas que no existen. He encontrado foros donde andan inventando que es porque siempre andamos buscando respuestas para nuestras emociones tan intensas, o para encontrar pareja, o que nos gusta andar de brujas… El siglo XXI no se aleja para nada del XIX en los juicios que aún se nos aplican.

Lo diferente y bonito es decir “So what?”, al menos a mí, no me interesa que esto sea científico o no, si es “cierto” o no. Es relajante saber que muchas amigas mías han abrazado la idea de que no vamos a renunciar a nuestro propio solaz y contento para regalarle satisfacciones a los que no se saben divertir, ver patrones o soltarse y dejarse ir en nuevas formas de interpretar la realidad que, de pronto, se puede volver increíblemente insípida. Es verdad, la ciencia te arroja hechos hermosos y terribles, mensurables; pero las cosas no necesitan ser “reales” o “concretas” para ser apreciadas, interesantes, útiles o estudiadas.

Recuerdo que una vez un ex crush me dijo algo como “Pues, es que si tu carta te arroja que eres tal signo, entonces tú vas a empezar a creer que es eso, vas a intentar encontrar relación entre tu signo y tus actitudes pasadas. Incluso puede que comiences a actuar de cierta manera para ir acorde a tu signo”, respondí que podría ser verdad, pero que eso no le quitaba lo divertido o entretenido al hábito de subir historias de mi cara diciendo que soy leo. Si es un juego o si creemos que es verdad, ¿qué importa? ¿Por qué todo tiene que ser “cierto” para algunas personas? Adivinen dónde está su sol. Que se retuerzan del coraje, cringe o cualquier tipo de malestar, que eso no les va a dar más conocimiento ni entendimiento de nada. Mientras, yo seguiré preguntando sus fechas de cumpleaños.

Ya para cerrar, les cuento que también en la vida he encontrado (muy pocos) otros que se dejan seducir y conducir por el conocimiento astral, donde un ciego (yo) guía a otro ciego. Otros que van a la par o ya le sabían antes que yo, con quienes comparto memes y, a veces, opiniones de los otros signos y colocaciones planetarias. Ellos aprendieron o supieron cómo divertirse y entenderse con las magas. Menciones especiales a Walter Mercado y el señor que hablaba de la compatibilidad en Doce Corazones, otro show mega sexista pero que no me negaba a ver todas las tardes después de la primaria; donde no entendía nada del match entre signos, pero encontraba más respuestas sobre qué era ser Leo, Libra, Acuario, Sagitario o lo que sea.

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