A solas y con tu celular: neurobiología de la pornografía.
Edición: Juan José Oñate
Para leer las investigaciones, consulta el Apéndice 1
Empezamos con que: el autocontrol se ve rebasado en situaciones excepcionales (como el actual aislamiento) y quien lo pierde terminará manipulado por alguien más.
El autocontrol es difícil de determinar, el sistema nervioso está diseñado para automatizar acciones del cuerpo y la conducta no es la excepción, puedes intentar controlar tus respiraciones o tu ritmo cardíaco en todo momento y ve si es posible. Y la excitación sexual no es la excepción, y será sencillo contrastarlo con las vivencias propias de todos los días. Esto proviene del libro de Gary Wilson “Your brain on porn” donde explica lo que acontece a nivel neurológico y las consecuencias que acarrea. El texto lo he traducido al español, en algunas partes íntegras, en otras sintetizadas, siempre comprensible y sin alterar las ideas principales.
- - Circuitos cerebrales.
Los circuitos más primitivos del cerebro gobiernan las emociones, motivaciones, impulsos, y la toma de decisiones subconscientes incluyendo el deseo, el sexo y el placer. El deseo y la motivación en la persecución de la excitación sexual dependen de la dopamina, un químico neurotransmisor. La dopamina estimula el llamado “Circuito de Recompensa”. Es aquí donde experimentas deseos intensos, ansias de algo, placer, y donde se forman las adicciones también. Este circuito comanda a hacer cosas con el fin de sobrevivir y se traspasa por los genes.
En la punta de la pirámide de las recompensas humanas está la comida, el sexo, la amistad, las relaciones íntimas, y las novedad y son recompensas naturales en comparación con sustancias adictivas. A mayor sea el torrente de dopamina, más desearás algo, sin ella, pasarás de largo. Es también el indicador con el que se mide el valor potencial de cualquier experiencia, decidiendo a que aproximarse y qué evadir, o dónde colocar tu atención. Además, indica qué hay que recordar, reconectando, creando o reforzando conexiones nerviosas. La estimulación sexual y el orgasmo son los disparos más grandes de dopamina y opiodes endógenos que están disponibles naturalmente en nuestro circuito de recompensas.
Erróneamente se conoce a la dopamina como la molécula del placer, y es en realidad para la búsqueda del placer y no el placer en sí mismo. La recompensa final o la experiencia del placer involucra la liberación de opioides endógenos (o sea, se producen dentro de ti). El clímax del placer surge de una gran liberación de estos opiodes. Formas más suaves de este fenómeno son esos momentos de alivio como beber agua fresca en un día caluroso. En contraste, los aumentos de dopamina urgen el terminar en un orgasmo, o encontrar dicha agua para beber.
Si bien la dopamina es para querer y el opiode al placer, estas funciones no están separadas en el cerebro. También el sistema dopaminérgico es más fuerte que el opiode, ya que buscamos más de lo que nos satisfacemos pues lo que nos mantendrá con vida es la búsqueda constante y no un estado de estupor y satisfacción permanente, por lo que pensar en un estado de felicidad sin fin es absurdo.
2.- Sobre-estimulación.
En los desbalances de la sobre-estimulación crónica (la saturación de un estímulo de forma prolongada e indefinida, o duro y dale con lo mismo), el querer y los deseos impulsivos se incrementan mientras el gusto y el placer bajan, en pocas palabras: la adicción es querer más mientras gradualmente se disfruta menos. ¿Por qué? La dopamina surge para la novedad: un nuevo dispositivo, un nuevo vehículo, una potencial nueva pareja sexual. La emoción se va cuando los niveles de dopamina caen, o sea, cuando el mismo estímulo se repite, el interés decae. Wilson observa en su estudio del consumo de pornografía que la novedad está sólo a un clic, con múltiples pestañas abiertas, se puede experimentar “algo nuevo” cada diez minutos o menos. Y lo mismo sucede en cualquier momento como el ocio de navegar en distintas páginas, el comercio electrónico, una serie, una transmisión por streaming, o contenido de “youtubers”. Aunque los efectos, las consecuencias, y las áreas afectadas del cerebro son distintas.
3.- Estímulos supra normales.
Diversos estados emocionales (ansiedad, vergüenza, impacto, sorpresa) no solo elevan la dopamina, también incrementan los niveles de hormonas de estrés y neurotransmisores (norepineprina, epineprina, cortisol). Estos químicos también incrementan la excitación y amplifican los efectos ya poderosos de la dopamina. Con el tiempo, el cerebro confunde sentimientos de ansiedad y riesgo con excitación sexual, lo que en los usuarios de pornografía explica porque escalan a formas mas extremas. Posteriormente, estos estímulos supra normales se vuelven la prioridad principal, suplantando a los originales, esto es, es prioridad masturbarse con pornografía que el coito con una pareja real.
Es posible que esta sea la razón de que muchas personas piensan y toman decisiones en función de que lo prohibido es más excitante.
4.- La estimulación sexual y las sustancias adictivas comparten mecanismos neurológicos.
Estudios encontraron que la metanfetamina y la cocaína se apropian de los mismos mecanismos neurológicos que evolucionaron para el condicionamiento sexual. Tanto el uso de sustancias como el sexo, aumentan los niveles de la proteína DeltaFosB, que activa genéticamente las adicciones y los cambios que se generan son casi idénticos tanto para el condicionamiento sexual como para el uso de sustancias. Los altos niveles de esta proteína reconectan al cerebro para desear “eso” lo que sea que “eso” sea. Ya que múltiples cambios hormonales y neurológicos de naturaleza temporal (o sea, no permanentes) ocurren durante el orgasmo no suceden de la misma manera con otros mecanismos de recompensa, deriva en que los dichos de los “expertos” de que todos los mecanismos de recompensa son por naturaleza, iguales, no tiene sustento. La cocaína y la pornografía activan las neuronas sexuales y, un atardecer, no. Sin embargo, hay también diferencias, y es erróneo sostener que son equiparables, ya que los mecanismos cerebrales del sexo son particularmente más susceptibles durante la adolescencia (posiblemente durante toda la vida) Es decir, sólo la pornografía en línea (y de realidad virtual) tienen la capacidad de construir el circuito cerebral del sexo y la reproducción o alterar los gustos sexuales.
5.- Anular la satisfacción normal.
El “mecanismo de atascón” es una ventaja evolucionaria que permite anular los mecanismos de satisfacción (“estoy satisfecho”) en una situación de supervivencia. El consumo en exceso de comida o de sexo mandan una señal al cerebro de que te ganaste la lotería y desata un poderoso incentivo neuroquímico para tener más. Por ejemplo, los lobos, cuando encuentran una presa jugosa, se devoran hasta 20 libras de carne y en temporada de apareamiento tienen todo un harén para preñar. Es justamente lo que sucede con la pornografía en internet, el cerebro mamífero (más primitivo) asume “mucho” como “valioso” por lo estimulante que es. El cerebro al excitarse no distingue entre la pareja real y la escena filmada y como no tiene fin, puede ir de forma indefinida, sin importar lo que sea necesario. Sin embargo, el cerebro no está preparado para una situación de estimulación sin límite.
5.- La adicción y el condicionamiento sexual
El condicionamiento sexual (lo que excita) y las ansias (por consumir una sustancia) involucran el mismo cambio en el cerebro: la sensibilización. El aumento de la dopamina detona la producción de DeltaFosB (un factor de transcripción) que se acumula lentamente en el circuito de recompensa en proporción de la cantidad de dopamina liberada, cada vez que se satisface con recompensas naturales o cualquier abuso de sustancias. En detalle es:
La dopamina dice “esto es importante, debes hacerlo una y otra vez”. El DeltaFosB se encarga de que recuerdes y repitas esa actividad. Lo consigue reconectando tu cerebro para desear aquello con lo que te has dado atracones. Al acumularse con cada disparo de adrenalina, la urgencia de repetir la conducta se vuelve más fuerte con cada ciclo. El cerebro vincula las células de la excitación sexual (el Circuito de Recompensa) con las células nerviosas que guardan recuerdos con los eventos asociados a la excitación. La actividad repetitiva fortalece las conexiones, y dentro de estas conexiones están los detonadores, que evolutivamente sirven para detectar y no perder oportunidades.
Pero en la adicción los detonadores se manifiestan de otra forma. En un alcohólico puede ser el aroma de la cerveza, en un usuario de porno puede ser ver en su teléfono un post de Instagram de una modelo (con su vínculo para acceder a mas contenido por una módica cantidad). Todo esto sucede de forma inconsciente, lo único que se puede alcanzar a notar es la urgencia de ver pornografía. Si bien después de dos meses del último atracón los niveles del DeltaFosB se reducen, las conexiones que quedan como producto de la sensibilización durarán probablemente para toda la vida. Además recordemos cuando el mismo estímulo se repite, el interés decae, pero, ¿por qué?
6.- El cerebro contraataca.
CREB es una molécula que funciona a modo de freno. Irónicamente, altos niveles de dopamina también estimulan la producción de DeltaFosB y de CREB. Esto es un mecanismo de balance que no se desarrolló lo suficiente para lidiar con reforzadores como el alcohol, sustancias, o pornografía, que fácilmente pueden anular cualquier mecanismo de satisfacción (incluido el CREB). El efecto que produce el CREB al inhibir el placer es llamado desensibilización y esta lleva a la tolerancia es decir, la necesidad de una mayor dosis para obtener el mismo efecto. Esto nos deja aburridos, insatisfechos, y buscando cualquier cosa que incremente los niveles de dopamina. En el caso del consumidor de pornografía, se traduce en más pornografía con escenas mas intensas o prohibidas.
7.- ¿Cómo es que la sobre-estimulación puede inducir dos efectos opuestos?
Es cuestión de “timing”. Los picos de dopamina se dan antes de la ingesta de la sustancia o la masturbación, y se manifiestan como ansias. Pero la exposición al viejo estímulo libera menos dopamina y menos opioides (desensibilización). Esta caída del placer ocurre durante el uso de sustancias o la masturbación con pornografía. La actividad se experimenta como menos placentera, incrementando las ansias de ir por más.
De ahí la transición del clip de la rubia, a la morena, luego la asiática complaciente y luego las tres juntas haciendo todo lo que su cuerpo les permite con otros 7 tipos, sólo por poner un ejemplo sin lujo de detalle.
La adolescencia
Hasta aquí recomiendo ampliamente que pienses acerca de lo que te gusta y lo que buscas, si realmente es “por que lo quieres” o porque ya nada te satisface. O bien, el porque te piden hacer algo que no te agrada pero que ya hiciste porque quizás crees que es normal que a todos les guste.
El origen de cierto “gustos” y comportamientos está en la adolescencia, que será tratado en la segunda parte.