Mundos

Yessica Puga
Atrabancadas
3 min readJan 17, 2022

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MUNDOS

Soy todo lo que no lees de mi Twitter,

pero también los memes que comparto en Facebook,

las canciones que guardo en Spotify

y lo que escribo en GDrive.

Soy las fotos que tomo con el celular,

los lugares que frecuento cuando salgo a pasear,

mis decisiones alimenticias

y la gente que amo;

también lo que me irrita

y me atormenta.

Soy mis círculos viciosos,

mis traumas repetidos

de modo situacional

y, casi todos, irracionales.

Soy las circunstancias

que aunque no quiera

me circunscriben en un tiempo y espacio presentes,

el deseo constante de ser libre

y la perpetua batalla contra mí misma.

Soy mis pensamientos que angustian y desarman,

pero sobre todo la guerra ficticia

de querer huir sin nunca lograrlo,

la sensación de no pertenecer

y saber, pese a todo, que formo parte de un engranaje

que es más grande que yo.

RUTINAS

Había tantas cosas por hacer a diario,

y, sin embargo,

¿por qué tendría que forzarme?

Caminar con la espalda recta,

la cabeza en alto,

bien aseada y vestida.

Hay personas que poseen más arrojo que otras;

aún no entiendo por qué.

Se me están cerrando los ojos

bajo la luz del día;

el café no despierta,

la música no reanima.

Dopamina, serotonina.

Cuando tienes ganas de vivir

(o sobrevivir)

no existe demasiado dolor,

ni siquiera el físico.

El dolor del alma

quizá ni siquiera sea real.

Dicen que sabes que estás en tu camino

cuando sientes la alegría de vivir.

¿Qué tal que la alegría no sea exactamente felicidad?

Si el vacío está de fondo,

¿qué es lo que hay detrás o dentro de él?

DESESPERANZA

Victoria perdida,

impresión de ruptura primera,

fatídica,

¿inventada quizá para justificar el dolor?

¿A qué cielo aspiran tus manos?

Las manos no existen

(o son algo pero no manos),

el cielo es bruma.

Si existió en ti esperanza de un ideal,

destrúyelo, antes de que te destruya a ti

o te destruyas tú por él.

Los ideales difícilmente se corresponden

con la realidad,

y aunque duele aceptarlo,

duele más tener esperanza y fe

y que mueran un poco a diario.

“¿Sabías que la tristeza te está matando?”

“No hagas de la tristeza tu forma de vida”.

Resignación.

Ola expansiva.

El dolor se comparte,

la felicidad y estabilidad también.

¿Pero yo no soy este cuerpo

ni esta emoción?

Deseo de trascenderlo.

¿Cómo se apagan los pensamientos y emociones?

¿Cómo se logra el placer sin rebasar el dolor?

O, más bien,

¿cómo se supera el dolor para alcanzar el placer?

ENCUENTROS

Cierro los ojos para que no entres,

si no te veo no existes.

Adentro todo es negro.

Afuera, la luz es apenas un candor.

Siento tu cuerpo sobre mí;

me doy cuenta que adentro

sólo existe si yo lo revelo.

Me quedo entonces callada,

respiro, pero no me muevo.

Yo no existo si no me ves

(y así me matas

o así me mato yo pensando

en la paradoja del árbol que cae en mitad del bosque

sin que nadie lo escuche).

Algo entonces se evapora,

se va difuminando,

como un charco a mitad de calle

en una tarde muy soleada

de los días de canícula.

Fotografía por Eugene Liashchevskyi /Pexels

REFUGIOS

I

Mi mundo es un cuarto gris

con muros elevados al cielo,

vientos de octubre traspasan.

Yo quería que fueras mi hogar,

mi refugio.

Dijiste que tú eras tu propio refugio.

II

Tu piel es un recubrimiento,

contacto primero convertida luego en coraza

Nos pertenecemos de la piel hacia adentro.

Ya no quiero amar con el corazón expuesto.

III

Crecer es aceptar la soledad

y a veces consolarse.

Que fueras mi soporte, mi apoyo,

que el mundo afuera, aún más gris,

se detuviera en ti sin romperme.

IV

Acepto mi soledad intrínseca,

la compañía grata siempre a medias,

tu mundo lejos de mis muros,

terquedad de no entender que a veces,

muchas veces,

quiero exiliarme de allá afuera.

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Yessica Puga
Atrabancadas

Victorense viviendo en el Edomex. Veo, analizo y me hago bolas sola.