José, una historia inconclusa de desarrollo

Martha Cruz
Aula 206
Published in
5 min readJun 7, 2016

--

Desde el 2013 al 2015, el aumento de la tasa de mortalidad de hombres, entre 15 y 19 años, ha estado en constante crecimiento. Esto no es un dato positivo, ya que son parte de la población en edad para trabajar que aportan al crecimiento económico de El Salvador y debido a su corta vida no pueden generar desarrollo al país.

Foto tomada de Internet.

La muerte visitó su puerta antes de lo que él pensaba, rompió el ciclo natural de la vida donde el hijo entierra a su madre, ya que sucedió todo lo contrario. Por confidencialidad llamaremos al protagonista de la historia José. Un joven de 18 años que junto a su hermano tuvo el sueño de montar una empresa, de servicios de seguridad privada, ya que deseo seguir los pasos de su tío, que después del abandono de su progenitor, se convirtió en su padre. Con esto pensaba ofrecer una mejor calidad de vida a su mamá y a su pequeña hermana. Asimismo, recorrer el país en busca de lugares asombrosos, porque amaba la aventura, el deporte extremo y la vida en todo su esplendor. Pero cuando menos lo esperaba su vida se detuvo.

Este no es un caso único. Existen muchas familias en El Salvador donde los hijos son asesinados por diferentes causas; no tienen la oportunidad continuar con su preparación académica, para obtener mejores oportunidades y ayudar en su hogar con una mejor calidad de vida. Según datos de Medicina Legal, durante el 2013 la tasa de mortalidad es más alta en las edades de 15 a 19 años, con 474 muertes al año; equivale al 18.9% del 100%. La frecuencia de muertes es de 38 mujeres y 436 hombres.

Homicidios de hombres entre 15–19 años de la zona central de El Salvador y armas utilizadas para cometer el delito. Cifras obtenidas de Medicina Legal.

Durante el 2014, el rango de edades que registra mayor número de homicidios es el de 15 a 19 años, con 86 personas fallecidas a causa de la violencia. Una de las causas obedece a que la mayoría de jóvenes reclutados por las pandillas está en ese rango de edad y por ende son victimas fáciles de asesinatos.

Por un lado, las muertes, según la institución, se deben a la delincuencia, riñas entre pandillas o problemas con estas. Sin embargo, los asesinatos por disputas se pueden evitar si desde la temprana edad se brinda formación de calidad a los niños en escuelas.

La educación es uno de los principales factores que fomentan desarrollo sobre una población, pues permite el progreso de la persona y de su familia. El aumento de los niveles educativos del país tiene efectos positivos, sobre factores clave para el progreso y bienestar, como la productividad, el ingreso, el empleo y el emprendimiento. Además, la Organización Internacional del Trabajo menciona que se permite la construcción de la ciudadanía, la identidad social y el fortalecimiento de la cohesión social, mediante el trabajo de las personas en edad para laborar.

Si lo anterior se cumpliera, José podría haber fundado su empresa de seguridad, con la que tanto soñaba. Con mucho esfuerzo la empresa hubiera brindado empleos a otros jóvenes, ya que él creía en el talento de las personas, más de los adultos que empezaban a vivir y que nadie les abría las puertas de su primer empleo. Pero debido a su muerte, José no pudo ayudar a que el 35% del PIB que generan las PYMES, aumentara. Tampoco al crecimiento de la creación de cerca de 700.000 empleos directos nuevos del 2015.

Pero en el 2013, año en el que José murió, los departamentos con la más alta cantidad de homicidios fueron: San Salvador con 785 y La Libertad con 235. En cambio, los dos departamentos con menor cantidad de homicidios eran: Chalatenango con 54 y Morazán con 47. Los lugares con más muertes son donde se concentra el mayor progreso del país.

Incluso, en el 2014 el rango de muertes, en las edades de 15 a 20 años, se mantuvo en aumento a comparación de personas mayores o menores. Las cifras de muerte de hombres fue de 3,615 y de mujeres 294, una diferencia significativo. De modo que, José tuvo el infortunio de pertenecer a la tasa de mortalidad masculina de este año.

Un dato alarmante es el rápido aumento de homicidios en las edades de 15 a 19 años, del 2013 al 2015, ya que los hombres mantienen la tasa más alta de muertes con un total de 2,156.

Para el sociólogo, Fabio Aguilar, la alta tasa de mortalidad de hombres que están en la edad propicia para trabajar, influye de gran manera en el país, porque reduce la mano de obra para el desarrollo y dinamismo de la economía. A esto, se le suma que el clima de violencia generalizado que vivimos se lleva tras de sí la vida de muchos jóvenes, por ende, las buenas relaciones de la sociedad que pudiesen existir se rompen, y los más afectados siempre son los miembros de las clases sociales bajas. Esto detiene el desarrollo social porque no puede haber evolución de pensamiento, si las relaciones siguen siendo de producción y no realmente humanas. Es decir, si un niño logra crecer lejos de la violencia, llegar a la edad para laborar, pero es excluido de la sociedad, no tiene igualdad de oportunidades.

Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples del 2014, la Población Económicamente Activa, definida como la parte de la Población en edad de trabajar (PET), que realiza alguna actividad económica u ofrece su fuerza de trabajo al mercado laboral, está constituida por 2,842,997 personas. El 58.5%, del total mencionado, es representado por el sexo masculino. Es decir, 1,663,153 hombres pueden generar desarrollo a sus familias y al país, pero se ve obstaculizado cuando son asesinados.

La sociedad no se estanca nunca, ya sea para bien o para mal, el dinamismo social siempre existe. Si es referente a detenerse en la categoría desarrollo, como se concibe a nivel mundial la capacidad económica de un país, El Salvador sí lo ha hecho. Es más, ha estado paralizada durante mucho tiempo, porque las mayores riquezas que produce la gran parte del comercio están en manos de una minoría y la miseria que produce éstas cae sobre las espaldas de la inmensa mayoría de la población del país. Como lo afirmó OXFAM, en su informe Un acercamiento a la desigualdad en El Salvador, en una población de 6.2 millones de habitantes, 160 personas acumulan una fortuna de $21.000 millones de dólares

Es interesante observar lo que esto pueda ocasionar, pero lo es más, lo que ha logrado hasta hoy. La criminalidad actual puede traer muchas consecuencias, como que las personas tomen la justicia por sus manos y se desate un caos social, para demostrar que solo de esa forma puede salir de su miseria.

En el caso de José las consecuencias fueron no haber fundado su empresa soñada, no aventuras, ni generación de empleos, ni aportar, aunque en menor medida, al desarrollo del país de las minorías. José, al igual que otros jóvenes, dejó una historia inconclusa, que de haber tenido más vida hubiera ayudado a construir un mejor país. Ahora a la familia de José no le queda más rezar cada año a su Dios para que su hijo y hermano esté en un mejor lugar, porque el emprendedor de la familia falleció junto con sus sueños.

--

--