The one with… Taylor y Kanye

Azul Corrosivo
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3 min readFeb 16, 2016

Kanye West lleva una semana muy loca. Ha dicho que Bill Cosby es inocente, le ha pedido dinero a Mark Zuckerberg y le ha dedicado a Taylor Swift una línea en su canción “Famous”: “I feel like me and Taylor might still have sex/ Why, I made that bitch famous.” Anoche, el 1989 de Taylor ganó el Grammy a Mejor Álbum, y ella contraatacó con este discurso dirigido a todas las mujeres. Cuando he amanecido esta mañana, internet estaba llena de basura lanzada hacia ella, como cada vez que hace algo y, bueno, a lo mejor se nos está yendo de las manos. Los Grammy son unos premios de mierda (de naturaleza obsoleta), y Taylor Swift es una Barbie blanca, rubia, enchufada y podrida de dinero que sale del gimnasio de un guapo inquietante, pero siento decir que el feminismo también es suyo. Es de todas. Y ella tiene un altavoz para aprovecharlo.

Los quince señores que tenía detrás cuando pronunciaba esas frases y sus privilegios no son incompatibles con el valor de su trabajo: yo también estaría mosqueada si un señor se hubiera adjudicado mi éxito y después hubiera dicho que le debo sexo por ello. Entre los detractores, hasta Jezebel dice que tanto Taylor como Kanye son insufribles. Y para finiquitar la velada, Buzzfeed recopila un montón de indignados pidiendo que le ceda su premio a Kendrick Lamar de una forma parecida al “Imma let you finish” de Kanye en 2009. Sécate las lágrimas, internet.

Se ha hartado de los insultos constantes y ha decidido usar un minuto de su tiempo para aclarar que ha trabajado duro para llegar donde está. Sea cual sea nuestra opinión sobre ella y su música, una mujer reafirmándose y atribuyéndose el mérito de sus propios logros nunca debe ser motivo de mofa o escarnio. Ahora imagínate que ese mini-discurso lo hubiera dado PJ Harvey, Brittany Howard o alguna otra mujer a la que “respetemos” más dentro de la industria; nos habría parecido genial. A una mujer como Taylor nunca vamos a permitirle dar discursos feministas por sus privilegios de niña rica y blanca, pero creo que es un error: en esta lucha también las necesitamos a ellas, con su amplificador y sus millones. Dividirnos en feministas bien y feministas mal es una herramienta de los machirulos. Una mujer segura de sí misma siempre acojona, molesta, incomoda, remueve algo; me quedo con eso.

Ah, y el disco de Kendrick Lamar le da mil vueltas. Pero vamos a calmarnos.

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Comunicación audiovisual, cultura y gatos. Never not hungry. Antes en BuzzFeed España y BuzzFeed LOLA.