No quiero ser una mujer empoderada

Hassadah 🪬
Atrabancadas
2 min readMar 25, 2022

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Fotografía por Anna Urlapova de Pexels

Hablemos de empoderamiento y por qué estoy en contra.

Mi feminismo me ha llevado a creer en mí misma, a conocerme y saber quién soy: no nada más me ha hecho una mujer radical, sino que he recuperado mi libertad y la de mis ancestras; sin embargo, me convirtió en una mujer empoderada, y hasta hace unos meses creía que estaba correcto.

Primero, aclaramos que esta es mi perspectiva y mi intención no es ofenderte, si no abrir un nuevo panorama.

Hace unos meses atrás creía arduamente que debía ser una mujer empoderada, pero hoy renuncié a ello. Y no falta la voz de la crítica gritando no se te da gusto, ¿para eso luchaste?, pero déjenme explicarles mis razones.

El poder no tiene fuerza si no se está ejerciendo sobre alguien o algo. Viene a mi memoria la frase “uno de los grandes males es el poder”, y ahora logro comprender su porqué: poder es pisar.

Empoderamiento es escalar una montaña dejando a todas atrás, es que nuestros pasos avienten pequeños riscos: en el empoderamiento solo gana una.

No quiero ser una mujer empoderada que tiene que ir sobre otra para poder brillar, no quiero ser la mujer que opaca a las demás, ni mucho menos quiero ser una mujer que ejerce poder sobre otra privándola. No quiero ser una mujer empoderada.

Este “empoderamiento” es el romanticismo de la frase “el enemigo de una mujer es otra mujer”. Ya basta. No somos una competencia, somos aliadas que se benefician de manera equitativa entre ellas. El mismo patriarcado se quiere meter al feminismo con frases endulzadoras que tiene un trasfondo de riña entre mujeres.

No se trata de saber quién es mejor, se trata de dar a conocer la luz radiante de conocimiento que tenemos las mujeres.

Te amo y deseo que seas una mujer libre. No permitas que tu “empoderamiento” te nuble tus ojos y termines pisando al resto de tu manada, hermana.

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