Permíteme que te explique tu trabajo
ArenaNet ha despedido a dos guionistas de Guild Wars 2 tras un intercambio acalorado de tuits con el youtuber Deroir. Jessica Price hizo un hilo en su cuenta personal hablando sobre los retos de escribir para un MMO como GW2. Aunque la respuesta de Deroir fue bastante educada, era una valoración que Price no había pedido, así que le citó señalando el mansplaining que acababa de recibir. La realidad es que la mayoría de mujeres trabajadoras del medio sufren este tipo de comentarios no solicitados a diario, e imagino que Jessica Price habrá tenido que soportarlos durante toda su carrera, siempre cuestionada por los desconocidos de internet. Aquella respuesta, seguramente muy seca, no solo respondía a Deroir, sino que aglutinaba una resignación general a la pila de comentarios condescendientes y paternalistas explicándole su propio trabajo.
La reacción de ArenaNet fue el despido inmediato de Jessica Price y de su compañero Peter Fries, que la defendió en una respuesta aclarando que ella no había pedido esa opinión. La compañía alegó que los guionistas “fallaron a la hora de mantener los estándares de comunicación con los jugadores”, y que sus ataques a la comunidad eran inaceptables. Y esta reacción desmedida se debe, bajo mi punto de vista, a un par de cosas: la primera, que Deroir está asociado a ArenaNet a través de su programa de creadores de contenido y no podían permitirse un backlash en forma de boicot; la segunda, una completa falta de empatía por sus trabajadores, cuyas respuestas pudieron percibirse como toscas, pero desde luego no merecían un despido sino una comprensión y un respaldo tajante por parte de aquellos en posición de poder.
Comunicarse con los creadores y los artistas está ahora a un solo clic de distancia, y estos están expuestos a elogios y críticas por partes iguales -cuando son hombres-. Si eres una mujer creadora, el acoso tapa todo el feedback positivo. Todavía existe la idea irreal de que las mujeres debemos soportar los comentarios maleducados, impertinentes y paternalistas de la comunidad por el simple hecho de ser creadoras de algún tipo; pero no estamos aquí para eso. Que no nos hagan creer que el cuestionamiento constante a nuestro trabajo y nuestras opiniones es una forma sana de debate.
En inglés utilizamos el término dogpile para referirnos a un tipo de acoso que lleva a cabo un grupo grande de personas contra un objetivo. Cuando hablamos de acoso siempre imaginamos un escenario en el que existe una persecución con insultos, intentos de hackeo o incluso amenazas; pero estos casos son solo los más ruidosos. Normalmente, las mujeres y otros colectivos vulnerables son perseguidos a diario, de una forma mucho menos evidente y más discreta, con diferentes mecanismos que se apoyan en las herramientas digitales. Uno de ellos es la hipervigilancia en redes y el hostigamiento constante como respuesta a cualquier comentario, todo ello bien escondido bajo una aparente calma y esos “tranquila, mujer” que tan enfermas nos ponen.
Si lees a uno o dos de estos individuos de forma aislada, la reacción negativa de las mujeres te podrá parecer inadecuada, pero en sus menciones, privados y demás plataformas tendrá 150 más, increpándolas por “perder la compostura”. Por eso, si vemos los tuits de Deroir, seguramente nos parecerá que solo quiera generar un debate educado; pero Jessica Price ya llevaba en su mochila cientos de confrontaciones más. No deberíamos juzgar de una forma tan dura las reacciones espontáneas: hay muchísimas formas de presionar a una persona, y no todas se ven en las respuestas a un tuit. Nadie nos enseña a gestionar la exposición y cada persona tiene un proceso distinto.
Lo que saco en claro de la decisión de ArenaNet es que, mientras los mal llamados trolls campan a sus anchas, lanzan sus bombas y vuelven a su cueva sin consecuencias, las mujeres (y los aliados) que se enfrentan a ellos acaban siendo castigadas.
¿Cuánta responsabilidad tienen los creadores con su fandom? ¿Hasta cuándo debemos ser educadas, atentas, correctas y apocadas si nos pasamos toda nuestra vida digital capeando cacerías, presentando pruebas de que somos válidas y aguantando cómo nos explican nuestro propio trabajo?
